Dos líderes del grupo de extrema derecha estadounidense Proud Boys fueron condenados este jueves a 17 y 15 años de cárcel respectivamente por su participación en el asalto al Capitolio, sede del Congreso, el 6 de enero de 2021. Se trata de dos de las penas más pronunciadas por la justicia estadounidenses en este caso, pero la mayoría de los comentaristas jurídicos esperaban condenas más duras.
Los fiscales habían pedido 33 años de prisión contra Joseph Biggs, un veterano de Irak y Afganistán que llevó a unos 200 miembros de Proud Boys al Capitolio para intentar anular por la fuerza la declaración de victoria del demócrata Joe Biden sobre el presidente republicano saliente, Donald Trump.
El juez Timothy Kelly tuvo en cuenta las circunstancias agravantes por actos de terrorismo solicitadas por los fiscales, pero subrayó que había fijado la pena en 16 años menos que las solicitadas, alegando que el acusado “no tenía intención de matar gente”.
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El imputado había expresado previamente su arrepentimiento, al asegurar que ahora estaba apartado de la política y de toda militancia. En mayo, fue declarado culpable de seis cargos, incluido el de sedición, junto con otros líderes de Proud Boys. Otro acusado en este caso, Zachary Rehl, recibió una pena de 15 años, muy por debajo de la pena de 30 años solicitada por la fiscalía. “El 6 de enero fue un día despreciable”, dijo en el estrado, tembloroso por los sollozos, Zachary Rehl, quien, como Joseph Biggs antes que él, expresó su arrepentimiento y repugnancia por la política.
El fiscal Jason McCullough había destacado ante el tribunal la gravedad del hecho y la necesidad de sentencias disuasorias. Los atacantes “querían intimidar y aterrorizar” a todos los que se les opusieran, dijo. El ataque del 6 de enero de 2021 “rompió nuestra tradición de transferencia pacífica del poder, una de las cosas más preciadas que teníamos como estadounidenses”, dijo también el juez.
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“Soldados de la derecha”
Joseph Biggs pasó más de dos años en prisión preventiva, y en ese lapso estuvo en régimen de aislamiento, 22 horas del día sin salir de su celda. “Creo que entendió el mensaje”, alegó su abogado, Norman Pattis. “Sé que actué mal ese día, pero no soy un terrorista”, aseguró a su vez Biggs, de pelo y barba grises, vestido con un uniforme carcelario naranja que deja ver tatuajes en sus antebrazos.
En sus alegaciones, los fiscales describen a los acusados como “soldados de la derecha que querían mantener a su líder en el poder”, en referencia a Donald Trump, quien afirmó que le habían “robado” las elecciones. “Biggs actuó como punta de lanza del ataque”, dijeron.
Más de 1.100 personas han sido arrestadas y acusadas por la asonada. Más de la mitad han recibido sentencias, en su mayoría a penas de prisión. El fallo más severo fue contra Stewart Rhodes, fundador de la milicia de extrema derecha Oath Keepers, Stewart Rhodes, quien también fue declarado culpable de sedición y condenado a 18 años de prisión. Al menos cinco personas murieron al margen del asalto al Capitolio y 140 policías resultaron heridos.
Fuente: AFP.