La audiencia ante la justicia del jefe de estación de Lárisa, señalado como responsable de la peor catástrofe ferroviaria en la historia de Grecia, fue aplazada al domingo, mientras el país vivía nuevas protestas el sábado por el accidente que dejó al menos 57 muertos.
Miles de personas salieron a las calles a protestar en todo el país desde la colisión frontal entre dos trenes el martes por la noche, indignados por la falta de medidas de seguridad en la red ferroviaria griega.
Convocados por colectivos de jóvenes comunistas, cientos de manifestantes protestaron nuevamente en Atenas y Tesalónica, de manera pacífica, el sábado por la noche. Una gran concentración de estudiantes y empleados ferroviarios está prevista para el domingo en la plaza Syntagma de la capital, Atenas, frente al Parlamento.
“Lo que pasó no fue un accidente, ¡fue un crimen!”, dijo Sofía Hatzopoulou, estudiante de 23 años de filosofía en Tesalónica. “No podemos contemplar que ocurre todo esto y quedarnos indiferentes”, agregó.
En el tren viajaban numerosos estudiantes que regresaban de un fin de semana alargado por una festividad. Entre los muertos hay al menos nueve jóvenes que estudiaban en la Universidad Aristóteles de Tesalónica, mientras que otros 26 resultaron heridos.
El jefe de estación de Lárisa (centro) admitió su responsabilidad en el choque entre el tren de pasajeros y un convoy de mercancías, que durante varios kilómetros circularon por la misma vía en la línea Atenas-Tesalónica.
El hombre, de 59 años, tenía que comparecer el sábado ante un tribunal, donde podría enfrentarse a cargos de homicidio por negligencia, pero la audiencia fue aplazada al domingo, según su abogado.
El acusado podría ser condenado a cadena perpetua si se le declara culpable, pero su abogado ha alegado que hubo otros factores en juego. “Hay nuevos elementos importantes que deben ser examinados”, dijo a la AFP su abogado Stefanos Pantzartzidis.
La radiotelevisión pública ERT informó que el jefe de la estación había sido nombrado para el puesto solo 40 días antes, y tras solo tres meses de formación.
El hombre, cuya identidad no se ha revelado, estaba aparentemente solo en la estación sin ningún supervisor, según el diario Kathimerini, a pesar de ser un fin de semana festivo con gran demanda y mucho tráfico ferroviario.
Redada policial
Según fuentes judiciales, los investigadores están estudiando la posibilidad de presentar cargos penales contra miembros de la dirección del operador ferroviario Hellenic Train.
La policía incautó archivos de audio y otros objetos durante una redada en la estación de Lárisa, cerca de donde se produjo el accidente, informó a la AFP una fuente judicial.
Miles de personas se concentraron el viernes frente a la sede en Atenas de Hellenic Train para protestar por la falta de mejoras en la seguridad de la red ferroviaria, a pesar de los accidentes ocurridos en los últimos años.
“¡Asesinos!”, gritó la multitud, y algunos manifestantes pintaron en rojo la misma palabra en la fachada de cristal del edificio. También hubo miles de manifestantes en Tesalónica, la segunda ciudad de Grecia, y protestas más reducidas en Lárisa o Patra, según la policía.
El primer ministro Kyriakos Mitsotakis, que aspira a la reelección en unos meses, atribuyó el desastre a un “trágico error humano”, pero muchos en las manifestaciones ocurridas en Atenas, Tesalónica y otras ciudades culpan a las autoridades.
El servicio de tren en Grecia está paralizado desde el jueves por una huelga de sus trabajadores que entienden que la mala gestión de las sucesivas administraciones contribuyó a la colisión.
“Evaluación completa”
Los sindicatos aseguran que los problemas de seguridad en la línea entre Atenas y Tesalónica se conocían desde hace años.
Los sobrevivientes describieron escenas de horror y caos. Algunos familiares seguían esperando noticias de sus seres queridos desaparecidos. Roubini Leontari, jefe forense del hospital general de Lárisa, dijo el jueves a ERT que más de 10 personas seguían con paradero desconocido, entre ellas dos chipriotas.
Durante décadas, la red ferroviaria griega, de 2.552 kilómetros, ha estado plagada de mala gestión, mantenimiento deficiente y equipos obsoletos. Tras la dimisión del ministro de Transportes el miércoles, su sustituto, Giorgos Gerapetritis, prometió una “evaluación completa del sistema”.
Fuente: AFP.