Pakistán detuvo a 10 presuntos traficantes después de que decenas de migrantes murieran esta semana en un naufragio frente a las costas de Grecia, informaron este domingo las autoridades del país. El primer ministro Shehbaz Sharif también ordenó una ofensiva inmediata en contra de las personas que se dedican al tráfico de personas y afirmó que serán “severamente castigados”.
Miles de jóvenes pakistaníes emprenden cada año peligrosos viajes hacia Europa en busca de una vida mejor. Entre las personas a bordo del oxidado pesquero que se hundió el miércoles frente a la península griega del Peloponeso, es probable que hubiera una docena de pakistaníes. El naufragio dejó al menos 78 muertos y centenares de desaparecidos.
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Las autoridades informaron que nueve personas fueron detenidas en la Cachemira administrada por Pakistán --de donde venían la mayoría de las víctimas-- y una en la ciudad de Gujrat. “Actualmente están siendo investigados por su implicación en la facilitación de todo el proceso”, declaró Chaudhary Shaukat, funcionario local de la Cachemira administrada por Pakistán.
Entre 400 y 750 personas estaban a bordo del buque, señalaron la Organización Internacional para las Migraicones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en un comunicado conjunto. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Pakistán dijo el sábado que 12 ciudadanos pakistaníes habían sobrevivido, pero que no tenía información de cuántos había en el barco. Un funcionario de inmigración dijo a la AFP bajo condición de anonimato que la cifra podría superar los 200.
“Rezan día y noche”
Los padres de adolescentes sirios desaparecidos en un naufragio frente a las costas griegas se aferran a la esperanza de que sus hijos puedan estar vivos, días después de la tragedia. Un pesquero sobrecargado de inmigrantes se hundió el miércoles frente a la península griega del Peloponeso, causando la muerte de al menos 78 personas.
Aunque se desconoce el número exacto de pasajeros, se teme que haya cientos de desaparecidos. Familiares y activistas declararon a AFP que al menos 141 sirios estaban a bordo. Iyad, originario de Jasim, en la provincia meridional de Daraa --cuna de los 12 años de guerra civil en Siria-- explicó que su hijo Alí, de 19 años, seguía desaparecido.
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“No tengo noticias de él”, dijo Iyad, que trabaja en una escuela y no quiso dar su apellido. “Su madre no dejó de llorar en tres días”, añadió. El hombre de 47 años precisó haber oído hablar de dos informes griegos: uno que incluía a su hijo entre los supervivientes y otro entre los muertos. “Tengo esperanzas de que esté entre los supervivientes”, indicó a la AFP por teléfono el sábado.
El adolescente buscaba una vida mejor en Libia, subrayó su padre, a donde llegó en avión desde Damasco. “Nos dijo que quería trabajar en un restaurante” y había planeado enviar dinero para ayudar a la familia, destacó Iyad. “No sabíamos que quería subirse a un barco”, dijo.
Activistas de la Oficina de Documentación de los Mártires de Daraa indicaron a la AFP el sábado que 106 personas a bordo del pesquero procedían del sur del país, principalmente de la provincia de Daraa, donde, según ellos, “la situación de vida y de seguridad es absolutamente insoportable”. Añadieron que solo 34 habían sobrevivido hasta el momento.
Una aguja en un pajar
Un joven ciego de 15 años y su hermana de 28, originarios de la provincia de Daraa, se encuentran también entre los desaparecidos, según declaró su tío a la AFP el viernes, declinando ser identificado por razones de seguridad. La provincia de Daraa fue la cuna del levantamiento de 2011 contra el presidente sirio, Bashar al Asad, pero volvió al control del régimen en 2018. Iyad indicó que el tío de Alí en Alemania viajó a Grecia, pero “es como buscar una aguja en un pajar”. “Si lo encuentran vivo, lo traeremos de vuelta a Siria. No quiero que mi hijo esté lejos de mí ni un segundo más. Pedimos prestado dinero para enviarlo a Libia a trabajar no a morir”, declaró.
En Kobane, en el norte sirio controlado por los kurdos, Mohamed Mohamed también espera noticias sobre la suerte de su hijo Diyar, de 15 años. “Cada día se desvanece la esperanza de volver a verlo”, relató este reparador de neumáticos a la AFP por teléfono a última hora del viernes. Diyar “se fue porque la situación aquí es terrible”, dijo el hombre de 48 años. Kobane se convirtió en un símbolo de la victoria sobre el grupo Estado Islámico, después de que las fuerzas kurdas, respaldadas por Estados Unidos, expulsaran a los yihadistas en 2015.
Pero la ciudad, también conocida como Ain al Arab, está en el punto de mira de Turquía, que quiere que las fuerzas kurdas se retiren de las zonas fronterizas. De hecho, Turquía llevó a cabo incursiones mortales en la zona y amenazó con una nueva ofensiva terrestre. Mohamed precisó que la familia vivía a menos de un kilómetro de la frontera turca. El “sueño de Diyar era ir a Alemania para estar con mi hermano, que vive allí. Todo el mundo quiere irse”, dijo, añadiendo que Diyar viajaba con cuatro amigos.
Fuente: AFP.