Donald Trump ha sido inculpado cuatro veces este año, pero los últimos cargos, en Georgia, pueden conllevar un peligro adicional para el expresidente, que aspira a volver a la Casa Blanca en 2024. El caso de Georgia es el único juicio que probablemente será retransmitido en directo por televisión, con lo que llegará a los hogares de todo Estados Unidos y del mundo.
El magnate inmobiliario, quien durante 14 años protagonizó el programa de telerrealidad “El aprendiz”, comparecerá en él como acusado penal. Fani Willis, la fiscal del distrito de Georgia que acusó a Trump y a otras 18 personas de asociación delictiva y otros delitos por haber intentado interferir en las elecciones de 2020 en este estado del sur, dijo el lunes que quiere que el juicio se celebre en los próximos seis meses.
Trump también se enfrenta a cargos federales presentados por el fiscal especial Jack Smith por supuestamente conspirar para intentar alterar el resultado de las presidenciales de ese año que perdió ante el demócrata Joe Biden. Una jueza fijará el 28 de agosto la fecha del juicio en la capital del país, pero las cámaras de televisión no están permitidas en los tribunales federales.
Smith ha pedido que el juicio comience el 2 de enero de 2024, casi tres años después de que los partidarios de Trump asaltaran el Capitolio de Estados Unidos en un último intento de impedir que el Congreso certificara la victoria de Biden. El fiscal especial también ha acusado a Trump, actual favorito para la nominación republicana para las presidenciales de 2024, de negligencia en el manejo de documentos gubernamentales confidenciales.
Lea más: Rusia prueba el rublo digital ante golpes a su economía
Asociación delictiva
Trump y los otros 18 coacusados en el caso de Georgia, entre los que se encuentran Mark Meadows, su antiguo jefe de gabinete en la Casa Blanca, y su abogado personal Rudy Giuliani, están acusados de asociación ilícita, un cargo que no figura en los otros procesos penales. Una condena por este cargo, usado normalmente contra el crimen organizado, conlleva una pena mínima de cinco años de prisión.
Trump se ha declarado no culpable de los cargos federales y en Nueva York, y acusa a los demócratas de usar los procesos judiciales para impedirle volver a la Casa Blanca. En cuanto a un posible indulto, las acusaciones de Nueva York y Georgia implican cargos estatales, no federales, de modo que Trump no podría indultarse si gana las elecciones el año que viene.
Un presidente estadounidense sólo puede conceder indultos por delitos federales, no por condenas estatales. En Georgia los indultos son concedidos por una Junta de Indultos y Libertad Condicional, integrada por cinco miembros, no por el gobernador, como en muchos otros estados. Además, un delincuente sólo puede solicitar un indulto al menos cinco años después de haber cumplido la pena de prisión y siempre que haya “llevado una vida respetuosa con la ley” desde su puesta en libertad.
4 millones en 24 horas
Lejos de perjudicarle, los reveses judiciales le resultan muy rentables en un país donde las elecciones se ganan a golpe de talonario. El domingo, incluso antes de su cuarta inculpación en Georgia, el precandidato presidencial republicano para 2024 envió un correo electrónico a sus simpatizantes, invitándoles a rebelarse haciendo un donativo.
“El Departamento de Justicia de Biden está tratando de ENCARCELARME DE POR VIDA”, dijo, antes de pedir a los “patriotas” que desembolsaran entre 24 a 1.000 dólares para su candidatura electoral. “Nuestra República pende de un hilo y Estados Unidos os necesita ahora mismo”, afirmó.
Desde su primera inculpaciòn en Nueva York hace unos meses, Trump, de 77 años, ha inundado a sus partidarios con mensajes de texto y correos electrónicos de este tipo, salpicados de un léxico incendiario. Para él los cuatro casos por los que ha sido inculpado constituyen una “caza de brujas” y el presidente demócrata Joe Biden es un líder “corrupto” a la cabeza de una “dictadura de pacotilla” que intenta “eliminar a su principal opositor”.
Lea también: República Dominicana: explosión en zona comercial deja 10 muertos
El resultado está a la vista: el equipo de campaña del republicano anunció haber recaudado más de 4 millones de dólares en las 24 horas siguientes a su primera inculpación, por pagos dudosos a una actriz porno. Y se jactó de haber recaudado casi 7 millones de dólares justo después de la segunda, por presunta negligencia en el manejo de secretos de Estado. Es innegable que Donald Trump conserva gran influencia sobre su base y miles de estadounidenses responden a sus llamamientos a que hagan donativos.
Jim Wood, un jubilado con el que la AFP habló en Washington el día del asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021, es uno de ellos: ya donó casi 400 dólares al millonario republicano desde su primera inculpación. Y es que está convencido de que Donald Trump es víctima de una persecución política. “Seguiré dándole dinero, aunque vaya a la cárcel”, declaró a la AFP.
Arma de doble filo
La movilización de sus partidarios le viene como anillo al dedo, sobre todo porque la campaña de recaudación de fondos del precandidato antes de las inculpaciones no arrancaba como él quería. Con cada nueva investigación, el republicano se beneficia ahora de lo que los expertos políticos denominan el “impulso de las inculpaciones”.
Un entusiasmo que también se refleja en las encuestas: desde su primera inculpación, que fue objeto de una vertiginosa atención mediática, el expresidente también ha subido nueve puntos en la carrera por las primarias republicanas, según sondeos recopilados por RealClearPolitics.
“Cada vez que presentan una inculpación, subimos mucho en las encuestas”, dice Donald Trump en sus mítines. Justo después de la tercera afirmó que “sólo necesita una inculpación más para ganar estas elecciones”. Pero, aunque al expresidente y a su entorno les gusta presumir de las sumas recaudadas gracias a los líos judiciales, las ganancias son un arma de doble filo.
Los costes asociados a estas inculpaciones son tan desorbitados que el candidato tiene que echar mano de los fondos de su campaña. Y es dinero que no gasta en publicidad en televisión, mítines o viajes. “Sus gastos legales están por las nubes. Trump ya ha gastado un gran porcentaje de sus contribuciones en gastos legales”, declaró a la AFP Larry Sabato, politólogo de la universidad de Virginia. “Y estos gastos no harán más que aumentar durante meses y meses, quizá años”, añadió.
Fuente: AFP.