Familia del colombiano asesinado en Tailandia no pide pena de muerte
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Daniel Sancho, el español que confesó haber descuartizado al médico colombiano Edwin Arrieta en Tailandia, estará detenido hasta que la justicia tome una decisión sobre el caso, dijo el viernes a la AFP el responsable de la prisión. El hombre de 29 años se encuentra en una prisión en la turística isla de Koh Samui en un régimen de aislamiento como parte del dispositivo para evitar la expansión del covid-19 entre los internos.
“Será puesto en detención (ordinaria) el 17 de agosto y permanecerá allí hasta que el tribunal haya decidido el caso”, dijo Watcharapong Boonsaior, jefe de la prisión de Koh Samui. “Daniel está de buen ánimo (...) Practica yoga en su cuarto”, agregó el responsable penitenciario.
La ley tailandesa establece un plazo máximo de 84 días hasta el inicio del juicio desde que el preso entra en un régimen ordinario de detención, con lo que este debería empezar como máximo a principios de noviembre. “El proceso del juicio puede durar largo tiempo en los casos de asesinato y descuartizamiento”, explicó a la AFP el abogado independiente Ronnarong Kaewphet, ajeno al caso.
Un abogado de la familia del médico colombiano dijo a la AFP que no buscan la pena de muerte para Sancho. “Definitivamente no queremos acceder a la pena de muerte porque la familia es muy religiosa (católica), muy creyente en Dios”, indicó a la AFP Miguel González, apoderado legal de los familiares de Arrieta
“Sí queremos una pena ejemplar, puede ser incluso la cadena perpetua”, agregó González, quien rechazó una eventual extradición de Sancho a España, dado que ambos países tienen un convenio que lo permitiría una vez haya sido condenado.
Hijo del actor español Rodolfo Sancho, Daniel confesó el fin de semana haber asesinado y desmembrado al cirujano colombiano en la cercana isla de Koh Pha Ngan. Una vez detenido, acompañó a los agentes para mostrarles los distintos lugares donde se había deshecho de los restos de la víctima.
El jefe de investigación de la comisaría en esa isla, Somsak Nurod, dijo a la AFP que disponían de “suficiente evidencia” para acusarlo de asesinato premeditado, un crimen castigado con la pena capital en ese país. De todos modos, el reino asiático raramente aplica estas sentencias, especialmente en ciudadanos extranjeros. La última ejecución se remonta a 2018.
Lamentan lo ocurrido
La familia de Daniel Sancho dijo, a través de su abogado, lamentar lo ocurrido. “Sentimos mucho el fallecimiento de Edwin y acompañamos en el sentimiento a su familia”, afirmó la familia Daniel Sancho en un comunicado leído en video por su abogado, Fernando Oca.
“Agradecemos el interés de la prensa, pero no podemos hacer declaraciones en este momento para no inmiscuirnos en la investigación y para respetar el momento tan doloroso que estamos viviendo ambas familias”, añadieron.
El caso ha provocado ríos de tinta en España. Daniel es hijo del conocido actor Rodolfo Sancho y nieto de otro intérprete español muy popular, Sancho Gracia, ya fallecido. Imágenes de cámaras de videovigilancia obtenidas por la policía muestran a Sancho y Arrieta juntos en una motocicleta en la isla turística de Koh Pha Ngan, antes de que se encontraran los restos del colombiano. La policía tailandesa dijo que los motivos del asesinato no estaban claros.
Nelson Amarilla (36) fue imputado por el Ministerio Público por el hecho de homicidio doloso, en tanto sigue la búsqueda de su cómplice. Foto: Gentileza
Imputan a presunto autor del crimen de agente de la Caminera
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La Justicia actuó con celeridad en el caso del crimen del agente Dario Alberto Delgado Ortiz (51) de la Patrulla Caminera, ocurrido el sábado último en Hernandarias, Alto Paraná. El sospechoso identificado como Nelson Amarilla (36) fue imputado por el Ministerio Público por el hecho de homicidio doloso, en tanto sigue la búsqueda de su cómplice.
Según los antecedentes del caso, el ataque al puesto de control de la Patrulla Caminera se dio como represalia a una multa que había pagado Amarilla tras haber dado positivo a la prueba de alcotest durante una inspección en la citada unidad ubicada sobre la ruta PY07 (antigua supercarretera).
