La Cumbre Iberoamericana fue inaugurada este viernes último en República Dominicana con el sorpresivo anuncio de la participación del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuya legitimidad es cuestionada por Ecuador, Paraguay y España. El encuentro en Santo Domingo, que se extiende hasta el sábado, tiene una agenda enfocada en la difícil situación económica que dejó la pandemia de covid-19 y que se agravó en la región con la invasión rusa de Ucrania. El foro apuesta a fortalecer la cooperación entre América Latina y Europa.
El presidente del país anfitrión, Luis Abinader, inauguró la cita en la Fortaleza de Osama, un hermoso fortín colonial frente al mar Caribe, junto al rey de España, Felipe VI, y otros nueve jefes de Estado. “Urge repensar un sistema financiero global más justo, que nos permita invertir para crear las bases de un desarrollo económico verde, equitativo y verdadero”, dijo Abinader en su discurso.
La plenaria de la cumbre se celebrará el sábado, cuando los mandatarios suscribirán una declaración conjunta. En ese debate debe participar Maduro, ausente en la ceremonia inaugural. Su llegada a Santo Domingo fue anunciada por la maestro de ceremonias al enumerar el arribo de gobernantes.
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Es la primera vez que el mandatario participa de este foro desde que llegó al poder en 2013 tras la muerte de su antecesor, Hugo Chávez. Su legitimidad ha sido puesta en duda desde su reelección en 2018 por varios países de la región, que tacharon ese proceso de fraudulento. De hecho, en la cumbre pasada en 2021 en Andorra, donde Maduro fue representado por su vicepresidenta Delcy Rodríguez, Venezuela fue epicentro de un acalorado debate.
América Latina ha experimentado desde entonces un viraje a la izquierda en países como Argentina, Chile, Colombia y Brasil, lo que mejoró el panorama internacional para Maduro, a medida que en el ámbito nacional la oposición venezolana perdía fuerza con el fracaso de su ofensiva para desplazarlo del poder con apoyo de Estados Unidos. Ahora buscará en 2024 un tercer mandato de seis años.
No está prevista la asistencia del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ni del nicaragüense, Daniel Ortega, ambos criticados también por su creciente autoritarismo y acusados de violaciones de los derechos humanos.
“No va a defraudar”
La declaración conjunta que está previsto sea firmada el sábado incluye “una ‘ruta crítica de seguridad alimentaria, incluyente y sostenible en Iberoamérica’, una ‘carta medioambiental iberoamericana’, que contribuya a proteger nuestro hábitat y océanos; y la ‘carta iberoamericana de principios y derechos en entornos digitales’, para garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales en el marco de la transformación digital”, según un comunicado de la organización.
América Latina enfrenta un año difícil, con proyecciones de crecimiento menores al 2%, mientras el costo de una dieta saludable en la región es el más caro del mundo: 3,89 dólares diarios por persona, inaccesible para 22,5% de la población, según Naciones Unidas.
Un punto central será el acceso a financiamiento para países pobres. La Cumbre Iberoamericana antecede a la reunión de julio entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE), que se celebrará el 17 y 18 de julio en Bélgica. “La recuperación económica hoy más que nunca necesita cooperación”, dijo Felipe VI al término de un encuentro empresarial previo a la cumbre. “La apuesta por Iberoamérica no va a defraudar”.
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“Debajo de la alfombra”
La superación de la crisis económica que golpea a parte de la región pasa por conseguir estabilidad política, en medio de severas turbulencias en países como Perú, Ecuador o Venezuela. El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, dijo en el encuentro empresarial que luchaba por ejemplo con “una oposición muy ciega” que busca llegar al poder “no por el voto, sino por un golpe de Estado parlamentario”, cuando se impulsa un juicio político en su contra.
Un tema candente, pero no protagonista de la cumbre es la migración, estimó Mariano De Alba, analista del International Crisis Group, que cree será parte más bien de las bilaterales. “Latinoamérica vive una de las migraciones más grandes de la historia”, dijo el presidente paraguayo, Mario Abdo, al referirse a los más de 7 millones de venezolanos que han dejado el país según la ONU. “Eso no lo podemos guardar debajo de la alfombra”.
Fuente: AFP.