La ciudad argentina de Dolores, donde se desarrolló el juicio del caso de Fernando Báez Sosa, se convirtió en la capital de la solidaridad y la contención desde la experiencia de sus propios pobladores. Un ejemplo de ese amor y empatía latentes en la ciudad es Graciela Arce, conocida como la “cuida carteles”, quien se dedicó a mantener las imágenes sobre el joven hijo de paraguayos con el objetivo de crear un altar conmemorativo que también sirva de un abrazo para sus padres.
“Usé mis vacaciones en estos días, para venir a apoyar a los padres de Fernando. Los pobladores de Dolores y todos los que acompañamos el juicio queríamos perpetua para todos, no solo para cinco. Creo que se va a apelar porque realmente todos hicieron todo en la muerte de Fernando, todos colaboraron de alguna manera, pero la participación según las leyes se da de acuerdo a la manera en la cual sucedieron”, refirió para GEN/Nación Media.
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La cuidadora de carteles había pedido vacaciones en su trabajo para apoyar la causa Báez Sosa desde el 2 de enero, momento en el cual inició oficialmente el juicio. De este modo, se convertió en una guardiana de los carteles de Fernando, velando por el mantenimiento de las imágenes y también colocando diversos adornos para hacer del pequeño altar un verdadero sitio en el cual sea posible materializar todo lo que representaba el joven fallecido: amor, solidaridad y bondad.
“Desde el día en que comenzó el juicio yo traje cinco fotitos y me contacté con la mamá, un poco de casualidad; al comentarle la idea que tenía ella misma me ayudó a colocar las fotos y luego buscó flores para adornar. Las imágenes estaban plastificadas para evitar cualquier daño, pero ahora que se dio a conocer el veredicto quiero desmontar todo para dárselo a Graciela”, comentó la cuidadora.
Ahora, en su regreso a su rutina, la cuidadora de carteles dijo que se encargará de ir juntando cada imagen colocada en la zona, creando un pequeño ritual en memoria de Fernando, y posteriormente se contactará con Graciela Sosa, madre del joven asesinado. Comentó que la solidaridad y empatía de la gente es tal que no solo cooperaron en la colocación de diversas imágenes, sino que también otorgaron estampitas, pulseras y cuadros para armar algo verdaderamente emotivo.