Después de casi 5 años, Raúl Díaz Chacón, esposo de la paraguaya que residía en España, Romina Celeste Núñez, admitió este viernes pasado ante un juzgado haberla asesinado la madrugada de Año Nuevo, el 1 de enero de 2019, en Lanzarote, isla de la Provincia de Las Palmas, y que luego hizo desaparecer su cuerpo en el mar. La condena para el procesado es de 15 años y nueve meses.

El español Raúl Díaz Chacón se declaró culpable de los seis delitos que se le atribuyó durante la primera jornada del juicio en la Audiencia de Las Palmas (España). Admitió el homicidio, maltrato habitual, lesiones en dos casos, profanación de cadáver y simulación de delito, además aceptó la condena de la Fiscalía y la familia de la víctima, que tenía 29 años al momento del crimen.

El procesado permanecerá en prisión por 15 años y 9 años de cárcel, 5 años menos de la que venían exigiendo, porque ahora reconocen a su favor la reparación del daño, ya que había indemnizado a la familia con 300.000 euros, y las dilaciones que sufrió el caso. De acuerdo a la investigación, Díaz Chacón golpeó mortalmente a su mujer causándole la muerte. La atacó de forma sorpresiva, limitando su defensa e incrementando su sufrimiento y dolor.

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Tras varios años de espera se confirma que Romina Celeste Núñez fue la primera víctima de la violencia machista en España en 2019. Díaz Chacón fue detenido 13 días después del asesinato por la Guardia Civil, tras la intervención de su teléfono, que permitió a las autoridades escuchar la llamada en la que contó a un allegado cómo se había deshecho del cadáver de Romina.

Fue él propio marido quien denunció la desaparición de Romina ante la Guardia Civil, pero recién una semana después del hecho. En ese momento, alegó que no había acudido antes a las fuerzas de seguridad porque no era la primera vez que su esposa cortaba todo contacto con él tras una discusión.

Por su parte, la abogada de la familia, Emilia Zaballos, lamentó que Romina Celeste tuvo que irse de su casa durante un mes en el que estuvo viviendo en el domicilio de unos amigos para “poderse liberar” de las presiones que ejercía Díaz Chacón, como darle de baja del padrón municipal, algo que dificultaba la vida de la mujer como persona migrante sin documentación, lo que fue el detonante de un intento de suicidio y posterior depresión.

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