La frontera entre República Dominicana y Haití permanecerá cerrada hasta que los haitianos renuncien a la construcción de un canal para desviar agua del limítrofe río Masacre, anunció este domingo el presidente dominicano, Luis Abinader. “Las medidas estarán en vigor hasta tanto consigamos la paralización definitiva del canal en construcción”, anunció el mandatario en un mensaje televisado a la nación.
La decisión, recordó, incluye el “cierre de la frontera terrestre, aérea y marítima” con Haití, “la prohibición de la entrada (en República Dominicana) de los promotores” del proyecto y el reforzamiento de “la presencia militar” en los límites territoriales. Se trata de una “respuesta contundente”, afirmó.
Esta crisis diplomática se produce en un momento en que las relaciones entre los dos países, que comparten la isla caribeña La Española, ya son tensas a causa de la migración haitiana. El presidente, que ha hecho de la lucha contra la inmigración ilegal uno de sus caballos de batalla, cerró la frontera el jueves en represalia por la construcción del canal.
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Se trata de un proyecto de promotores privados con fines de desviar el agua para usarla en el riego de cultivos. Puerto Príncipe reaccionó al cierre fronterizo en un comunicado y dijo que Haití “tiene el derecho soberano de decidir sobre la explotación de sus recursos naturales” y de “realizar aprovechamientos” en el curso de agua.
Abinader insistió el domingo en que el río Masacre, también conocido como Dajabón, nace en territorio dominicano y mide 55 km, incluidos 9 km de frontera y “2 kilómetros de territorio haitiano”, donde se construye el canal. “Haití y su falta de planificación han hecho que casi la totalidad de su territorio se destroce”, dijo Abinader. Haití, el país más pobre de América, lleva años sumido en una crisis económica y política agravada por la violencia de las pandillas.
Claves de la crisis
Una frontera cerrada por orden del presidente, un impresionante despliegue militar y declaraciones encendidas: la construcción de un canal en Haití en un río fronterizo con República Dominicana ha provocado una crisis diplomática en un contexto de relaciones ya tensas por la inmigración haitiana. El presidente dominicano, Luis Abinader, que busca la reelección el año próximo, anunció la decisión el jueves como represalia por la construcción de un canal para desviar agua del río Masacre, que separa ambos países.
El cierre, que comenzó hace 10 días en Dajabón se extendió desde las 6:00 locales (10:00 GMT) a los otros tres cruces terrestres, así como pasos marítimos y aéreos, por lo que todos los vuelos fueron cancelados. Puerto Príncipe defiende su “derecho soberano a explotar sus recursos naturales” y llama al diálogo.
Decenas de camiones y centenares de soldados llegaron a Dajabón, que comunica con Juana Méndez, donde se construye el canal, sobrevolando la zona con helicópteros. Al otro lado del río, continuaba la obra impulsada por un grupo privado que busca desviar el agua para venderla a productores locales.
El canal
Abinader tacha la obra de “provocación” y una violación de tratados binacionales, que comparten la isla La Española y una tensa relación histórica, agravada por la migración. “Es una construcción totalmente inadecuada, sin ningún tipo de ingeniería, es una provocación que este gobierno no va a aceptar”, insistió el jueves Abinader, que ha mantenido una dura política sobre Haití con masivas redadas contra indocumentados y la construcción de una verja en la frontera.
El gobierno prohibió la entrada a nueve nacionales haitianos que señala como responsables de la obra, que avanza con uso de una retroexcavadora. Los dos países se reunieron el jueves por la noche sin alcanzar ningún acuerdo.
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Impacto económico
Las importaciones de Haití provienen principalmente de República Dominicana (8,4%) después de Estados Unidos (56%): totalizaron el año pasado 1.040 millones de dólares, entre artículos de joyería, alimentos y materiales de construcción. El comercio en Dajabón ha estado cerrado desde hace ya 10 días, generando millonarias pérdidas
Una fila de camiones con mercancías estaba estacionado a un costado de una carretera dominicana sin poder cruzar. “Este pueblo lamentablemente sin ese vínculo está sepultado”, expresó Nelson Núñez al canal de noticias SIN. “Aquí hay tristeza, a este pueblo parece que le pasó un ciclón y se llevó todo”.
El gobierno anunció que comprará los productos perecederos que normalmente son exportados a Haití, debido al cierre. “Los productores pueden estar conscientes de que el gobierno los va a respaldar en esta situación, debido a que la medida tomada por el presidente representa un tema de seguridad y defensa de la soberanía nacional”, dijo el ministro de la Presidencia dominicano, Joel Santos Echavarría.
Volver a Haití
Una puerta peatonal fronteriza es abierta dos veces al día para permitir que haitianos puedan volver a su país, bajo la advertencia de que no se les permitirá reingresar. El gobierno ya había suspendido la emisión de visas a nacionales de Haití hace 10 días. “Dicen que los haitianos son una amenaza, me da miedo y me voy para allá”, dice a la AFP un jardinero que se identificó únicamente como Chipa y que lleva 20 años viviendo en Dominicana.
Haití, el país más pobre de América y sumido desde hace años en una crisis económica, política y de seguridad, agravada por la pérdida de control de partes del territorio a manos de violentas pandillas criminales. Joseph Cherubin, activista de los derechos de los haitianos en Dominicana, teme que la situación “active la xenofobia”, ya muy presente en este país. “Es lo más grave, el aumento del nacionalismo dominicano”. En un momento llega el camión de Migraciones. En él viajan decenas de haitianos que serán deportados; aunque a pesar del cierre fronterizo aseguran que volverán.
Fuente: AFP.