Javier Milei, el libertario que irrumpió en la escena política argentina como el candidato presidencial más votado (30,04 %) en las primarias, es un ultraliberal antisistema que capitalizó la frustración de unos siete millones de votantes y dejó en shock a los partidos tradicionales para las elecciones de octubre. Estas son algunas claves para conocerlo:

Apodado el ‘león’ por su melena alborotada, Milei es un economista de 52 años que llama a “terminar con la casta política parasitaria, chorra (ladrona) e inútil”, un discurso que captó la decepción con los partidos que gobernaron los últimos años: el peronismo y la centro-derecha de Juntos por el Cambio.

“Diez años de estancamiento y cinco de alta inflación alimentaron un descreimiento en amplios sectores respecto a la capacidad de gobernar de las dos grandes coaliciones. Milei logró interpelar ese descreimiento y construir un electorado de la nada, a partir de desencantados de ambas coaliciones”, dijo a la AFP el politólogo Gabriel Puricelli, del Laboratorio de Políticas Públicas.

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Su popularidad se cimentó desde la televisión, donde fue habitual panelista económico. En las primarias capitalizó esa penetración y ganó en 16 de 24 provincias. “La última vez que hubo una irrupción así en una elección nacional, fue con el peronismo en 1946″, subrayó Puricelli.

Un “elefante nos pasó por delante y no lo vimos” editorializó el diario Clarín al señalar por igual a analistas, encuestadores y políticos. Para Milei “la gente está enojada, porque no están viendo lo que les pasa, pero hablar de ‘voto bronca’ es peyorativo. Estamos en un cambio de época. Los argentinos dijeron basta al modelo de la casta”.

Lo nuevo

El caudal de votos lo coloca como protagonista de un balotaje si ninguno de los candidatos alcanza el 45 % de apoyo -o más del 40 % con diez puntos de ventaja respecto al segundo- en las elecciones generales del 22 de octubre. Sus principales rivales son Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio, centro-derecha) y el ministro de Economía, Sergio Massa (Unión por la Patria, peronismo) que obtuvieron 28 % y 27 % de los votos respectivamente en las primarias.

“Nadie lo imaginó. Fue primero en lugares donde no tenía ningún apoyo, sin siquiera fiscales electorales, sin absolutamente nada”, señaló Juan Negri, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Torcuato di Tella. Milei caló hondo porque “promete algo novedoso”, opinó. Carolina Carabajal, estudiante de 20 años, apoya a Milei porque “es diferente”. “Nuestros abuelos, nuestros padres eligieron durante 20 o 30 años al peronismo y el país sigue igual”, sostuvo.

Plan de gobierno

En sus propuestas, Milei prescinde del Estado. Su programa impulsa la dolarización de la economía, la eliminación del Banco Central y de los ministerios de Salud, Educación y Obras Públicas que piensa sustituir con inversiones privadas. “Queremos hacer un programa de ajuste mucho más severo del que pide el Fondo Monetario Internacional. El ajuste será donde roba la política”, dijo.

Impulsa privatizar empresas públicas, arancelar la salud y la educación y flexibilizar las relaciones laborales. Enemigo del “Estado paternalista” y de los “gobiernos populistas”, se autodefine como un “anarco-capitalista”. En otras cuestiones es conservador: rechaza el aborto y la educación sexual en escuelas.

“Los únicos derechos que reinvindico son a la vida, a la libertad y a la propiedad; el resto son construcciones ideológicas”, opina. Y no se ahorra declaraciones provocadoras, como cuando planteó “dinamitar el Banco Central”. “No es una metáfora”, acotó. “La clase política no sabe leerlo. Lo toma literal, pero no lo toma en serio. Sus votantes hacen lo contrario: no se toman literalmente sus propuestas, pero a él se lo toman en serio. Se reconocen ante alguien que dice por fin algo novedoso”, expresó Negri.

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El “jefe” y sus perros

Milei es un solitario. Vive en un barrio privado en las afueras de Buenos Aires junto a su hermana, Karina, a quien llama “el jefe” de su carrera política. Sin pareja ni hijos, está alejado de un padre que lo denigraba con feroces palizas de niño, según confesó. Convive con cuatro perros mastines, a quienes considera sus “hijos de cuatro patas”.

Admirador de los Rolling Stones, fue vocalista de la banda Everest, tributo al legendario grupo británico. También tuvo un paso por el fútbol profesional como arquero del club Chacarita, de segunda división. Según su biografía no autorizada sufrió acoso en la escuela, donde lo recuerdan como un niño retraído. Admira a los economistas Adam Smith y Friedrich Hayek, así como al político argentino Juan Bautista Alberdi. “Yo aspiro solo a ser un buen discípulo de Alberdi, el gran pensador de la libertad”, expresó.

Fuente: AFP.

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