Un coche bomba fue detonado por la mañana de este viernes frente a la estación de policía de Potrerito, en la zona rural de Jamundí, en el Valle del Cauca, que dejó diez heridos, uno de ellos de gravedad, además de dos vehículos y cinco viviendas destruidas. Este incidente se da dos días después de otro ataque similar contra la policía colombiana en Timba (Cauca).
“Acabamos de tener un atentado terrorista en el corregimiento de Potrerito. Un carro bomba detonó hace pocos minutos. Jamundeños y especialmente habitantes de Potrerito. Estamos activados con toda la fuerza pública, tanto ejército como policía para atender la situación”, expresó Andrés Felipe Ramírez, alcalde de Jamundí, en la red social X. “Lo más importante siempre es la vida de la gente y estamos validando si tuvimos afectados. Les pedimos mantener la calma y denunciar cualquier situación sospechosa”.
En tanto, el miércoles pasado, al menos dos personas fallecieron y dos más quedaron heridas en un atentado con coche bomba contra una estación de policía en el suroeste de Colombia, en medio de negociaciones de paz entre el gobierno y grupos armados. Según la policía, luego del atentado se registraron enfrentamientos, en la localidad rural de Timba, en el departamento de Cauca, donde operan disidencias de las FARC que se apartaron del acuerdo de paz de 2016 y que iniciarán nuevos diálogos con el gobierno el 8 de octubre.
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“Hacia las 7:15 de la mañana (12:15 GMT) se activa un carro bomba en contra de estación de policía, aproximadamente a 50 metros, desafortunadamente pierden la vida dos personas y dos más están heridas”, dijo el general Tito Castellanos, subdirector de la policía, en una declaración enviada a la prensa. “En estos momentos, las unidades policiales están siendo hostigadas desde la cancha” de fútbol aledaña, añadió.
A esa hora, Johanna Muñoz, de 40 años, preparaba el desayuno de su hija antes de entrar al colegio cuando sintió el impacto de la explosión, contó la mujer a la AFP. “Algunas cosas me cayeron encima y, como pude, las pude ir bajando para que no nos golpearan. Luego (...) con las manos las levanté para que mi hija saliera y yo también pudiera salir”.
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A un lado de su casa, la familia de Muñoz tenía un almacén de repuestos automovilísticos que al igual que su vivienda quedó destruida. Al salir, Muñoz vio a dos personas en el suelo, “que creo que iban pasando en ese momento. Una era una profesora, que creo que ya pereció”. La mujer no pudo identificar a la segunda víctima.
Sin referirse directamente al atentado de este miércoles el presidente Gustavo Petro aseguró que “las acciones” de las disidencias del Estado Mayor Central (EMC) en la región son una represalia por las operaciones militares contra los narcocultivos. “Las acciones del EMC en el Cauca son su respuesta a nuestra ofensiva en el valle del Micay donde se produce el 70 % de la hoja de coca del Cauca. Nuestro objetivo se mantiene”, aseguró el mandatario izquierdista en la red social X, antes Twitter.
“Es absurdo”
En redes sociales y medios locales circulan videos en los que se observa un edificio en llamas y, muy cerca, dos cuerpos tendidos en el suelo. La AFP verificó que el material fue grabado en Timba, a través de geolocalización. Tres casas aledañas a la estación de policía quedaron destruidas, constató un reportero de la AFP, que hasta el mediodía no vio presencia de las autoridades en los exteriores de la comisaría. Tampoco registró choques entre la fuerza pública y el grupo armado.
Cerca a la estación policial hay un colegio y un hospital que según dijo a Blu Radio el gobernador de Cauca, Elías Larrahondo, también resultaron afectados. “He ordenado (...) una presencia aun mayor, militar y policial en el Cauca”, señaló Petro en X. La policía aseguró que sus uniformados “se encuentran sanos y salvos” tras el atentado por lo que se presume que las víctimas son civiles.
Hasta el momento ningún grupo se ha adjudicado el ataque, ni las autoridades han determinado quiénes son los responsables. Petro aspira desactivar seis décadas de conflicto armado por medio del diálogo con todas las organizaciones ilegales. “Es absurdo que los grupos armados hablen de hacer la paz y sus acciones son muestras de guerra”, aseveró el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, como reacción al ataque. De acuerdo a la entidad los grupos armados “solo se han estado burlando del anhelo” de paz de los colombianos.
Paz bajo fuego
El atentado se dio un día después de que el gobierno y el mayor grupo disidente de las FARC, el EMC, acordaran el inicio de negociaciones de paz y un cese al fuego en octubre. “Hasta ahora sabemos que en ese sector (Timba) tiene incidencia la (disidencia) Jaime Martínez”, que forma parte del EMC, aseguró Larrahondo.
Rodeados de cultivos de hoja de coca, base de la fabricación de la cocaína, los representantes del presidente Petro y los rebeldes del EMC se reunieron el martes en Suárez, en el Cauca. Según un comunicado conjunto, la mesa de negociaciones será instalada en Tibú (este), en la frontera con Venezuela. Ese mismo día entrará en vigor una tregua de 10 meses.
Desde noviembre, el gobierno sostiene conversaciones en Cuba, México y Venezuela con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la más antigua de América. También inició acercamientos con el Clan del Golfo, el mayor cartel de droga del país. Rebeldes, narcos, paramilitares y agentes estatales se enfrentan desde hace más de medio siglo en una guerra que deja más de nueve millones de víctimas, en su mayoría desplazados y asesinados. Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo, combustible de la violencia.
Fuente: AFP.