¿Si no hay acuerdo sobre la deuda entre demócratas y republicanos, qué gastos recortar? Es el dilema que enfrenta el Departamento del Tesoro, y el gasto social, principal ítem del presupuesto federal, podría ser la primera víctima. En 2022, la seguridad social, de donde provienen las jubilaciones, y el Departamento de Salud, a través de los programas Medicaid y Medicare, representaban conjuntamente unos 2,8 billones de dólares en un presupuesto total de 6,27 billones. Se trata de 45% de las erogaciones del Estado federal.
Si hay falta de fondos por imposibilidad de emitir deuda, podría haber maniobras contables a las que echar mano: retrasar algunos pagos es uno de los enfoques del Tesoro, informó el diario The Washington Post. Sería una solución apenas temporal. De persistir el desacuerdo político, el gobierno debería privilegiar el pago de la deuda pública para tratar de evitar un default.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, subrayó ya que sin más capacidad de emitir deuda el dinero no alcanzará para todo. Para los estadounidenses más vulnerables, jubilados, enfermos o pobres, las consecuencias podrían ser importantes: pensiones atrasadas, centros de salud sin capacidad de atención... Medicare representó 26% de los gastos de hospital en 2021, según el Departamento de Salud. Si se interrumpiera el flujo de fondos, algunos centros de salud no lograrían recuperarse.
Venta de activos
La otra solución: la Seguridad Social, que paga las jubilaciones, y el Departamento de Salud, podrían vender activos en los mercados financieros. Estas reparticiones disponen de dos fuentes de financiamiento: el dinero del presupuesto federal -más de 1 billón de dólares en 2022- y, al igual que los fondos de pensión más comunes, los dividendos o intereses generados por sus inversiones.
Pero la ley les obliga a invertir solo en activos públicos que generen retorno, lo que acota las posibilidades principalmente a los bonos del Tesoro, cuyo valor podría derrumbarse en caso de default de Estados Unidos. Las agencias de salud y pensiones perderían así en los hechos estas alternativas de financiamiento.
Lea más: EE. UU. aprueba venta de sistema de defensa aérea a Ucrania por USD 285 millones
La Seguridad Social dispone de unos 2,8 billones de dólares de activos y es el primer tenedor de bonos del Tesoro del mundo, por delante del sistema de pensiones de las Fuerzas Armadas estadounidenses con 1,36 billones. En los valores actuales de los bonos, serían dos años de financiamiento. El Departamento de Salud dispone de 430.000 millones de dólares, al valor actual unos tres o cuatro meses de financiamiento.
Esta alternativa podría permitir al gobierno ganar tiempo si funciona. Pero “los republicanos podrían empujar al presidente en este sentido para luego reprocharle por no controlar el gasto” público, explicó Robert Hockett, profesor de Derecho en la universidad Cornell.
Negociaciones y ataques
A casi una semana de la fecha considerada límite antes de un potencial default de Estados Unidos sobre su deuda, la Casa Blanca y la oposición republicana oscilaron este miércoles entre negociaciones y ataques, al tiempo que la agencia Fitch puso bajo vigilancia la preciada calificación AAA del país.
“La falta de acuerdo (...) sería una señal negativa para la gobernanza en general y la voluntad de Estados Unidos de cumplir a tiempo con sus obligaciones”, dijo Fitch en un comunicado el miércoles. La agencia ve con malos ojos el “partidismo político que está obstaculizando” las negociaciones, pero afirma que sigue “esperando una resolución a tiempo”.
El Departamento del Tesoro insistió en que la decisión de Fitch debería servir como llamada de alerta. “La advertencia de esta noche subraya la necesidad de una acción bipartidista rápida por parte del Congreso para aumentar o suspender el límite de la deuda y prevenir una crisis fabricada para nuestra economía”, dijo en un comunicado la portavoz del Tesoro, Lily Adams.
Lea también: Diputados brasileños aprueban proyecto impulsado por Lula sobre nuevas normas fiscales
La oposición y el gobierno llevan semanas negociando un aumento del límite de endeudamiento de Estados Unidos, sin el cual el Estado federal arriesga quedarse sin fondos para honrar sus compromisos. “Es una crisis fabricada”, reiteró el miércoles la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, fustigando el rechazo de los conservadores del Congreso de votar un aumento del límite de endeudamiento de Estados Unidos, indispensable para evitar una moratoria.
Mientras las negociaciones entre gobierno y oposición continuaban, la vocera atacó al ala más a la derecha del Partido Republicano. “Dicen ahora en voz alta todo lo que pensaban en voz baja”, acusó la portavoz, y reiteró por enésima vez que los republicanos toman “de rehén” la credibilidad financiera de Estados Unidos, en alusión a recientes declaraciones de un legislador republicano de la Cámara de Representantes.
Mientras tanto, el presidente Joe Biden ofreció congelar algunos gastos públicos en sus niveles actuales, lo cual reduciría el déficit fiscal en un billón de dólares adicionales en 10 años, informó el miércoles la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Los ahorros propuestos por Biden deberían acortar diferencias entre los planes de republicanos y demócratas en materia de gasto público, centro del desacuerdo que tiene a Estados Unidos contando los días para un default.
