El papa Francisco hizo este domingo un llamado a favor de la acogida de migrantes en una misa al aire libre en Budapest, a la que asistieron decenas de miles de personas, en el tercer y último día de su visita a Hungría. “Por favor, ¡abramos las puertas!”, urgió el papa, un claro partidario de la acogida de refugiados, ante un público multitudinario y en presencia del primer ministro húngaro, el nacionalista Viktor Orbán, quien defiende una línea dura contra los migrantes.
“Es triste y hace daño ver puertas cerradas: las puertas cerradas de nuestro egoísmo hacia quien camina con nosotros cada día (...), las puertas cerradas de nuestra indiferencia ante quien está sumido en el sufrimiento y en la pobreza”, añadió.
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Francisco mantuvo a lo largo de su visita en Hungría un discurso crítico con la política de Orbán, quien justifica su oposición a la acogida de migrantes o refugiados por la defensa de la “civilización cristiana”. El pontífice argentino había pedido la víspera “erradicar los males de la indiferencia” durante un encuentro con refugiados, en su mayoría ucranianos.
“Cumplamos con nuestra misión cristiana”
El papa llegó hacia las 9:00 (7:00 GMT) a bordo de su “papamóvil” a la céntrica plaza Kossuth Lajos de la capital húngara. Desde las primeras horas de la mañana, los fieles comenzaron a afluir, bajo un sol primaveral, a la plaza, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. Unas 50.000 personas estaban presentes, según el servicio de prensa del Vaticano.
“Es algo único, fascinante, ver al papa tan cerca”, dijo a la AFP Levente Kiss, un estudiante húngaro de 21 años, quien elogió “la llamada del papa a apoyar a los refugiados, sobre todo aquellos que huyen de la guerra de Ucrania”. “Aunque su opinión no siempre se corresponde con la de distintas organizaciones o del gobierno, es importante que más allá de los discursos políticos, cumplamos con nuestra misión cristiana”, destacó este joven.
La guerra en Ucrania -país que comparte frontera con Hungría- también ha sido uno de los temas centrales de esta segunda visita papal en menos de dos años a este país de Europa Central. En una enésima llamada por parte del papa a buscar la paz en Ucrania, denunció el auge de los nacionalismos y pidió “recuperar el alma europea” ante el “infantilismo belicoso”.
Desde el inicio del conflicto, en febrero 2022, más de dos millones de ucranianos transitaron por suelo húngaro, aunque solo 35.000 solicitaron el estatus de “protección temporal” implementado por la Unión Europea (UE), según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La posición ambigua de Orbán con respecto al conflicto no les incita a permanecer en Hungría.
Reunión con un opositor
Por la tarde, el pontífice argentino, de 86 años, pronunciará un último discurso ante representantes del mundo cultural y científico en la universidad católica de Budapest. Después, dará su tradicional conferencia de prensa en el avión de regreso a Roma. En un encuentro que no estaba anunciado en el programa de su visita, el papa se reunió el sábado por la tarde con el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, un firme opositor a Orbán.
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También lo hizo con el metropolita Hilarión, el exresponsable de las relaciones exteriores de la Iglesia ortodoxa al que despidieron por sus reticencias respecto a la invasión rusa de Ucrania. Un mes después de su hospitalización por una bronquitis, Francisco tenía buen aspecto.
El argentino es el segundo pontífice que visita Hungría, después de Juan Pablo II en 1991 y 1996. A pesar de su avanzada edad y a los dolores en una rodilla que le obligan a desplazarse con un bastón o en silla de ruedas, tiene previsto visitas a Lisboa en agosto y a Marsella (Francia) en septiembre, además de Mongolia.
Fuente: AFP.