El expresidente estadounidense Donald Trump ha asegurado que será el “leal e intrépido campeón” que defenderá la Segunda Enmienda de la Constitución, la que consagra la posesión de armas de fuego, si gana las elecciones presidenciales de 2024.
“Estoy orgulloso de haber sido el presidente más proarmas y más pro Segunda Enmienda que habéis tenido en la Casa Blanca y si me apoyáis en 2024 seré vuestro leal amigo e intrépido campeón de nuevo como el 47º presidente de Estados Unidos”, ha publicado Trump en su red social, Truth Social.
Trump se encuentra en Indianápolis para participar en la Convención Anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), donde también se encuentra su antiguo vicepresidente, Mike Pence, quien está barajando presentarse a las primarias del Partido Republicano y disputar la nominación al millonario neoyorquino, con quien está ahora abiertamente enfrentado.
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Por el momento en la carrera por la nominación demócrata el único que podría hacer sombra a Trump en las encuestas es el gobernador de Florida, Ron DeSantis. En las últimas horas uno de los posibles contendientes, el exsecretario de Estado Mike Pompeo, ha confirmado oficialmente que no se presentará.
“No nos vamos a sumar a la carrera para 2024″, ha explicado Pompeo en declaraciones a la cadena Fox News. “Hemos llegado a la conclusión de que no era el momento para nosotros”, en referencia a él mismo y a su esposa, Susan, destaca la televisión.
Pompeo ha publicado un mensaje en Twitter poco después de confirmarlo en Fox News en el que indica que su decisión es “personal” y que ahora no es el “momento adecuado” tanto para él como para su familia. Sin embargo, ha resaltado que “sigue habiendo muchas oportunidades de que llegue un momento más adecuado”.
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Fuente: Europa Press.
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Paraguay y EE. UU. no alterarán relaciones tras comicios, afirmó politólogo
Las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Paraguay resultan muy valiosas y no se verán modificadas, ni con Kamala Harris ni con Donald Trump como presidentes, afirmó el politólogo Carlos De la Sobera al hacer este martes un análisis sobre el desarrollo de las elecciones en Estados Unidos. “Paraguay está dentro de un concierto de naciones aliadas a EE. UU., independientemente del partido que gane. Paraguay es un aliado y socio estratégico de EE. UU., a nivel institucional no veo que haya una gran alteración a los intereses políticos del Paraguay”, señaló.
Por otra parte, sí reconoció las diferencias existentes entre cada uno de los candidatos, con respecto a la política exterior. Recordó así que Trump ha sido una persona más aislacionista y mucho más de derecha, mientras que Joe Biden, con Kamala Harris en su gobierno, ha dejado mucho qué desear en cuanto a su posición sobre la guerra en Gaza. Este martes, con el desarrollo de las elecciones en Estados Unidos, se desarrolla la sexagésima contienda presidencial en la historia del país norteamericano. La representante del Partido Demócrata, Kamala Harris, enfrenta al candidato por el Partido Republicano, Donald Trump.
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Sobre la votación
De la Sobera explicó la manera en que los norteamericanos eligen a su próximo representante presidencial, basados en el voto indirecto. Remarcó que consiste en un sistema que los fundadores de los Estados Unidos, acordaron, para designar la cantidad de votos electorales, de acuerdo a la población de cada estado.
“Entonces, por ejemplo, el estado más poblado del país es California, por lo tanto tiene asignados 54 votos electorales; le sigue Texas, luego Nueva York o Florida y así sucesivamente, hasta llegar al estado menos poblado”, detalló el experto en política, a la 1020 AM. Si uno de los candidatos gana en determinado estado, todos los votos electorales va para dicho aspirante. Así se va sumando, hasta que uno de los candidatos alcance los 270 votos electorales necesarios, para ser presidente del país.
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Trump y Harris enfrentan sus visiones del mundo
Los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos tienen visiones del mundo muy diferentes, y las elecciones de noviembre pueden cambiar radicalmente la política hacia Ucrania y otros socios internacionales. La vicepresidenta Kamala Harris propone en buena medida continuar la agenda de Joe Biden, aunque busca matizar el tema de Medio Oriente; mientras que una eventual victoria de Donald Trump puede significar una fuerte ruptura en la política exterior estadounidense.
