El cambio de inquilinos en el Palacio de la Alvorada en Brasilia despertó un conflicto inesperado entre los entornos de Lula da Silva y Jair Bolsonaro: ambos se culpan de la muerte de peces carpa y ñandúes que vivían en la residencia oficial.
Lula y su esposa, Rosangela da Silva, se mudaron a la Alvorada el 6 de febrero, luego de más de un mes de reformas motivadas por supuestos deterioros relatados por esta última a la prensa local. La muerte de decenas de carpas, que vivían en un estanque de agua y de un ñandú que frecuentaba los jardines de la Alvorada ha generado la última polémica entre las administraciones por la “herencia” recibida.
La Secretaría de Comunicación del gobierno del izquierdista Lula aseguró el jueves en una nota que decenas de peces murieron luego de una limpieza del estanque, realizada entre el 27 de diciembre y el 2 de enero y ordenada durante la gestión de Bolsonaro.
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“La mayoría de las carpas murieron debido a la baja oxigenación del agua y también por el transporte para su colocación en una reserva secundaria”, señaló la nota. En el estanque era común que los visitantes arrojaran monedas, cuya mayoría fue retirada a pedido de la exprimera dama Michelle Bolsonaro, para ser donadas a una organización caritativa.
La esposa del líder ultraderechista aseguró que la limpieza del estanque empezó en rigor el 2 de enero, cuando el gobierno de Lula ya había entrado en funciones. “Toda la operación de retirada de los peces y limpieza ocurrió mucho después de nuestra salida de la residencia”, se defendió en Instagram Michelle Bolsonaro.
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En 2022 vivían en el estanque cerca de 70 peces, de los cuales sólo 10 están vivos, según el gobierno de Lula. La jefatura de gabinete del presidente informó también que tres ñandúes de los jardines de las residencias oficiales murieron, uno en la Alvorada y otros dos en la Granja do Torto, una casa de campo a disposición del mandatario en la capital.
Según el gobierno, la autopsia practicada al ñandú en la Alvorada mostró “exceso de gordura visceral” como posible causa del deceso. Tras las muertes, fue detectado que otras aves se encontraban en mal estado de salud y se tomaron medidas para “adecuar las instalaciones físicas de los animales”, dijo la Jefatura de Gabinete. Hasta ahora, la administración de Bolsonaro no dio informaciones respecto a las aves.
Fuente: AFP.