Tic toc
La secretaria del Tesoro ha reiterado que el gobierno podría quedarse sin fondos suficientes el primero de junio. “El plan presupuestal del presidente en realidad propone una reducción del déficit de 3 billones de dólares sobre 10 años”, dijo Yellen en un evento del diario The Wall Street Journal el miércoles.
“En esta negociación, el presidente ofreció cambios que podrían resultar en una reducción adicional del déficit de otro billón de dólares”, explicó. Los republicanos sostienen que sus planes de gasto recortan el déficit en 4,8 billones de dólares en una década, sin rebajas para Defensa o seguridad fronteriza.
La Casa Blanca quiere distribuir cualquier recorte para no cargar a algunos sectores, y quiere subir algunos impuestos, algo a lo que se oponen los republicanos. El líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, quien encabeza las negociaciones previas con Biden y las demandas de recorte de gasto de la oposición, señaló que podría haber “progresos hoy”, en alusión a las tratativas en curso durante la jornada. Sin embargo, volvió a acusar al gobierno de esperar a último momento para negociar.
Para eliminar el riesgo de un default, el Congreso debe aumentar el límite de endeudamiento del país. El Senado está controlado por los demócratas y los republicanos controlan la Cámara de Representantes. De no honrar sus obligaciones, Estados Unidos ya no podría pagar a los tenedores de bonos del Tesoro, refugio de las finanzas mundiales. El gobierno tampoco podría pagar subsidios ni pensiones, por ejemplo. Las consecuencias para la economía mundial serían catastróficas, advierten economistas.
Calificación AAA
La agencia calificadora Fitch Ratings puso el miércoles a Estados Unidos en vigilancia ante la posibilidad de una rebaja de su calificación por el riesgo de default, en medio de un estancamiento gubernamental sobre el aumento del límite de endeudamiento nacional. Fitch dijo que la calificación AAA “refleja el aumento del partidismo político que está obstaculizando el logro de una resolución para elevar o suspender el límite de endeudamiento” antes de una fecha límite inminente.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha dicho que el 1 de junio es la “fecha X” en la que el gobierno se quedará sin dinero, lo que desencadenaría un impago con probables consecuencias económicas devastadoras. “Fitch sigue esperando una resolución al problema del límite de la deuda antes de la fecha X”, dijo la agencia en un comunicado.
“Sin embargo, creemos que han aumentado los riesgos de que el límite de deuda no se eleve o suspenda antes de la fecha X y, en consecuencia, de que el gobierno pueda empezar a incumplir los pagos de algunas de sus obligaciones”. El presidente Joe Biden lleva meses inmerso en tensas conversaciones con la oposición republicana en el Congreso, que ha dicho que sólo aceptará elevar el límite de endeudamiento a cambio de importantes recortes del gasto.
Los republicanos, cada vez más dominados por una facción de la derecha leal al expresidente Donald Trump, han decidido utilizar este procedimiento generalmente rutinario como un medio para obligar a Biden a recortar en el sistema de salud y otros programas sociales. La administración Biden dijo el miércoles que todavía ve un camino hacia un entendimiento, aunque no había señales concretas de que ambas partes estuvieran avanzando hacia un acuerdo.
Wall Street, a la baja
La bolsa de Nueva York terminó a la baja el miércoles, en un contexto de prudencia generalizado mientras prosiguen las reuniones entre demócratas y republicanos en busca de una solución al problema de la deuda en Estados Unidos. El índice principal Dow Jones cedió 0,77%, el tecnológico Nasdaq 0,61% y el índice ampliado S&P 500 0,73%.
La oposición republicana y el gobierno de Joe Biden llevan semanas negociando un aumento del límite de endeudamiento de Estados Unidos, sin el cual el Estado federal arriesga quedarse sin fondos para honrar sus compromisos, lo que podría llevar al país a un inédito default sobre su deuda. El líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, quien encabeza las tratativas con Biden y las demandas de recorte de gasto de la oposición, señaló que podría haber “progresos hoy”, en alusión a las tratativas en curso durante la jornada.
“Todos sabemos lo que pasará”, comentó Maris Ogg, de Tower Bridge Advisors, para quien no habrá default. “La única cuestión es saber si logran un acuerdo o si postergan el problema” por un tiempo y continúan las tratativas, resumió. “Habrá mucha emisión de deuda” en los próximos meses para compensar las que no pudieron hacerse desde que Estados Unidos alcanzó su tope de endeudamiento de 31,4 billones de dólares en enero, sostuvo la analista.
Esta abundancia de bonos obligaría al gobierno a proponer tasas más altas. Esta anticipación explica las tensiones en el mercado obligatorio, donde el miércoles el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años subía a 3,74% frente a 3,69% el martes.
La bolsa recibió además la noticia de que los miembros de la Reserva Federal (Fed) son partícipes de mantener las tasas altas por un tiempo, según extractos de las actas de la última reunión de política monetaria del banco central estadounidense. Este contexto es negativo para el mercado bursátil, que esperaba un cambio de rumbo de la Fed hasta fin de año.