Ucrania
Pocos temas dividen tanto a los dos candidatos como Ucrania. Trump ha hecho mofa de los miles de millones de dólares de ayuda estadounidense a Ucrania, al decir que Rusia, que inició la invasión en febrero de 2022, está destinada a ganar. En el pasado, el expresidente ha mostrado admiración por el mandatario ruso, Vladimir Putin, quien recientemente calificó a Trump de “sincero” al intentar poner fin a la guerra en Ucrania. El republicano ha sugerido el retiro de la ayuda estadounidense para forzar a Kiev a hacer concesiones territoriales y acabar con la guerra de forma rápida.
Trump también se ha burlado del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, al llamarlo “el más grande de los vendedores” en referencia a su gestión para obtener la ayuda militar estadounidense, pese a lo cual, ambos sostuvieron una reunión cordial en setiembre. Harris ha prometido mantener el apoyo a Ucrania y dijo en el debate de setiembre que “si Donald Trump fuera presidente, Putin estaría sentado en Kiev justo ahora”.
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Medio Oriente
Harris y Trump son proisraelíes, pero divergen en cuánta presión ejercer sobre el aliado estadounidense en sus casi 13 meses de guerra, iniciada tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, extendida a Líbano y con ataques de toma y dame entre Israel e Irán. Harris, al igual que Biden, ha dejado claro que seguirá armando a Israel, distanciándose de los llamados de la izquierda del Partido Demócrata a un embargo de armas por la seguridad de los civiles.
Pero Harris también ha defendido una “autodeterminación” palestina y vio en el asesinato del jefe de Hamás, Yahya Sinwar, una oportunidad para acabar con la guerra en Gaza. Trump, cuya base republicana es incondicionalmente proisraelí, acusó a la administración Biden de intentar injustamente restringir a Israel y dijo que está en contacto regular con el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Como presidente, Trump tomó una serie de medidas históricas a favor de Israel, como el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén o los incentivos que dio a países árabes para reconocer al estado hebreo. Pero él también tiene una compleja historia con Netanyahu, a quien critica por ser parte del grupo de líderes mundiales que reconocieron la victoria de Biden en las elecciones de 2020, un resultado que Trump rechaza.
China y Taiwán
Los congresistas demócratas y republicanos ven a China como el mayor desafío en el largo plazo, sin embargo, difieren en su enfoque y retórica. Trump ha atacado a Pekín de forma incesante en sus discursos y ha prometido que impondrá masivas tarifas a los bienes provenientes de China, con el ánimo de impulsar la manufactura doméstica. Pero pese a sus declaraciones, también ha indicado que está abierto a buscar acuerdos con el presidente chino, Xi Jinping.
De cierta forma, Biden ha ido más lejos que Trump al prohibir radicalmente las exportaciones de chips de alta tecnología. Harris ha subrayado la reticencia de Trump para tomar medidas similares mientras estuvo en el cargo acusándolo de que “básicamente nos vendió”, y que el ejército de China se beneficia de tecnología estadounidense.
En Taiwán, la isla de democracia autónoma que Pekín reclama como parte de su territorio, Trump causó nerviosismo al sugerir que pague por su defensa, comparando a Estados Unidos con una compañía de seguros. Como vicepresidenta, Harris ha pedido mantener el statu quo, al afirmar que “apoyamos la autodefensa de Taiwán, en consonancia con nuestra política de larga data”.
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Aliados de EE. UU.
En un profundo contraste con respecto a presidentes de ambos bandos, Trump ha cuestionado la utilidad de la alianza atlántica OTAN, que integran desde el inicio de la Guerra Fría varios países occidentales. Trump incluso dijo en febrero que animaría a los rusos a hacer “lo que quieran” a los miembros de la OTAN que no aporten los fondos para defensa.
Harris ha señalado con frecuencia los comentarios de Trump, y al igual que Biden ha prometido trabajar con los aliados y apoyar a la OTAN. En su presidencia, Trump se mostró a favor de romper acuerdos internacionales que no le gustan, incluido el acuerdo nuclear con Irán. También se esperaría de Trump una mayor presión sobre líderes de izquierda en América Latina, sobre todo en Cuba y Venezuela, aunque ni Biden ni Harris parecen desmarcarse de esa política.
Fuente: AFP.
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Si Trump pierde, ¿habrá violencia?