Molesto por la actuación de los inspectores, el hombre habría regresado en motocicleta a esta oficina de guardia y con un arma de fuego efectuó 16 disparos, de los cuales dos alcanzaron a Delgado Ortiz, quien fue auxiliado por su compañero hasta el hospital local, donde posteriormente se confirmó su deceso. El médico forense del Ministerio Público certificó como causa de muerte un “shock hipovolémico por disparos de arma de fuego”.
Tras la balacera, Amarilla abordó rápidamente su biciclo y huyó del lugar. Pero mediante los rastrillajes efectuados por la Policía fue localizado el domingo. En el allanamiento de su vivienda ubicada en la ciudad de Presidente Franco se encontraron armas de fuego y estupefacientes, según los intervinientes. Las evidencias colectadas obran en poder del Ministerio Público.
Luego del apresamiento del sujeto, la fiscal Natalia Montanía requirió al Juzgado de Garantías que convierta en prisión la detención del imputado, quien será investigado por el hecho de homicidio doloso. En tanto continúa la búsqueda del hombre que lo acompañó en la motocicleta, quien le habría rescatado tras cometer el crimen.
El hecho causó consternación en la Patrulla Caminera y nuevamente se instaló el debate sobre la necesidad de que los controles del consumo de alcohol se recrudezcan como medida preventiva precisamente de estos episodios luctuosos.
Utilizan holograma en Ámsterdam para aclarar un crimen de 2009
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Junto a un canal del barrio rojo de Ámsterdam, se observa una mujer tras una ventana que en realidad es el holograma de una trabajadora sexual, con el cual la policía neerlandesa espera resolver un macabro asesinato de 2009. La imagen de tamaño real de Bernadett Szabo, conocida como Betty, nubla el vidrio con su aliento y escribe la palabra “AYUDA” con su dedo.
“Hace 15 años, Betty fue asesinada de manera horrible, y la investigación nunca concluyó”, indicó a AFP el portavoz de la policía de Ámsterdam, Olav Brink. Betty, de nacionalidad húngara, tenía 19 años cuando fue brutalmente apuñalada en el burdel donde trabajaba en el histórico barrio rojo, meses después de dar a luz a su hijo.
Pese a la extensa investigación policial, el caso quedó sin resolver. Sin embargo, al revisarlo, la policía halló “pistas prometedoras en la investigación” y decidió reabrir el caso, explicó Brink. Utilizando tecnología de visualización 3D, la policía espera que la imagen de Betty provoque el reconocimiento de personas que podrían tener información sobre su asesinato.
“Aún hay gente que sabe lo que le pasó a Betty”, afirmó Brink, quien espera que, pasados 15 años, “la gente se sienta más libre de compartir información con la policía”. La iniciativa también apunta a alertar sobre la violencia que enfrentan las trabajadoras sexuales. Un 78 % de las trabajadoras sexuales de Países Bajos han enfrentado violencia sexual, y 60 % reportaron violencia física, según un informe de 2018 de organizaciones de beneficencia y grupos de derechos de las mujeres.
En la semana posterior al lanzamiento del holograma y la información acompañante sobre Betty, la policía ha visto “que mucha gente lo está comentando”. En el barrio donde las mujeres miran desde cubículos con ventana y luz roja, grupos de personas paran y conversan sobre la presentación llamada “¿Quién era Betty?”. Theo, de 80 años, vecino de las afueras de Ámsterdam, dijo que leyó sobre el proyecto en la prensa y “vine especialmente para verlo”. Soyoon Jun, de 34 años, vive cerca del barrio rojo, “así que para mí fue más chocante que hubiera vecinos que enfrentaron este evento tan horrendo”.
Para Jun, quien trabaja en una beneficencia cristiana, el holograma “lo hizo real” porque “no era solo la información, sino que la gente podía sentir la impotencia que habría sentido Betty”. La policía “ha recibido varias pistas con la campaña”, confirmó Brink a AFP. Sin embargo, no han recibido la “pista de oro”, que otorga una recompensa de 30.000 euros (31.600 dólares).
