La Casa Blanca ha evitado confirmar la posición del Gobierno respecto al informe del Departamento de Energía estadounidense que apunta a que el coronavirus se propagó por un accidente en un laboratorio chino, después de que China le recriminase la politización del virus.
En una rueda de prensa, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, ha asegurado que “los servicios de inteligencia y el resto del Gobierno aún lo están investigando”, y ha añadido que “lo que quiere el presidente son hechos, quiere que todo el Gobierno se empeñe en conseguir esos hechos, y eso es lo que estamos haciendo, solo que aún no lo hemos conseguido”.
“El presidente hizo de encontrar el origen del coronavirus una de sus prioridades tras su toma de posesión, y está poniendo todos los esfuerzos de su Gobierno en ello”, ha continuado Kirby. “No hay un consenso en el Gobierno de Estados Unidos sobre cómo se inició la COVID-19, tampoco hay un consenso entre los servicios de inteligencia”, ha agregado.
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Estas declaraciones llegan después de que este lunes China pidiese a Estados Unidos que dejase de “politizar” el origen de la COVID-19, tras conocerse un informe del Departamento de Energía, publicado en 2021 por la oficina de la directora de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Avril Haines, en el que se mencionaba que todavía se trabaja con la hipótesis de la fuga de laboratorio.
Dicho documento, filtrado y recogido durante el fin de semana por el diario ‘The Wall Street Journal’, es una evaluación de los servicios secretos que ha sido entregada a la Casa Blanca, así como a varios congresistas, y revisada a la luz de nueva información de Inteligencia estadounidense. Sin embargo, el texto reconoce que otros departamentos e informes previos del Departamento de Energía no se alinean con esta conclusión y, por tanto, merece “poca confianza”.
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Fuente: Europa Press.