Tras recuperarse de la pandemia, el crecimiento económico de América Latina se moderará del 4,1 % de 2022 a 2,3 % este año y el próximo, a causa de la desaceleración sufrida por los principales socios y las tensiones geopolíticas, entre otros factores, indicó el Fondo Monetario Internacional (FMI). En su informe sobre perspectivas económicas para las Américas, el FMI señala que la inflación general de la región, excluyendo Argentina y Venezuela, se situará en torno al 5 % en 2023 y en 3,6 % en 2024, en comparación con el 7,8 % de 2022.
“América Latina ha enfrentado exitosamente los recientes shocks mundiales y tuvo un sólido desempeño en 2022 y a comienzos de 2023, aunque el crecimiento se está debilitando”, indicó el director del departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Valdés, en un comunicado.
Y ello debido al debilitamiento de la demanda externa e interna, por un lado, y por otro a los efectos rezagados de la apreciación de las monedas en algunos países, según el documento. El Fondo señala que, aunque parece que los riesgos para las perspectivas económicas están más equilibrados que el pasado abril -cuando la organización publicó sus últimas estimaciones-, estos permanecen “sesgados a la baja”.
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Entre los riesgos externos, el informe menciona un menor crecimiento en los principales socios comerciales, la volatilidad de los precios de las materias primas, choques inflacionarios, la turbulencia en los mercados financieros mundiales y un incremento de las tensiones geopolíticas.
A nivel regional, los principales riesgos están vinculados a la inflación y a las tensiones sociales, además de los relacionados con el clima, que supondrán retos a corto y medio plazo, sobre todo en América Central y el Caribe. El informe también advierte del impacto que podría tener el fenómeno meteorológico de El Niño en la región, lo cual “podría incidir negativamente en la actividad económica”.
Economía resistente
El Fondo recomienda la aprobación de políticas que promuevan el comercio y las inversiones, pero, sobre todo, la cohesión y protección social. “A pesar de los avances logrados [...], la pobreza y la desigualdad siguen siendo altas en la región”, señaló Rodrigo Valdés, llamando a “reforzar los mecanismos de protección social y afrontar el problema de la inseguridad”.
En el caso de México, el FMI proyecta un crecimiento de 3,2 % para 2023, menos que el registrado en 2022 (3,9 %) pero mejor que las expectativas iniciales. El informe señala que, aunque el país se demoró en recuperarse de la pandemia de covid, sectores que antes iban a la zaga, como la construcción, ahora van en cabeza.
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El crecimiento de Brasil también fue “más resiliente de lo esperado”, indica el informe, situándose en 3,1 % en 2023, frente al 2,9 % del año pasado. Para 2024, en cambio, el Fondo prevé que se desacelere a 1,5 %. En Colombia, tras el fuerte crecimiento de 2022 (7,3 %), la economía se está desacelerando y el Fondo prevé que en 2023 el índice se sitúe en 1,4 %, antes de repuntar el año que viene, a 2,0 %.
Y en Chile, que en 2022 tuvo un crecimiento de 2,4 %, el FMI espera una contracción del 0,5 % este año, antes de rebotar a +1,6 % en 2024, impulsado por las exportaciones y la recuperación del consumo. Chile “fue uno de los países del mundo que tuvo la mayor expansión de políticas durante el covid, y esto generó un desequilibrio en la economía bastante grande”, indicó Valdés en rueda de prensa, para explicar la contracción de la economía chilena. “Cuando los países tienen este tipo de desarrollo necesitan un ajuste posteriormente [...] Vemos que han avanzado mucho y que ha sido una reacción cuidadosa, cautelosa, de las autoridades”, agregó.
Relajar políticas monetarias
La inflación de la región ha disminuido, aunque el reporte no tiene en cuenta los datos de Argentina, muy imprevisibles en un contexto de alta volatilidad cambiaria, ni de Venezuela, donde no hay cifras oficiales. El Fondo destaca que “la rápida respuesta de los bancos centrales de la región fue decisiva para controlar la inflación” y apunta que la evolución de economías como la chilena, la colombiana, la brasileña y la mexicana es acorde con la del resto del mundo, excepto en los mercados emergentes europeos, donde la inflación aumentó a causa de la invasión rusa de Ucrania.
“Seguirá siendo necesario encontrar un equilibrio justo entre encauzar la inflación por una senda descendente duradera y minimizar el riesgo de un período prolongado de débil crecimiento”, indicó Valdés en el comunicado. “Es crucial determinar el ritmo adecuado del relajamiento monetario y evaluar el impacto que ha tenido en la inflación el endurecimiento previo, dado que la política monetaria opera con rezagos”, insistió.
Fuente: AFP.