Gran parte de la preocupación del mundo durante la campaña de las presidenciales estadounidenses de 2024 se ha centrado en qué pasará en caso de que gane Donald Trump. Pero muchos estadounidenses están también preocupados por el resultado opuesto. El expresidente republicano de 78 años, que está empatado en las encuestas con la demócrata Kamala Harris en la carrera por la Casa Blanca, nunca ha reconocido sus derrotas electorales, desde las primarias de Iowa de 2016 hasta las presidenciales de 2020.
“Si pierde este año, no tengo dudas de que alegará fraude, no dejará piedra sin remover para revertir los resultados y se negará a asistir a la toma de posesión de Harris”, dijo Donald Nieman, analista político de la Universidad de Binghamton, en el estado de Nueva York. “No solo es un mal perdedor, es alguien que nunca admitirá que perdió”, comentó.
El magnate carga con 34 condenas por delitos graves por un escándalo que involucra pagos encubiertos por el silencio de una estrella porno que temía que estuviera a punto de arruinar su campaña de 2016 con una historia lasciva sobre un encuentro sexual. Y ha sido acusado de difundir falsas acusaciones de irregularidades y fraude en las elecciones de 2020.
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Disturbios mortales
Sus críticos temen que se repitan las escenas de violencia que provocaron esas mentiras. Una asonada protagonizada por una turba enfurecida alentada por el propio Trump en las afueras del Capitolio, en enero de 2021, causó muertos y heridos. Trump ha insinuado que hechos así pueden volver a ocurrir.
“Si pierdo, les diré una cosa, es posible porque hacen trampa. Esa es la única manera en que vamos a perder: porque hacen trampa”, dijo el mes pasado el candidato republicano durante un mitin de campaña en Michigan. El candidato republicano, que intentó cooptar al Departamento de Justicia en su intento de anular las últimas elecciones, según un informe del Congreso sobre la asonada de 2021, ya no cuenta con el respaldo del poder del gobierno federal.
Pero ha estado difundiendo las mismas denuncias infundadas sobre la fiabilidad del voto por correspondencia y sobre el propio escrutinio. A Harris, además, la acusó de “espiar” su campaña y de estar detrás de sus múltiples procesamientos, así como de violar la constitución al reemplazar al presidente Joe Biden como candidata demócrata.
El exmandatario y sus aliados prepararon el escenario para los disturbios de 2021 a través de medios legales, presentando más de 60 demandas por la forma en que las autoridades estatales y locales habían cambiado las reglas de votación en el contexto de una pandemia. Todas fueron rechazadas por los distintos jueces, que coincidieron en que esas demandas debían haberse presentado antes de que comenzara el recuento de votos.
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“Violencia esporádica”
Esta vez, Trump y sus aliados tuvieron en cuenta esa objeción y elevaron más de un centenar de demandas antes de que comenzara la votación anticipada, cuestionando desde cómo los estadounidenses se registran y emiten sus sufragios hasta quién puede votar. La mayoría de ellas no estarán resueltas antes del día de las elecciones, pero diversos analistas sostienen que el objetivo real de la campaña del republicano es sembrar la desconfianza sobre el proceso de recuento de votos.
Debido a que los republicanos bloquearon las reformas electorales para acelerar el conteo en Pensilvania, el escrutinio en ese estado podría prolongarse varios días, un tiempo de incertidumbre ideal para levantar sospechas sobre los comicios del 5 de noviembre. “Las escaramuzas legales podrían prolongarse durante semanas y, dependiendo de su intensidad, podrían conducir a protestas o incluso a actos esporádicos de violencia en ciertas áreas”, dijo la analista política Adrienne Uthe, fundadora de la firma de relaciones públicas Kronus Communications, con sede en Utah.
Tres de los seis analistas contactados por la AFP para conocer las implicaciones de una derrota de Trump esperaban que no se repitiera la asonada de 2021 en Washington, y que cientos de procesamientos posteriores de los alborotadores jugaran como un potente elemento disuasorio.
Algunos dijeron que la verdadera preocupación esta vez serían las tácticas de intimidación en los estados más disputados el propio día de las elecciones. People For the American Way, un grupo de expertos liberal, advierte que los activistas que han promovido afirmaciones sobre fraude electoral están reclutando funcionarios electorales para operar en esos estados fluctuantes. Otros grupos han advertido que podría haber manifestaciones violentas en esos sitios. “Mi mayor temor es la violencia en Madison, Wisconsin, Lansing, Michigan o Harrisburg, Pensilvania, por parte de partidarios armados de Trump, diseñada para impedir que los electores emitan sus votos”, dijo Nieman.
