Precandidatos opositores a la presidencia de Venezuela coincidieron este miércoles en la necesidad de garantizar un rival único para enfrentar a Nicolás Maduro en 2024, pero difirieron en las alternativas frente a los obstáculos que enfrentarán hasta la elección.

Las primarias de la oposición están previstas para el 22 de octubre, pero enfrentan un pedido en la justicia para prohibirlas, sin contar que muchos de los participantes están inhabilitados a ejercer cargos públicos.

“Venezuela necesita unidad en las bases, en la sociedad, donde todos los venezolanos podamos escoger un liderazgo que nos dé confianza”, dijo la exdiputada María Corina Machado, del ala más radical y favorita en las encuestas. “Mientras más obstáculos nos pongan más empeño tenemos que asumir”.

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¿Plan B?

Participaron también en el debate Carlos Prosperi, del tradicional partido Acción Democrática (AD); los exgobernadores César Pérez Vivas (Táchira, oeste) y Andrés Velásquez (Bolívar, sur); la activista trans y exdiputada Tamara Adrián; la exdiputada Delsa Solórzano; el expresidente de la autoridad electoral, Andrés Caleca; y Freddy Superlano, quien sustituyó a Juan Guaidó cuando huyó a Estados Unidos.

Todos coincidieron en la mayoría de los temas, desde catalogar de “dictadura” al gobierno de Maduro hasta temas económicos, pasando por el rescate de la institucionalidad para salir de la crisis. La discrepancia estuvo en el punto de las alternativas en caso de que la elección primaria sea prohibida por la corte suprema tras ser impugnada la semana pasada, o que el ganador esté impedido de participar en la presidencial.

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Machado, Superlano y el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles, que se abstuvo de participar en el debate, están inhabilitados. Solorzano y Caleca llamaron a la discusión y construcción de una alternativa, mientras que Machado y Velásquez insistieron en defender el resultado a toda costa. “¡No es Maduro quien va a decidir nuestra candidatura, son los ciudadanos!”, zanjó Velásquez.

Las primarias ya encajaron antes otro golpe tras la renuncia de la directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) cuando la oposición sopesaba si pedirle apoyo para realizar la votación. Esa opción se descartó ante la futura designación de las nuevas autoridades del organismo en el Parlamento, controlado por el chavismo.

Será ese nuevo CNE el que fije la fecha de los comicios de 2024, en los que Maduro buscará un tercer período de seis años. “Desde que iniciamos nuestra participación en las primarias lo hacíamos conscientes de lo que íbamos a enfrentar, que no era una elección convencional la que se avecina en el año 2024″, indicó Superlano.

La mano de la discordia

Los debates electorales son una rareza en la política venezolana. Maduro, al igual que su antecesor Hugo Chávez, nunca debatió con candidato alguno previo a una elección. La oposición ya lo hizo antes entre sí en 2011 de cara a las inéditas primarias de 2012.

“La oposición con este debate demuestra su disposición democrática. La oposición con esto le dice al país: queremos un país donde esto sea normal, donde las diferencias son absolutamente normales y no representan la anulación del adversario”, explica en consultor y analista político Pablo Andrés Quintero.

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Quintero, no obstante, estimó que “faltó sustancia en el discurso”. “Siento que muchos políticos no fueron cercanos hacia la gente”, concentrando la agenda en la política. La oposición venezolana atraviesa un difícil momento de fractura y la primaria se presenta como una oportunidad para cohesionarla.

Pero Machado “no dio una imagen de unidad porque en la foto no le dio la mano al candidato Pérez Vivas que trató de alzarla y esto es negativo para la oposición”, comentó Quintero en relación al momento final en el que los candidatos posaron frente a las cámaras tomados de la mano.

Fantasma

Henrique Capriles, que enfrentó a Chávez en 2012 tras ganar las primarias, y a Maduro un año después, decidió no participar por considerar que no era el momento para un debate entre opositores. “¿La respuesta frente a todos los ataques de la dictadura, el régimen, es debatir entre nosotros? ¿Es marcar las diferencias, es marcar contraste entre nosotros?”, cuestionó el lunes.

Maduro destacó esa ausencia en un inusual y acalorado intercambio con el dirigente opositor en Twitter. “¿Dónde está el fantasma hoy que no lo veo? ¡Moviéndose en la sombra!”, escribió Maduro, que viene tachando a Capriles de “fantasma”, mientras el dirigente le responde citando casos de corrupción dentro del gobierno.

“Fantasma son las obras inconclusas en el país, fantasmas son los sueldos que no cobran los maestros ni los trabajadores públicos. Esos y los fantasmas de la mal llamada revolución son los únicos que son relevantes de este gobierno, ¡el peor de la historia!”, replicó.

Fuente: AFP.

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