Por quinto día consecutivo, los bomberos griegos combaten este miércoles y en múltiples frentes una serie de incendios que dejaron al menos 20 muertos, en su mayoría migrantes, y recubrieron Atenas de una impresionante humareda. Un incendio sigue devorando las laderas del monte Parnitha, uno de los cuatro que rodean la capital griega y que alberga un parque nacional.
Las llamas ya alcanzaron algunas casas en Menidi, una localidad de la periferia de Atenas, cerca de un terreno militar. Previamente, el fuego destruyó bienes y viviendas en Hasia y Fyli, cerca de la capital. “Hay mucha gente que se niega a abandonar su casa”, dijo Nikos Kuntromichalis, miembro de la Cruz Roja griega, al canal público ERT.
“Hemos encontrado personas mayores desmayadas en su patio”, añadió este responsable, que se encontraba en Menidi. Según explicó, la Cruz Roja tuvo que atender a varias personas que sufrieron quemaduras y problemas respiratorios. “Por desgracia, el viento no nos ayuda para nada”, declaró en la televisión pública ERT Stathis Topalidis, vicealcalde de Menidi. Por otro lado, hubo que evacuar también el centro de retención de migrantes de Amygdaleza, a 25 km al norte de Atenas.
Cientos de fuegos
En los cinco últimos días, los bomberos griegos han tenido que hacer frente a 350 fuegos, de los cuales 200 se declararon en las últimas 48 horas, indicó en conferencia de prensa el ministro de Protección Civil, Vasilis Kikilias. “Nunca he visto condiciones tan extremas en 32 años de servicio”, declaró a su vez el jefe de los bomberos griegos, Yorgos Purnaras.
Atenas se despertó este miércoles con un fuerte olor a quemado y una espesa humareda negra cubriendo su cielo. El martes, los servicios de protección civil ordenaron evacuar el barrio de Ano Liosia, que cuenta con unos 25.000 habitantes y se encuentra en el noroeste de la zona metropolitana de Atenas, cerca de Fyli. Algunos vecinos se quedaron no obstante en sus casas para tratar de protegerlas.
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Otro foco sequía activo al mismo tiempo en un vertedero de una zona industrial de Aspropyrgos, al oeste de la capital. En el noreste del país, cerca de la frontera con Turquía, en la zona del río Evros, dos focos descontrolados siguen causando estragos cerca de la ciudad de Alejandrópolis y en el bosque de Dadiá, donde amenazan un parque nacional.
El martes, 18 presuntos migrantes, entre ellos dos niños, fueron hallados muertos cerca de la frontera turca, al norte de Alejandrópolis. El lunes habían sido encontrados otros dos cadáveres en zonas incendiadas, el de un presunto migrante en Lekfimi, cerca de Alejandrópolis, y el de un pastor en Beocia, al noroeste de Atenas.
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En las redes sociales cundieron rumores que acusan a los migrantes de estar detrás de los incendios, de momento de origen desconocido. Tres personas fueron detenidas el martes en el norte de Grecia acusadas de obligar a migrantes irregulares a subir en un remolque de camión, acusándolos de haber provocado los incendios. Esas tres personas publicaron un video de sus actos en redes sociales, y animaron a la gente a imitarlos.
La fiscalía de la Corte Suprema griega ordenó este miércoles al fiscal local investigar las causas de los incendios y las acusaciones de racismo hacia los migrantes. Las llamas están afectando también las islas de Eubea y Citnos, en el Egeo, y Beocia. Más de 40.000 hectáreas ardieron en tres días, del 19 al 21 de agosto, según un informe del Observatorio Nacional de Atenas. Las condiciones climáticas de calor intenso y sequedad, que incrementan el riesgo de incendio, se mantendrán hasta el viernes, según los servicios meteorológicos.
Fuente: AFP.