Las autoridades iraníes impidieron este sábado que la familia de Mahsa Amini organizara una ceremonia para conmemorar un año de su muerte y detuvieron brevemente a su padre, denunciaron grupos de derechos humanos en el aniversario del fallecimiento de la joven que desató una ola de protestas.
Amini, una kurda iraní de 22 años, murió el 16 de septiembre de 2022 tras haber sido detenida por presuntamente vulnerar el código de vestimenta para las mujeres que rige desde poco después de la revolución de 1979. Su familia afirma que murió de un golpe en la cabeza, pero las autoridades lo niegan.
El deceso desencadenó una ola de protestas que duraron semanas y durante las movilizaciones muchas mujeres se quitaron el velo islámico, en un gesto de desafío a esta República Islámica liderada por el guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei. El padre de Mahsa Amini, Amjad Amini, fue detenido este sábado cuando salió de su hogar en Saqez y luego fue liberado. Más tarde la agencia oficial Irna aseguró que las fuerzas de seguridad habían “frustrado” un intento de asesinato contra él.
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Tras liberarlo las autoridades advirtieron al padre que no celebre una conmemoración en la tumba de su hija, informaron tres oenegés: la Kurdistan Human Rights Network (KHRN), 1500tasvir e Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega. Amjad Amini está impedido de salir de su domicilio en Saqez, la ciudad de origen de Amini en la provincia del Kurdistán, y fuera de su casa hay apostados agentes de seguridad, añadieron las organizaciones en publicaciones diferentes.
Por su parte una de las prisioneras más conocidas de Irán, Narges Mohammadi, una activista de derechos humanos, y otras tres prisioneras quemaron sus velos en el patio de la prisión de Evin, en Teherán, para conmemorar el aniversario, dijo la cuenta de Instagram de Mohammadi.
Las movilizaciones después del fallecimiento de Amini perdieron impulso con los meses, aplacadas por una represión que causó la muerte de 551 manifestantes, entre ellos 68 niños y 49 mujeres, según IHR, y la detención de más de 22.000 personas, según Amnistía Internacional. Siete hombres fueron ejecutados por casos vinculados a esas manifestaciones.
Los activistas aseguran que la represión se intensificó con la cercanía del aniversario, dirigida especialmente a personas allegadas a víctimas de la represión, para acallarlas. La oenegé Human Rights Watch indicó que familiares de al menos 36 personas asesinadas o ejecutadas fueron interrogados, detenidos, perseguidos o condenados a cárcel a lo largo del último mes.
“Sofocar la disidencia”
Las dos periodistas que siguieron más de cerca el caso, Niloofar Hamedi y Elahe Mohammadi, están encarceladas desde hace casi un año. Nazila Maroufian, que entrevistó varias veces al padre de Mahsa, Amjad Amini, ha sido detenida en múltiples ocasiones. Según la oenegé Hengaw, que monitoriza la situación del pueblo kurdo, el gobierno envió fuerzas de seguridad adicionales a Saqez y otras localidades del oeste de Irán que puedan convertirse en focos de tensión durante el fin de semana.
Por otro lado, el Parlamento tramita un proyecto de ley conocido con el nombre de “Respaldo a la cultura del hiyab y la castidad” que pide sanciones mucho más severas por el incumplimiento del código de vestimenta. Sara Hossain, presidenta de la misión de la ONU para investigar la represión en Irán, dijo que el país “está redoblando la represión y las represalias contra sus ciudadanos y que intenta promulgar nuevas leyes más draconianas que restringen aún más los derechos de las mujeres”.
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En París y en Toronto los iraníes de la diáspora convocaron manifestaciones bajo la consigna “¡Di su nombre!”. Amnistía Internacional acusó a Teherán de haber cometido una “letanía de crímenes ante el derecho internacional para erradicar cualquier desafío a su férreo control del poder” y lamentó que ningún responsable haya sido objeto de una investigación por la muerte de Amini o la represión posterior.
De su parte, el IHR alertó que Teherán ha intensificado los ahorcamientos por todo tipo de delitos “para sembrar el miedo y evitar el estallido de nuevas manifestaciones”. Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea, Canadá y Australia anunciaron sanciones contra varios altos funcionarios y entidades iraníes, en víspera de las conmemoraciones por la muerte de Amini.
Irán criticó estas “acciones ilegales y poco diplomáticas” de los países occidentales, en palabras del portavoz de la diplomacia iraní, Naser Kanani. El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, se reunió con familiares de agentes de seguridad muertos durante la ola de protestas.
Sanciones occidentales
Irán arremetió contra las potencias occidentales, encabezadas por Estados Unidos, por imponer una nueva andanada de sanciones contra altos funcionarios y medios de la República Islámica para marcar el primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini, cuyo fallecimiento en detención generó una ola de protestas.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Naser Kanani, criticó las “acciones ilegales y poco diplomáticas” de los países occidentales, en un comunicado publicado en la noche del viernes. El vocero condenó además las “acciones y declaraciones intervencionistas y las ridículas e hipócritas” muestras de apoyo al movimiento de protesta y dijo que los diplomáticos occidentales mostraron un “comportamiento poco constructivo” que “no sirve a sus intereses”.
Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea, Canadá y Australia anunciaron sanciones contra varios altos funcionarios y entidades iraníes, en víspera de la conmemoración este sábado del fallecimiento de Amini. Estados Unidos puso en su lista negra el viernes a 25 altos cargos iraníes, la mayoría de ellos mandos policiales, tres medios de comunicación y a una empresa que acusó de imponer censura de internet.
Según Washington todos los sancionados estuvieron involucrados en la represión de las protestas tras la muerte de Amini. Por su parte el Reino Unido incluyó al ministro de Cultura Mohamad Mehdi Esmaili, a su adjunto Mohamad Hashemi, al alcalde de Teherán Alireza Zakani y al portavoz de la policía Saed Montazer Al Mahdi.
Fuente: AFP.