Los cancilleres del Mercosur abrieron este lunes una reunión con el llamado de Argentina a “actualizar” el acuerdo comercial alcanzado con la Unión Europea y tener relaciones más equilibradas entre los dos bloques, en medio de tensiones por el endurecimiento de las demandas medioambientales de Bruselas.
Argentina “comparte el objetivo de avanzar con el acuerdo Mercosur-UE”, tema que dominará las conversaciones de la cumbre entre los jefes de Estado del bloque el martes, dijo el canciller argentino, Santiago Cafiero, en la apertura de la cita en Puerto Iguazú (noreste).
“La profundización del vínculo entre (los bloques) es una política necesaria en un contexto internacional de conflicto e incertidumbre creciente”, afirmó el ministro, cuyo país ostenta hasta el martes la presidencia pro témpore del grupo que completan Brasil, Paraguay y Uruguay.
La UE y el Mercosur intentan concretar un tratado de libre comercio luego de llegar a un acuerdo de principios en 2019, tras más de dos décadas de duras negociaciones, sin que aún se haya ratificado.
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Resistencias de los sectores agrícolas de algunos países europeos y, en los últimos años, la preocupación en el viejo continente por las políticas medioambientales del expresidente ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro (2019-2022) paralizaron el avance.
Para que “el acuerdo tenga buenos resultados para ambas partes es necesario trabajar y actualizar los textos del 2019″, dijo Cafiero. “Tal como fue cerrado (el texto) refleja un esfuerzo desigual entre bloques asimétricos y no responde al escenario internacional actual”, añadió el canciller argentino.
Como ejemplo, citó que mientras el Mercosur debe liberar aranceles a 95% de las exportaciones agrícolas europeas, la UE solo debe hacer lo propio con el 82% de sus importaciones agrícolas desde el bloque suramericano.
El regreso al poder en Brasil del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en enero dio un nuevo impulso al diálogo, pero las exigencias medioambientales de los europeos, contenidas en un documento adicional al acuerdo presentado en marzo por la UE, generaron resquemores entre los suramericanos.
Según Cafiero, el texto europeo “presenta una visión parcial” del desarrollo sostenible, con un enfoque “excesivo” en el tema ambiental y “escasa consideración” del panorama económico y social en los países del Mercosur, grandes productores agrícolas.
En este tema, señaló, la Unión Europea habría hecho exigencias que sobrepasan los compromisos multilaterales y “omite” cómo las deben implementar los países en desarrollo del bloque.
Se espera que el tema esté sobre la mesa cuando Lula se una el martes a su par argentino Alberto Fernández, al uruguayo Luis Lacalle Pou y al paraguayo Mario Abdo.
Pero se descarta que el encuentro, realizado cerca de la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, con las imponentes Cataratas de Iguazú de fondo, entregue una respuesta de consenso a las demandas europeas sobre protección ambiental.
De su lado, Brasil, la principal economía de América Latina, entregará en “unos días” a sus socios una “contrapropuesta” a la UE, dijo el canciller brasileño, Mauro Vieira, durante la reunión, según una nota oficial.
“Zocosur”
El Mercosur, fundado en 1991, llegó a la cumbre también en medio de un nuevo capítulo de las tensiones causadas por las asimetrías propias del grupo. Uruguay, la economía más pequeña junto a Paraguay, denunció nuevamente el “inmovilismo” del bloque.
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“Debemos reconocernos y procurar no lo que quisiéramos, sino lo que podemos realmente ser: una zona de libre comercio”, dijo su canciller Francisco Bustillo. “Debiéramos hablar de ‘Zocosur’, más que Mercosur, esto es zona común del sur”, explicó.
Bustillo planteó incluso que “sin ninguna duda” Uruguay tendrá que plantearse en “algún momento” la posibilidad de reformar su presencia en el Mercosur. “Ya sea para modificar el propio tratado fundacional, o eventualmente plantearnos la posibilidad (...) de pasar a ser un Estado asociado”, dijo en rueda de prensa tras la reunión, citado por la prensa uruguaya.
Vieira anunció que el bloque retomará los trabajos -suspendidos desde 2019- para la adhesión de Bolivia como miembro pleno del grupo, que comprende actualmente el 62% de la población suramericana y el 67% de su PIB.
Pero no hubo menciones a un eventual retorno al bloque de Venezuela, suspendida en 2017, una postura que defiende Brasil.
Al final de la cumbre, Lula recibirá la presidencia pro témpore del Mercosur hasta fin de año.
Fuente: AFP