No hubo avances, pero las discusiones continúan y el default “no es una opción”: Joe Biden y los líderes republicanos en el Congreso se mantienen en sus posiciones sobre un aumento al límite de endeudamiento del país, pero continuarán hablando para tratar de evitar una moratoria de la mayor economía mundial.
Para el mandatario, el escenario de Estados Unidos faltando a sus obligaciones con sus acreedores por falta de capacidad de emitir deuda “no es una opción”. “No vi ningún movimiento”, resumió de su lado el líder de la mayoría opositora en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, tras reunirse en la Casa Blanca con el presidente, en un encuentro del que también participó el líder de la minoría opositora en el Senado, Mitch McConnell, además de los principales legisladores demócratas, Hakeem Jeffries, líder de la minoría en la Cámara Baja y el principal del Senado, Chuck Schumer.
El viernes habrá una nueva reunión entre las dos partes, señaló McCarthy. Pero por ahora, ambos bandos se acusan mutuamente de tomar de “rehén” a la economía. Biden señaló ayer martes a la prensa que podría llegar a anular su gira asiática prevista para fin de mes si no hay acuerdo sobre este espinoso asunto de la deuda para entonces.
Demócratas y republicanos no se ponen de acuerdo sobre el aumento del techo de deuda de Estados Unidos, indispensable para que el país honre sus pagos, evite un default, pague salarios de funcionarios públicos, pensiones y proveedores. Los republicanos se niegan a aprobar un incremento o la suspensión de este tope a menos que el gobierno acepte draconianos recortes del gasto público. Biden no quiere vincular los dos asuntos.
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Carrera contra el tiempo
Elevar el tope de emisión de deuda, que permite al gobierno pagar gastos, suele ser algo habitual en Estados Unidos, donde este sistema funciona desde hace décadas y es resorte del Congreso. Sin embargo, aumentar el máximo actual, que es de 31,4 billones de dólares y fue superado ya en enero, se convirtió en una guerra que enfrenta a la Casa Blanca con los congresistas republicanos, que demandan recortar gastos y achicar el déficit fiscal como condición para autorizar un mayor endeudamiento del gobierno federal.
En 2011, el empantanamiento llevó a que Estados Unidos perdiera temporalmente la codiciada calificación “AAA” de su deuda. Este año, McCarthy y su Partido Republicano decidieron decirle “No” a elevar el tope de la deuda, a menos que los demócratas acepten primero drásticos recortes presupuestarios.
Es una carrera contra el tiempo. El domingo la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtió que si el Congreso no resuelve rápidamente el asunto “se desataría el caos financiero y económico”. “Claramente la distancia es inmensa entre la posición del presidente y la de los republicanos”, dijo luego sobriamente Yellen el lunes.
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“Ley default”
Los demócratas se refieren al plan republicano en la Cámara para elevar el límite de endeudamiento con recortes presupuestarios como la “ley Default”. Y en el Senado también se prepara un choque, ya que 43 republicanos firmaron el fin de semana una carta dirigida a Schumer expresando su compromiso colectivo de oponerse a subir el techo de la deuda “sin una reforma sustancial del gasto y del presupuesto”.
Un fracaso en alcanzar una solución puede no solo desatar una tormenta en Wall Street, sino también impactar a Biden, en campaña para su reelección en 2024. Wall Street cerró ligeramente a la baja el martes y la firma de análisis Oxford Economics señaló en una nota que los inversores “evitan la deuda estadounidense que vence en junio, julio y agosto”. Algunos títulos llamados “Credit Default Swaps”, una suerte de seguro contra el riesgo de default, se intercambian a niveles históricamente altos, un indicador más de la inquietud que reina en el mundo financiero.
“El techo de la deuda es preocupante, pero los inversores ya vieron esta película. En general, termina bien”, matizó de lado Steve Sosnick, de Interactive Investment, resumiendo el sentimiento del mercado. Aún no está claro si el gobierno se quedará sin fondos para pagar sus deudas. La semana pasada el Tesoro advirtió que esto puede suceder el 1° de junio.
Los pagos del Tesoro podrían interrumpirse por algunos días hasta que a mediados de junio aumente la recaudación por la temporada de pago de impuestos. Los estadounidenses ven como espectadores esta pulseada y no parecen tomar partido por ningún bando. Un sondeo de Gallup muestra que en materia económica solo 35 % confía en Biden, y 38 % en la cúpula republicana.
Fuente: AFP.