Wilson, un perro rastreador, se perdió en la espesa selva. Ahora un centenar de militares sigue su rastro y el de los cuatro niños indígenas desaparecidos tras un accidente de avioneta el 1 de mayo en la Amazonía colombiana, informó el ejército este jueves. El pastor belga de seis años “se extravió (...) en las selvas de Caquetá y Guaviare (sur), sin que hasta ahora se tenga certeza sobre su paradero”, indicó la institución en un boletín.
Junto a él, decenas de perros rastreadores, seguidos de numerosos militares, buscan desde hace más de un mes a cuatro hermanos de 13, 9, 4 y un año. Los cadáveres de su madre, el piloto y un líder indígena fueron encontrados en los alrededores de la aeronave destruida, pero los niños no han sido ubicados.
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De acuerdo al Ejército, Wilson fue el perro que encontró en medio de la vegetación el biberón de Cristín, la menor que cumplió un año durante la asombrosa travesía por un hábitat donde rondan jaguares, pumas, serpientes y otros depredadores. También han sido hallados refugios improvisados, huellas, frutas mordidas, prendas, entre otras pistas que llevan a los militares a creer que los hermanos siguen vivos y están “muy cerca”.
Según el Ejército, “una de las hipótesis” sobre la desaparición de Wilson es que “debido a la complejidad del terreno, la humedad y las adversas condiciones climáticas se habría desorientado”. Sin embargo, también advirtieron haber “encontrado huellas que serían de los menores y muy cerca también las que podrían ser del perro”, sin precisar si la segunda hipótesis implica que están juntos.
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A unos 2,5 kilómetros del sitio donde cayó el avión, los militares encontraron un campamento abandonado por guerrilleros que se apartaron del pacto de paz firmado por las FARC en 2016. Según información oficial, los menores abordaron la avioneta junto a su madre el 1 de mayo para huir de los rebeldes, que reclutan y atemorizan a los habitantes de la zona.
A 17 días de su desaparición, el presidente Gustavo Petro anunció el milagroso hallazgo de los menores con vida, pero se retractó un día después y lamentó la falsa información. En un principio la denominada “Operación Esperanza” siguió el rastro de los niños en un área de unos 323 kilómetros cuadrados, equivalentes a toda la provincia de Buenos Aires. La semana pasada el Ejército logró reducir la zona a 20 kilómetros cuadrados, pero fuertes lluvias que se prolongan hasta 16 horas al día siguen dificultando la tarea.
Fuente: AFP.