La prolongada sequía que azota Argentina bajo los efectos del fenómeno de El Niño recortará la producción de soja, principal producto de exportación del país, al volumen más bajo en 14 años, estimó la Bolsa de Comercio de Rosario, especializada en el tema. La última estimación de la entidad sobre la próxima cosecha de la leguminosa, que se exporta en granos y aceites principalmente a China e India, sufrió un recorte de 2,5 millones de toneladas, de 37 millones a 34,5 millones para el ciclo 2022-23.
La Bolsa de Rosario, ciudad que concentra el mayor polo agroexportador argentino, también rebajó sus previsiones para la cosecha de maíz, en 7,5 millones de toneladas, de 50 millones a 42,5 millones. Para las cosechas de soja, trigo y maíz había calculado una caída de la producción de 23%, para un total de 28,5 millones de toneladas en el ciclo anual.
Durante 2022, y pese a la sequía, Argentina acumuló exportaciones de maíz y soja por 31.831 millones de dólares, 2,5% más que en 2021 y un nuevo récord, en parte porque los precios “continuaron su tendencia alcista”, según la Bolsa de Rosario.
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El total de exportaciones de Argentina en 2022 alcanzó los 88.446 millones de dólares, según el instituto oficial de estadísticas INDEC. Pero ahora la soja “sigue mostrando el impacto de la peor sequía de los últimos 60 años en Argentina”, evalúa el nuevo informe. Las pérdidas abarcan un área de al menos un millón de hectáreas, la mayor parte en la provincia de Buenos Aires (301.000 has), seguida de Córdoba (222.000 has) y Santa Fe (160.000 has).
A mediados de enero, la entidad bursátil ya había estimado las pérdidas en las cosechas de soja, trigo y maíz en unas 28,5 millones de toneladas, un 23% de la producción inicial esperada. Argentina comenzó 2023 con el 55% de su extenso territorio sufriendo falta de agua en los suelos, según informó entonces el Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica (SISSA).
En el primer mes del año cayeron algunas precipitaciones en las principales zonas de cultivo del centro del país, que aliviaron la situación, y el gobierno nacional anunció ayudas económicas de emergencia para los productores más afectados. Sin embargo, iniciado febrero, “vuelven a verse cultivos estresados” y “sin lluvias importantes a la vista hasta dentro de 10 a 15 días y transitando una nueva ola de calor, el sector ha vuelto al desánimo”, señala la Bolsa rosarina.
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Fuente: AFP.