Israel advirtió nuevamente este sábado a la población que abandone el norte de la Franja de Gaza y anunció la muerte de dos importantes jefes militares de Hamás, mientras continúa bombardeando el enclave palestino como respuesta a la sangrienta ofensiva del movimiento islamista, hace una semana, que ha dejado miles de muertos.
En el octavo día de una guerra que ha dejado miles de muertos, Israel anunció la muerte de dos jefes militares de Hamás: Murad Abu Murad, “responsable de una gran parte de la ofensiva mortífera” contra Israel, según el ejército; y un “comandante de la unidad ‘Nukhba’” [“élite”, en árabe], “que dirigió el ataque contra las localidades israelíes cercanas a la Franja de Gaza”.
En tanto, los bombardeos mortíferos y destructores contra el territorio palestino no cesan. Más de 2.200 palestinos, mayoritariamente civiles y entre los que se cuentan 724 niños, según las autoridades locales, murieron en la Franja de Gaza, un territorio situado entre Israel y Egipto y sometido a un bloqueo de Israel desde 2006. De esas víctimas, 324 murieron entre el viernes y el sábado, según las autoridades.
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Más de 1.300 edificios de la Franja de Gaza fueron completamente destruidos, informó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, pos sus siglas en inglés). Unas 5.540 viviendas “fueron destruidas” en estos edificios y otras 3.750 sufrieron daños tan graves que no puede ser habitadas, precisó al cumplirse una semana de los intensos bombardeos del ejército israelí tras la sangrienta ofensiva del movimiento islamista palestino Hamás.
Desde la Franja de Gaza, Hamás lanzó una andanada de cohetes contra el centro de Israel por la mañana, y en el sur de la Franja, en la localidad de Jan Yunes, una niña herida fue rescatada de entre los escombros, constató un fotógrafo de la AFP. La víspera, el ejército anunció haber realizado incursiones en el territorio palestino.
El ejército israelí confirmó este sábado haber identificado “más de 120 civiles” retenidos en Gaza, entre los cerca de 150 rehenes capturados por Hamás, que amenazó con ejecutarlos. Cientos de personas siguen desaparecidas, y las labores de identificación de cadáveres continúan. Al menos 1.300 israelíes, civiles en su mayoría, han muerto desde el ataque del 7 de octubre, que traumatizó a Israel. Según el movimiento islamista Hamás, que gobierna en Gaza desde 2007 diecisiete rehenes -algunos extranjeros- murieron a causa de los bombardeos israelíes.
Sin demora
A la espera de la ofensiva terrestre que Israel afirma estar preparando, el ejército instó este sábado a los civiles gazatíes del norte del enclave, donde viven 1,1 millones de personas de los 2,4 millones que residen en Gaza, a no “demorarse” en desplazarse hacia el sur. Hay una “ventana de 10:00 a 16:00″ el sábado, declaró a la prensa un portavoz militar, Richard Hecht, sin precisar hasta cuándo estaría abierta.
El ejército israelí indicó que se registró un “movimiento significativo” de la población a raíz de sus indicaciones, pero acusó a Hamás, que rechazó el llamado a la evacuación, de intentar impedir las salidas. Israel suele acusar al movimiento islamista de utilizar a los civiles como escudos humanos.
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Desde el viernes, miles de habitantes huyen del norte de la Franja, ya sea en remolques, burros, carretas, motocicletas o en auto, abriéndose paso entre los escombros y edificios destruidos. No obstante, también hay quien se niega a marcharse: “el enemigo quiere aterrorizarnos y obligarnos al exilio, pero resistiremos”, afirmó Abu Azzam, un habitante de Gaza.
Según la ONU, más de 423.000 palestinos tuvieron que abandonar sus hogares. El ataque de Hamás y la guerra que desencadenó avivó el temor de que el conflicto se expanda y de que se produzca una catástrofe humanitaria en Gaza, a la que Israel priva del suministro de agua, electricidad y comida.
Negociaciones interrumpidas
“Incluso las guerras tienen reglas”, recordó el viernes el secretario general de la ONU, António Guterres, pidiendo un “acceso humanitario inmediato” a Gaza, actualmente en estado de sitio. “El sistema de salud está al borde del desastre” y “las morgues están desbordadas”, alertó Guterres. El presidente estadounidense, Joe Biden, también denunció “la crisis humanitaria” en Gaza, al tiempo que reiteró su compromiso de entregar a Israel “lo que necesita para defenderse y responder a estos ataques”.
Y el jefe de al diplomacia europea, Josep Borrell, consideró el sábado que la evacuación de civiles gazatíes pedida por Israel es “totalmente imposible de poner en marcha”. Por su parte, Arabia Saudita, un peso pesado de Oriente Medio, anunció el sábado que suspendía las discusiones sobre una eventual normalización de sus relaciones con Israel.
En la frontera norte de Israel también se acentuó la tensión. Allí, el ejército israelí anunció este sábado haber matado a “varios terroristas” que intentaban infiltrarse en territorio israelí desde Líbano, tras haber bombardeado por la noche un objetivo del movimiento Hezbolá en el sur de Líbano, en respuesta a unos disparos y una “infiltración” aérea.
Un periodista de video de la agencia Reuters murió y otros seis periodistas de la AFP, Reuters y Al Jazeera resultaron heridos el viernes en unos bombardeos ocurridos en el sur de Líbano. Este sábado, el ejército israelí declaró que “sentía mucho” ese deceso y que estaba “investigando” lo ocurrido, sin reconocer ninguna responsabilidad.
El ejército libanés, no obstante, acusó directamente a Israel del bombardeo. En la región, miles de personas se manifestaron el viernes, sobre todo en Líbano, Irak, Irán, Jordania Y Baréin, en apoyo a los palestinos. En Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967, al menos 16 palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas israelíes durante unas concentraciones en solidaridad con Gaza.
Fuente: AFP.