La violencia estalló el jueves por tercera noche consecutiva en varias partes de Francia por la muerte de un joven baleado por un policía para quien la justicia decretó prisión preventiva.
A pesar del despliegue de 40.000 agentes, distintos puntos del país registraron nuevos disturbios en la noche del jueves y la policía había detenido ya a 176 personas antes de la medianoche, según un balance del entorno del ministro de Interior.
La violencia estalló el martes en las afueras de París y se extendió a otras partes de Francia después de la muerte de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente en un control viario que quedó registrado en video.
En un informe interno, los cuerpos de seguridad preveían “una generalización” de la violencia en las próximas noches, con “acciones dirigidas a las fuerzas del orden y los símbolos del Estado”, dijo una fuente policial. “No culpo a la Policía, culpo a una persona que quitó la vida a mi hijo”, dijo al canal France 5 Mounia, la madre de Nahel, en su primera entrevista desde los hechos.
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Según ella, el agente de 38 años, en prisión preventiva acusado de homicidio voluntario, “vio un rostro árabe, un pequeño chaval, y quiso arrebatarle la vida”.
Durante la jornada, Mounia lideró una marcha de protesta en su ciudad Nanterre, al oeste de París, que terminó con choques con la Policía, mobiliario urbano quemado y lanzamiento de gases lacrimógenos.
En la noche previa se incendiaron comisarías, alcaldías, escuelas y autos en varias ciudades, con un balance de 180 detenidos y de 170 miembros de las fuerzas de seguridad heridos.
El presidente Emmanuel Macron criticó unas escenas de violencia “injustificables” contra “las instituciones y la República”, y su primera ministra, Élisabeth Borne, llamó a “evitar una escalada” mientras la “justicia hace su trabajo”.
El Gobierno desplegó 40.000 policías y gendarmes en la noche del jueves y las ciudades de Clamart, en la región parisina, y Compiègne, a unos 70 kilómetros al norte de la capital, decretaron un toque de queda nocturno hasta el lunes. Los autobuses y tranvías tampoco circularán en la región parisina a partir de 21:00, anunciaron las autoridades, obligando a miles de usuarios a volver rápidamente a sus hogares.
El agente pide perdón
Francia vive una nueva ola de protestas este año, tras las vinculadas a una impopular reforma de pensiones entre enero y mayo. El desencadenante de esta última fue la muerte de Nahel cuando se negó a obedecer las órdenes de dos agentes durante un control de tránsito en Nanterre.
Un video publicado en redes sociales, que la AFP verificó, muestra a un agente que retiene a punta de pistola al conductor y le dispara a quemarropa cuando arranca.
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La fuga del joven, fichado por la Policía por hechos similares y que todavía no tenía edad para conducir, terminó a unas decenas de metros, cuando el coche se estrelló contra un poste. Poco después falleció por el disparo en el tórax.
La justicia decretó este jueves prisión preventiva por homicidio voluntario para el policía sospechoso de haber disparado, indicó la Fiscalía, que consideró que el uso de su arma no estaba justificado legalmente.
Su abogado aseguró que el agente pidió perdón a la familia y que estaba “extremadamente conmocionado” por la violencia del video difundido de los hechos.
“Las primeras palabras que pronunció eran para pedir perdón y las últimas palabras que pronunció eran para pedir perdón a la familia” de la víctima, declaró Laurent-Franck Liénard en la cadena BFMTV.
“Está destrozado, no se levanta por la mañana para matar gente. No quiso matar”, añadió.