Según Brink, el holograma fue una “forma especial de llamar la atención al caso” en De Wallen (barrio rojo), “uno de los sitios más transitados de Ámsterdam, y probablemente de todo los Países Bajos”. Sin embargo, las trabajadoras sexuales de Ámsterdam podrían perder la visibilidad que tienen actualmente. El gobierno local planea reubicar el barrio rojo a un sitio en el sur de la ciudad para reducir la delincuencia y el tránsito de turistas en la zona. Decenas de miles de vecinos y trabajadoras sexuales rechazan el traslado, y más bien piden mejorar las medidas de control de multitudes y vigilancia.
Miranda K, de 57 años, vive cerca de Ámsterdam y dice que el plan de reubicación es “una pena” porque se siente segura en De Wallen. El nuevo centro estará en una zona “oscura”, dijo, mientras De Wallen tiene “turistas y gente y locales y hay de todo. Creo que es más seguro aquí”. “Para mí no se trata solo de encontrar a Betty o de quién era Betty, sino sobre (...) estas otras mujeres en las calles”, indicó.
Ola de indignación en Colombia por el asesinato de una niña
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Miles de personas en caravana acompañaron ayer sábado el féretro de Sofía Delgado, una niña de 12 años que el jueves pasado fue hallada muerta con signos de violencia en el suroeste de Colombia tras varias semanas desaparecida. “Ningún niño debería pasar por esto. Ninguna familia debería estar pasando este dolor tan grande”, dijo a la AFP Lady Zúñiga, que llevaba una camiseta blanca con la fotografía de su hija.
Familiares de Sofía y unas 3.000 personas acompañaron los restos de la menor hasta el cementerio local de Candelaria, su municipio natal, de unos 100.000 habitantes y ubicado en departamento de Valle del Cauca (suroeste). Entre sollozos, la madre de la menor cuyo cuerpo fue hallado en una carretera cercana el jueves, la recuerda como “una niña muy dulce, muy cariñosa, juguetona, alegre, amorosa, lo más bello que Dios me pudo dar”.
“Candelaria está de luto. Colombia está de luto. Estamos dolidos, entristecidos”, señaló a la AFP Gessica Vallejo, alcaldesa de la ciudad. El ataúd fue llevado sobre el techo de un camión de bomberos. Bajo el grito de “justicia”, los acompañantes mostraron su indignación. Los exteriores del cementerio de un sector conocido como Villagorgona se desbordaron de personas que llevaban camisetas blancas, globos, flores y sombrillas.
Al finalizar la jornada, al atardecer, los habitantes de Candelaria lanzaron al cielo cientos de globos blancos en homenaje a Sofía. Brayan Campo, vecino de la niña de 32 años, fue detenido por la policía como principal sospechoso del crimen cuando ella aún estaba desaparecida.
“En un interrogatorio iniciado, este hombre manifiesta que él había asesinado a la menor de edad y nos da el lugar donde él la abandonó”, un campo de cultivos de caña en un sector rural cercano, dijo el sábado a Noticias Caracol el coronel Carlos Ovideo, comandante de la policía metropolitana de Cali.
El hombre, acusado de los delitos de feminicidio, secuestro y ocultamiento de pruebas, reconoció el viernes su responsabilidad en los hechos durante la primera audiencia frente a la justicia por este caso. En 2018, la justicia abrió contra Campo una investigación por abuso sexual a otra niña, un proceso que finalmente prescribió sin avances. Colombia registra, en lo que va del año, 375 homicidios de menores de edad, según datos de Medicina Legal hasta agosto. En el país, cada dos días, tres niños son asesinados.
Destruyen casa del sospechoso
El viernes pasado, el presidente colombiano Gustavo Petro señaló en su cuenta de la red social X que “las niñas y niños de nuestro país no merecen un mensaje de solidaridad por esta red social cuando sus derechos no son respetados ni protegidos”. “Los niños merecen que sus sueños no se sigan acabando. No podemos permitir más noticias como la de Sofía”, agregó el mandatario.
El jueves, las autoridades hallaron el cadáver de la menor Sofía Delgado, que llevaba tres semanas desaparecida, en una carretera rural del departamento de Valle del Cauca (suroeste). Tras el hallazgo del cuerpo, la policía detuvo a un vecino de la niña, Brayan Campo, de 31 años, como principal sospechoso del crimen.
