El joven Nahel, baleado el martes por un policía, fue enterrado el sábado en el extrarradio de París, tras una cuarta noche de protestas y saqueos que conmocionaron a Francia, creando preocupación por su impacto económico y obligando al presidente Emmanuel Macron a posponer una visita a Alemania.
Las autoridades movilizaron el miércoles a 9.000 efectivos antidisturbios, el jueves aumentaron el contingente a 40.000, al día siguiente a 45.000 y el sábado indicaron que lo mantendrían en el mismo nivel en previsión de otra noche agitada.
Las exequias de Nahel, de 17 años, se celebraron en Nanterre, el municipio al noroeste de París donde residía, sin presencia de cámaras por petición de la familia.
Centenas de personas se congregaron frente a la funeraria en una mezquita y luego se dirigieron al cementerio de Mont-Valérien para el entierro, reportaron periodistas de la AFP. “Fue una ceremonia muy tranquila, de recogimiento y sin incidentes”, en presencia de la madre y la abuela del joven, contó un testigo a la AFP.
Los disturbios de la noche del viernes y la madrugada del sábado fueron de menor intensidad que en días anteriores, aunque se registraron desmanes importantes en Marsella y Lyon, segunda y tercera ciudad del país respectivamente.
El Ministerio del Interior dio parte de 1.300 arrestos y de 79 policías y gendarmes heridos, con medio centenar de ataques a comisarías y una decena a cuarteles de gendarmería, un cuerpo militar con funciones de mantenimiento del orden, sobre todo en zonas rurales.
Los incidentes de esa noche dejaron 1.350 vehículos calcinados o dañados y 1.234 edificios incendiados, según el balance oficial.
Los disturbios alteraron la vida social de Francia, con temores de que afecte a la temporada turística de este 2023 y a apenas un año de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Reino Unido, Alemania y Noruega, entre otros países, advirtieron a sus ciudadanos en Francia que eviten las zonas de disturbios y extremen la precaución.
La firma de moda Céline anuló su desfile de moda masculina previsto para el domingo. Su director creativo, Hedi Slimane, evocó “la evolución incierta de estos graves disturbios”, así como lo “inadecuado” que sería realizar “un desfile de moda en momentos en que Francia y su capital están de duelo y desolados”.
El gobierno organizó una nueva reunión de crisis y la primera ministra, Elisabeth Borne, pidió a los ministros que permanecieran en París el fin de semana. El presidente Macron aplazó una visita de dos días a Alemania, prevista a partir del domingo.
Macron “informó de la situación en su país” a su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier, y solicitó “aplazar su visita de Estado a Alemania”, informó un comunicado de la Presidencia germana.
“Racismo”
Nahel, cuya familia era oriunda de Argelia, fue baleado durante un control de tránsito por dos agentes, cuando manejaba un coche de alquiler en Nanterre. El hecho agitó el debate sobre racismo policial, en un país donde 13 personas murieron en circunstancias similares en 2022.
La primera versión de la policía indicaba que el joven, que había tenido otros enredos con agentes por hechos del mismo tipo, había tratado de embestir a los agentes con su vehículo. Pero un vídeo amateur ampliamente difundido demostró que fue ejecutado a quemarropa.
La ONU llamó el viernes a las autoridades francesas a ocuparse seriamente de los “profundos” problemas de “racismo y discriminación racial” entre sus fuerzas de seguridad. El ministerio francés de Relaciones Exteriores replicó que estas consideraciones eran “totalmente infundadas”.
Mounia, la madre de la víctima, dijo en la cadena France 5 que no culpa a la policía en su conjunto, solo al agente que mató a su hijo.
La justicia decretó prisión preventiva por homicidio voluntario para el policía de 38 años autor del disparo que, según su abogado, pidió “perdón a la familia” de Nahel.
Fuente: AFP