La Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) cierran este martes una cumbre de dos días en Bruselas con el difícil reto de encontrar terreno común para un acuerdo tras las discrepancias de la primera jornada, especialmente sobre Ucrania.

El encuentro -que se celebra en un momento en el que España ostenta la presidencia semestral rotativa del Consejo de la UE- es el primero desde 2015 y busca marcar una hoja de ruta entre el bloque europeo y los 33 países que conforman la CELAC.

La primera jornada quedó marcada por la insistencia del bloque europeo en hacer mención a Ucrania y por el anuncio hecho por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sobre un plan de inversión de 45.000 millones de euros (50.560 millones de dólares) mediante el programa Global Gateway.

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Con ese enorme plan de inversiones, la UE se propone ejercer un contrapeso a la creciente presencia de China en Latinoamérica. La guerra en Ucrania fue mencionada directa o indirectamente en varios de los discursos de apertura, opacando asuntos como los acuerdos comerciales, incluyendo la dilatada negociación con el Mercosur, una reforma en la composición del sistema financiero internacional, el cambio climático y la transición energética.

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, la mayor economía de Latinoamérica, afirmó en la sesión inaugural que el conflicto en Ucrania “es una confirmación de que el Consejo de Seguridad de la ONU no responde a los actuales desafíos a la paz y a la seguridad”.

“Repudiamos con vehemencia el uso de la fuerza para resolver disputas”, afirmó Lula, recordando que Brasil “apoya iniciativas promovidas por diferentes países y regiones en favor del cese inmediato de las hostilidades y de una paz negociada”.

“Recurrir a sanciones y bloqueos, sin amparo del derecho internacional, sirve apenas para penalizar a las poblaciones más vulnerables”, indicó en referencias a medidas adoptadas contra Moscú por varias potencias, incluyendo la UE.

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Los negociadores europeos empujan por incluir una mención a la guerra en Ucrania en la declaración final, un tema difícil por las diferentes estrategias que los distintos países defienden como solución a la invasión rusa. Sin hacer una mención directa, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, afirmó en su turno de palabra que ambos bloques deben renovar su “común confianza en los valores del multilateralismo”.

En especial, dijo Sánchez, “en la resolución pacífica de los conflictos, en los principios de Naciones Unidas, en la protección de los derechos humanos y en el respeto a la integridad territorial de los Estados”. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, señaló que “no se debe permitir que Rusia triunfe”, porque ello “será una receta para el desastre para el multilateralismo y nuestro sistema basado en reglas”.

La expectativa inicial del bloque europeo era que la cumbre fuera un escenario para firmar el acuerdo con el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), atascado tras una serie de negociaciones que comenzaron hace más de dos décadas.

El tema de la deforestación y las cuestiones ambientales son uno de los escollos para un acuerdo, pero la presidenta de la Comisión Europea y Sánchez expresó sus expectativas de que la negociación llegue a buen puerto en el segundo semestre de este año. En tanto, Von der Leyen anunció que la modernización del acuerdo de libre comercio de la UE con Chile, el mayor productor de cobre del mundo y que tiene grandes reservas de litio, será firmada el martes.

Con respecto a Venezuela, los presidentes Alberto Fernández de Argentina, Lula de Brasil, Gustavo Petro de Colombia y Emmanuel Macron de Francia sostuvieron una reunión por la tarde con los negociadores del proceso político en el país. Esta cita se celebra después de que la semana pasada, el jefe del Parlamento venezolano, Jorge Rodríguez, descartó que la UE envíe una misión electoral para las próximas elecciones presidenciales de 2024.

Fuente: AFP.