Fuente: AFP.
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Del abandono de Biden al intento de asesinato: los hitos de la campaña electoral
Estos son los momentos claves de una campaña fuera de lo normal, cuando falta una semana para las elecciones presidenciales estadounidenses.
Las primarias
Las elecciones primarias comenzaron en enero. El presidente Joe Biden no se enfrentó a ningún rival de peso de su partido y ganó, a pesar de un movimiento de protesta por su apoyo a la guerra de Israel en Gaza. En el partido republicano, el expresidente Donald Trump tuvo más competencia, sobre todo de la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley.
Pero su éxito fue arrollador y todos sus rivales tiraron la toalla. En marzo, ambos acumularon suficientes delegados para asegurarse la nominación. Se daba por sentado que se batirían de nuevo en duelo electoral y los estadounidenses parecían poco entusiasmados con la idea.
Juicio en Nueva York
Un mes después comenzó en Nueva York el juicio penal de Donald Trump por pagos ocultos a una exactriz porno. Tras semanas de vistas judiciales, el multimillonario fue declarado culpable, algo nunca visto para un expresidente estadounidense. Pero le esperaba una sorpresa: a finales de junio, el republicano obtuvo una victoria en la Corte Suprema que retrasó su sentencia y debilitó el resto de procesos penales contra él.
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El primer debate
Ese mismo mes, concretamente el día 27, la campaña dio un vuelco. Donald Trump y Joe Biden se enfrentaron en un debate en la cadena CNN. El demócrata de 81 años tuvo un desempeño desastroso: se atropellaba al hablar y a veces parecía perdido. El pánico se apoderó de las filas demócratas. Para sorpresa de todos, Donald Trump optó por la moderación ante los problemas de su rival.
Intento de asesinato
Por si los vuelcos fueran pocos el 13 de julio Donald Trump sobrevivió a un intento de asesinato durante un mitin en la localidad de Butler, en el estado de Pensilvania (noreste). Resultó herido en una oreja por disparos efectuados por un hombre desde una azotea. Sale rodeado de agentes del Servicio Secreto con un puño en alto. Se le oye murmurar “Lucha”.
Tras un breve paréntesis de unidad nacional, republicanos y demócratas reanudaron la campaña y sus ataques. La convención republicana dejó patente el dominio de Trump sobre el partido. Eligió al joven senador J.D. Vance como compañero de fórmula. En setiembre, el multimillonario volvió a ser objeto de un intento de asesinato en su campo de golf de Florida. Semanas después el magnate republicano regresó a Butler para un gran mitin con Elon Musk, el hombre más rico del mundo y propietario de Tesla y SpaceX.
El abandono de Biden
Pocos días después del fin de la convención republicana hubo otra voltereta: Joe Biden anunció que tiraba la toalla. La campaña se sumía en lo desconocido. En una breve carta publicada en las redes sociales el 21 de julio, el presidente saliente cedía a la presión de los demócratas por las dudas sobre su estado físico y mental. Anunció que apoyaba a su vicepresidenta Kamala Harris para sucederle.
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El éxito de Harris
En apenas unas horas, Kamala Harris logró el apoyo de los principales demócratas y se erigió como la nueva candidata del partido en un tiempo récord. La entrada en la carrera de esta mujer negra de ascendencia surasiática, exfiscal y casi veinte años más joven que Donald Trump movió las fichas. Animada por una ola de entusiasmo, fue coronada en agosto en Chicago en una convención eufórica. Eligió como compañero de fórmula a Tim Walz, antiguo profesor y entrenador de fútbol americano reconvertido en gobernador.
Debate
El 10 de setiembre Donald Trump y Kamala Harris se enfrentaron en su primer -y último- debate. El republicano rechazó otro cara a cara. La demócrata se impuso, atacando a su rival en los temas que más hieren su ego: su capacidad de convocatoria en sus mítines y su reputación internacional. Donald Trump lanzó sus ataques habituales, en particular sobre la migración y acusó a su rival de “marxista”.
Al término del debate atacó a los moderadores, cuestionando su imparcialidad. Aunque el debate fue seguido por más de 67 millones de telespectadores, no está claro que haya tenido impacto en la campaña. Los sondeos pronostican unas elecciones extremadamente reñidas.
Fuente: AFP.