Las autoridades mexicanas confirmaron este martes que los restos hallados la semana pasada en bolsas en una fosa clandestina corresponden a por lo menos ocho trabajadores de un call center del estado de Jalisco (oeste) reportados como desaparecidos. “Las pruebas periciales (...) confirman que corresponden a los jóvenes que laboraban en un centro de operaciones (telefónicas) en Zapopan y que contaban con denuncia de desaparición”, señaló el gobierno de Jalisco en un comunicado, basado en un reporte de las autoridades forenses.
Simultáneamente con este anuncio, la fiscalía de Jalisco reportó el hallazgo de otros 27 cadáveres en una tumba que había sido descubierta el pasado 25 de mayo en la localidad de Tlajomulco de Zúñiga, suburbio de Guadalajara. Ocho de esos cuerpos ya fueron identificados, aunque el organismo no ofreció detalles. Los restos de los empleados del call center fueron ubicados el pasado miércoles dentro de medio centenar de bolsas que forenses y socorristas recuperaron de un despeñadero del municipio de Zapopan, otro suburbio de la ciudad de Guadalajara, capital de Jalisco. No se informó en lo inmediato cómo murieron los trabajadores.
Según el gobierno federal, el centro telefónico estaría involucrado en fraudes inmobiliarios y algún tipo de extorsiones telefónicas, de acuerdo con las primeras indagatorias. Las víctimas habían sido vistas por última vez entre el 20 y el 22 de mayo, según las denuncias de sus familiares. Jalisco es el estado en México con mayor número de personas desaparecidas, más de 15.000 desde 1962 hasta la fecha, de un total de 110.771 casos en todo el país. Según expertos en temas de seguridad, el fenómeno de las desapariciones está relacionado principalmente con las guerras entre cárteles.
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Barbarie cotidiana
Familiares de los ocho jóvenes habían denunciado la lentitud de las autoridades para localizar a sus seres queridos e interrogar a los responsables del call center. “Para ellos no hay empresa, para ellos no hay dueño, para ellos hay una casa donde hubo un call center, punto”, había señalado en días pasados Arturo Robles, padre de una de las víctimas del mismo nombre.
Los otros jóvenes fueron identificados como Carlos Benjamín, Jesús Alfredo, Mayra Karina, Jorge Miguel, los hermanos Itzel Abigail y Carlos David y Juan Antonio, según la fiscalía, que por ley se reserva los apellidos. Las autoridades estiman que muchos de los desaparecidos en todo México se encuentran enterrados en fosas secretas, cuyo rastro siguen parientes agrupados en decenas de “colectivos de búsqueda”.
Los hallazgos de restos son cotidianos. El lunes, una de esas organizaciones informó que había encontrado seis cadáveres en la población de Salamanca, estado Guanajuato (centro), uno de los más violentos del país. Asimismo, este martes la Fiscalía de Colima (oeste) reportó que había encontrado “92 restos humanos y óseos”, sin precisar a cuántas personas corresponden.
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Tan sólo en Jalisco, desde diciembre de 2018 hasta abril de 2023 han sido localizadas 136 fosas clandestinas con 1.573 cuerpos. Las desapariciones “se dieron a raíz de la decisión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en 2015 de expandir sus fronteras. Invaden Michoacán, Jalisco, se lanzan hacia Zacatecas y otras zonas del país”, desatando cruentas luchas, comentó a la AFP David Saucedo, especialista en seguridad.
El CJNG, dirigido por Nemesio Oseguera “El Mencho”, por quien Estados Unidos ofrece 10 millones de dólares, sigue en expansión tratando de monopolizar el narcomenudeo y controlar más rutas hacia Estados Unidos”, una estrategia que incluye el reclutamiento forzado de jóvenes y el exterminio de bandas locales. Desde 2006, cuando México lanzó una ofensiva antidrogas con participación militar, se contabilizan más de 350.000 homicidios, la mayoría atribuidos por las autoridades a las guerras del narco.
Fuente: AFP.