El hombre, acusado de los delitos de feminicidio, secuestro y ocultamiento de pruebas, reconoció este viernes su responsabilidad en los hechos durante la primera audiencia frente a la justicia por este caso. En 2018, la justicia abrió contra Campo una investigación por abuso sexual a otra niña, un proceso que finalmente prescribió sin avances.
“Hay algo que me parece curioso”, aseguró el jueves la gobernadora del Valle de Cauca, Dilian Francisca Toro, sobre el detenido. “Su hija de seis años se llama Sofía, la niña que violó hace cuatro o cinco años se llama Sofía y la niña que asesina horrendamente también se llama Sofía”, señaló.
Luego de su aprehensión el jueves, una turba de vecinos del sector destruyó la vivienda donde el sospechoso vivía junto a su pareja y su hija. Colombia registra, en lo que va del año, 375 homicidios de menores de edad, según datos de Medicina Legal hasta agosto. En el país, cada dos días, tres niños son asesinados.
Hace seis años, un enjambre de moscas delató el horrendo crimen de toda una familia
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Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Eran alrededor de las 4:30 del lunes 8 de octubre del 2018, cuando los residentes de la citada calle Oliva, en pleno centro de Asunción, despertaron con un fuerte olor a muerte. Este desagradable hedor provenía de una antigua casona que parecía abandonada, donde un enjambre de moscas se aglomeraba en la puerta principal que daba hacia la calle y eso hacía más perturbadora la situación.
Debido a la situación, dieron aviso a la Policía. Rápidamente llegaron hasta la vivienda agentes de la Policía Nacional que pudieron constatar el fuerte olor y tocaron el timbre, pero ante la agobiante situación decidieron forzar el portón e ingresaron a la propiedad. Lo primero que hicieron fue ir hasta la puerta principal de la casa, donde encontraron escombros, moscas y el primer cuerpo.
Este sería de Julio Rojas, padre de Dalma. El hallazgo fue bastante perturbador porque, según vecinos, el sábado 6 de octubre, un grupo de jóvenes estaba compartiendo un encuentro dentro de la casa y el cuerpo tenía rasgo de que ya llevaba varias semanas en el sitio.
Más muertos
Los intervinientes siguieron con las indagaciones y al fondo en un baño de la casa encontraron un piso de cemento que era bastante nuevo, en ese lugar encontraron tres cuerpos más, dos mujeres y un niño. En otra fosa, frente al baño, se encontró el cuerpo del otro niño.
Estos cuerpos estaban en total estado de descomposición. El asesino derramó cal a sus víctimas para evitar los olores y que la putrefacción se acelere. Finalmente, estos fueron identificados por la mascota de la familia que salió en la televisión y que sería una perra que habría sido adoptada de un grupo de rescate por la joven Dalma Rojas Rodas, de 23 años.
Los miembros de este grupo dieron detalles de cómo sería Dalma y todos los datos coincidieron con la descripción. De esta forma, se pudo constatar que la joven vivía en el lugar junto con su madre, Elba Rodas, sus dos hijos de solo 4 y 6 años, y su novio, Bruno Marabel.
Esto pasó
Según las agentes fiscales Stella Mary Cano y Esmilda Álvarez, la joven asesinada se dedicaba al kickboxing, era bastante buena en este deporte e incluso ganó varias competencias y en este ambiente es que conoce a Bruno, de 18 años. Desde ese momento comienzan a entrenar juntos, lo que llegó a que nazca una relación de parejas a principios del 2017.
Todos coinciden en que hacían una buena pareja, y Bruno se llevaba muy bien con los niños. Se casaron en enero del 2018, todo iba bien hasta el 29 de setiembre a las 2:00. Según las investigaciones del caso, ese día el joven salió de su trabajo y fue directo a su casa sobre la calle Oliva.
Las pericias indican que ese 29 de setiembre, Marabel asesinó a Dalma mientras dormía. Ella recibió un fuerte golpe en la cabeza y varias estocadas. Se presume que los ruidos despertaron a Elba, quien dormía con los niños en otra habitación, y fue a ver qué pasaba, pero fue emboscada y asesinada de varias puñaladas.
Los niños fueron los siguientes en correr con la misma suerte. Los cuerpos fueron sepultados con objetos que les pertenecían, como juguetes, cobijas y ropas.