Entre los valores del día, las tiendas Kohl’s (+7,52%) ganaron terreno tras publicar resultados superiores a lo esperado. También Abercrombie & Fitch se disparó 31,07% gracias a buenos resultados. Target perdió de su lado 2,76%. La firma estadounidense anunció el miércoles que retirará de sus estantes productos que celebran a la comunidad LGBT+, tras las amenazas que recibieron algunos de sus empleados.
Plan para congelar gastos
El presidente Joe Biden ofreció congelar algunos gastos públicos en sus niveles actuales, lo cual reduciría el déficit fiscal en un billón de dólares adicionales en 10 años, informó el miércoles la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Los ahorros propuestos por Biden deberían acortar diferencias entre los planes de republicanos y demócratas en materia de gasto público, centro del desacuerdo que tiene a Estados Unidos contando los días para un default.
La oposición y el gobierno llevan semanas negociando un aumento o la suspensión del límite de endeudamiento de Estados Unidos, sin el cual el Estado federal arriesga quedarse sin fondos para honrar sus compromisos. Los negociadores de las dos partes debían retomar sus conversaciones al mediodía hora de Washington (16H00 GMT), según una fuente cercana a las tratativas que pidió el anonimato.
Yellen ha reiterado que el gobierno podría quedarse sin fondos suficientes el primero de junio. “El plan presupuestal del presidente en realidad propone una reducción del déficit de 3 billones de dólares sobre 10 años”, dijo Yellen en un evento del diario The Wall Street Journal el miércoles. “En esta negociación, el presidente ofreció cambios que podrían resultar en una reducción adicional del déficit de otro billón de dólares”, explicó.
Los republicanos sostienen que sus planes de gasto recortan el déficit en 4,8 billones de dólares en una década, sin rebajas para Defensa o seguridad fronteriza. La Casa Blanca quiere distribuir cualquier recorte para no cargar a algunos sectores, y quiere subir algunos impuestos, algo a lo que se oponen los republicanos.
Kevin McCarthy
El ambicioso Kevin McCarthy, quien llegó con dificultades a liderar la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, recuperó ascendencia sobre los legisladores de su partido al oponerse frontalmente a Joe Biden, a quien exige recortes del gasto público a cambio de aumentar el límite de endeudamiento de Estados Unidos y evitar un default.
Desde su puesto de “speaker” o vocero de esa oposición en la cámara baja, un lugar que de hecho es de liderazgo partidario en el Legislativo, forzó al presidente demócrata a negociar, con una estrategia que pone en riesgo el prestigio de excelente pagador de Estados Unidos.
¿Hasta dónde irá en esta pulseada que lo coloca en el centro del juego político? ¿Cederá para evitar una crisis de deuda, a riesgo de decepcionar a los legisladores partidarios de Donald Trump que en ese caso podrían buscar destronarlo? Las intenciones de este hombre de 58 años son misteriosas. Pero por ahora, parece haber unificado a los legisladores republicanos de las dos cámaras del Congreso, que sostienen su cruzada.
McCarthy salió debilitado tras su elección en enero a la cabeza de la Cámara. Jefe desde 2014 de los republicanos del Congreso, chocó contra una veintena de legisladores pro Trump que le reprochaban ser demasiado timorato, de falta de apoyo al expresidente e incluso de falta de convicciones. Tuvo que cortejarlos durante cuatro días y ofrecerles importantes concesiones, luego de 15 votaciones para decidir el cargo.
Pragmatismo
No era la primera vez que este hombre pragmático bebía un trago amargo. Desde una postura republicana clásica basada en la defensa del mercado y el éxito individual, Kevin McCarthy respaldó el corrimiento a la derecha de su partido en materia de inmigración, criminalidad o derechos de las personas transgénero.
Ante las alegaciones de fraude electoral sin pruebas esgrimidas por Donald Trump y el asalto al Capitolio, se mostró más ambiguo. Partidario del millonario republicano en las primarias de 2015, McCarthy apoyó al comienzo sus argumentos contra el resultado de las elecciones de 2020. Pero sacudido por el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021, declaró que Trump tenía “responsabilidad” en ese acto violento. Una semana después fue fotografiado sonriente junto al expresidente en su residencia floridana de Mar-a-Lago.
Hombre de contactos
Nacido en 1965 en Bakersfield, un bastión republicano en el corazón del estado demócrata de California, McCarthy es hijo de un bombero y un ama de casa demócratas. En su página web, destaca sus orígenes populares y promete “defender el sueño americano para quienes trabajan duro”. Cuenta cómo a los 21 años abrió un pequeño comercio para vender sandwiches y descubrió las trabas burocráticas.
Retomó luego sus estudios universitarios, se volvió asistente parlamentario y luego legislador local, hasta ingresar al Congreso por la cámara baja en 2006. Su red de contactos lo ha hecho conocido por su maestría en la recaudación de fondos. Una subasta organizada el martes en beneficio del Partido Republicano confirmó su nueva popularidad: la controversial legisladora Marjorie Taylor Greene gastó 100.000 dólares en un bálsamo labial utilizado por “Kevin”...
Fuente: AFP.