Bruno fue condenada a la máxima condena de 30 años y 10 de medida de seguridad. Foto: Archivo
Más datos
Las fiscales demostraron que el joven envió mensajes y audios, para crear una coartada, pero en uno de los audios se pudo escuchar cómo una de sus víctimas agonizaba. Esta fue una prueba clave que usó en el juicio en su contra.
Cerca de las 3:30 volvió a salir de la casa y se encontró con unos amigos, quedó registrado en el GPS que recorrió en zona del Palacio de Justicia, en Sajonia, luego fueron a un bar, pero como todo estaba cerrado, fueron a un restaurante que eran muy conocidos por abrir las 24 horas, donde se tomaron una foto.
A las 7:00, del mismo día, se presentó en una ferretería y pidió que le acerquen hasta la casa bolsas de arena, cal y cemento. Aparentemente, ayudado por una carretilla, llevó los cuerpos hasta el baño donde los colocó y derramó cal. Ese mismo día, a las 15:00, invitó a Alba y Araceli a la casa, pero solo estuvieron un momento en el sitio.
Desde ese momento, Araceli, la nueva novia de Bruno y compañera de trabajo, vivió con él en la casa y no sospechaba lo que había pasado, lo que hizo pensar que era cómplice del crimen. El joven vendió algunas cosas de la familia asesinada y durante esa semana la pareja iba y venían juntos del trabajo.
Dalma y Bruno se casaron en enero del 2018. Foto: Archivo
El crimen de Julio
El 2 de octubre, Julio Rojas, otra víctima, fue a un quiosco de la zona y la persona que atendía le indicó que hace varios días no veía a su hija. Esto preocupó al hombre, que en reiteradas ocasiones intentó contactar con sus familiares y no lo logró. Esto quedó registrado en videos de cámaras de seguridad del local.
El hombre tenía una orden de restricción y no podía acercarse a la antigua casa, pero ese día igual fue a ver qué pasaba, entró por el estacionamiento y estaba totalmente vacío. Poco después, llega Bruno junto a su pareja y comienza una discusión con el hombre. Araceli decide volver al trabajo y los deja solos.
La discusión pasó de los gritos a los golpes y Bruno lo asesinó de siete puñaladas en el pecho. Luego llamó a la ferretería para que le entreguen más cemento y arena, esta vez eligió otro desnivel de la casa para sepultar a su suegro, pegado a la puerta que da a la calle, y que finalmente delata el crimen.
En uno de los bolsillos de Julio Rojas, los investigadores encontraron una servilleta que tenía las iniciales de D y B, y pedía ayuda para los niños.
Habitación donde fue asesinada Dalma y su familia. Foto: Archivo
Condenado a 40 años
Un Tribunal de Sentencia integrado por los magistrados Gloria Hermosa, Alba González y Gloria Garay condenó a Bruno Marabel luego de ser encontrado culpable por el hecho punible de homicidio doloso agravado, por lo que aplicaron la máxima pena de 30 años de cárcel.
Además, para evitar que salga antes de tiempo, se le otorgó 10 años como medida de seguridad, totalizando así 40 años de pena privativa de libertad. Bruno Marabel fue encontrado como único culpable de los crímenes, su pareja Araceli fue detenida, pero luego liberada.
Tras un pedido de apelación, la sala Penal de la Corte Suprema de Justicia rechazó el recurso de casación presentado por la defensa técnica de Bruno Javier Marabel y, por ende, confirmó la condena de 30 años de cárcel y 10 años de medida de seguridad por el quíntuple homicidio. El fallo tiene la firma de los ministros de la máxima instancia judicial Luis María Benítez Riera, Carolina Llanes y Manuel Ramírez Candia.
DATOS CLAVES
- El 8 de octubre de 2018 se descubrió el horrendo crimen que marcó a todos los vecinos que residen sobre la calle Oliva de la Asunción.
- Ese día, un fuerte olor dio aviso de que toda una familia había sido asesinada por un integrante, el marido de una de las cinco víctimas.
- El único autor de los crímenes, Bruno Marabel, fue condenado a 40 años.
Los cuerpos fueron sepultados junto con objetos de los pequeños. Foto: Archivo