El papa Francisco parte este viernes de la República Democrática del Congo (RDC), tras una visita marcada por el fervor y los llamamientos a la paz, rumbo a Sudán del Sur, otro país africano azotado por la violencia. En Kinshasa, capital del país con más católicos de África, el pontífice argentino condenó el conflicto plagado de horrores en el este del país, pidió a los dirigentes que atajen la corrupción y a los jóvenes que se involucren en el futuro de su nación.

Antes de despedirse de los congoleños, pronunciará un discurso ante los obispos. Emprenderá luego una “peregrinación de la paz” hacia Sudán del Sur, el país más joven del mundo (independiente desde 2011), de mayoría cristiana, que figura entre los más pobres del planeta y está devastado por una guerra civil.

En Juba, el papa, de 86 años, estará acompañado por los jefes de las Iglesias de Inglaterra y de Escocia, representantes de las otras dos confesiones cristianas de ese país de 12 millones de habitantes. Los tres responsables religiosos se implicaron personalmente en el proceso de paz, pese a que los dirigentes hayan hecho oídos sordos a los llamados a la reconciliación.

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Después de décadas de lucha con Sudán, y dos años después de su independencia, el país se sumió en 2013 en una guerra civil de cinco años en la que se enfrentaron los bandos de Salva Kiir y de Riek Mashar. Cerca de 380.000 personas murieron en el conflicto, que dejó además millones de desplazados y una economía en ruinas.

A pesar del acuerdo de paz de 2018, la violencia perdura, atizada por las élites políticas. La Iglesia llena un vacío en las zonas sin servicios gubernamentales y donde los trabajadores humanitarios suelen ser víctimas de ataques, cuando no mueren de forma violenta. En 2019, Francisco recibió a los dos enemigos en el Vaticano y se arrodilló para besarles los pies, suplicándoles que hicieran las paces.

Feriado nacional

Por las calles de la capital, el logo de la visita decora carteles, ropa y pancartas. Las carreteras se han asfaltado, algo inusual en esta ciudad de calles polvorientas, donde las cabras errantes se protegen del sol bajo los autos. El sumo pontífice, que llegará a las 15:00 locales (13:00 GMT), realizará una visita de cortesía al presidente y a los vicepresidentes y pronunciará su primer discurso en el palacio presidencial, delante de las autoridades y el cuerpo diplomático.

El sábado se reunirá con religiosos católicos y desplazados internos y celebrará una oración ecuménica. El domingo oficiará una misa. Centenares de personas han llegado a Juba desde otras partes del país. Unos sesenta jóvenes caminaron 400 km -algunos de ellos en sandalias- hasta la capital, predicando un mensaje de unidad en un país con más de 60 grupos étnicos.

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“El mensaje que esperamos transmitir a la población es que no deberíamos ser más que un solo pueblo y hacer las paces”, declaró a la AFP Tafisa Chol, una estudiante de 20 años. Con motivo de la visita, fueron desplegados unos 5.000 policías y soldados adicionales y el viernes fue decretado feriado nacional.

Esta gira africana del papa debía realizarse en julio de 2022 pero fue aplazada. Hasta ahora ha estado marcada por su llamamiento a terminar con las “crueles atrocidades” en el este de la República Democrática del Congo y con la corrupción.

El martes, al iniciar su visita, denunció el “colonialismo económico”, que impide a la la RDC “beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos” naturales. Se trata del cuadragésimo viaje internacional del jefe de la Iglesia Católica desde que fue elegido en 2013 y del tercero al África subsahariana.

Nueve días de caminata

Hanah Zachariah se lo había prometido: asistiría a la misa del papa Francisco durante su esperada visita a Juba, capital de Sudán del Sur, aunque para ello tuviera que caminar nueve días en sandalias. El jueves, la joven, de 20 años, llegó a la periferia de Juba, al cabo de una marcha de 400 kilómetros desde su ciudad, Rumbek, más al norte.

No fue la única: unos sesenta jóvenes, acompañados de religiosos, también hicieron la peregrinación, ondeando banderas, cantando y predicando al unísono en un país devastado por años de guerra civil. “Caminamos por la paz. Cuando lleguemos a Juba, iremos a recibir al papa. Estoy muy contenta de verlo”, dijo Hanah a la AFP. Tras ella, los automovilistas hacían sonar el claxon al paso del colorido convoy.

El papa Francisco, procedente de República Democrática del Congo, iniciará este viernes una visita de tres días a Sudán del Sur, un país mayoritariamente cristiano que se independizó en 2011 de Sudán, mayoritariamente musulmán. Pero la historia del Estado más joven del mundo ha estado empañada por una guerra civil de cinco años que dejó unas 380.000 víctimas y millones de desplazados, además de arruinar su economía.

Numerosos sursudaneses llegaron en los últimos días a la capital para ver al sumo pontífice, con la esperanza de que este consiga, con sus palabras y su presencia, restaurar el espíritu de unidad y de fraternidad en la población. Uno de ellos, John Sebit, un agente pastoral que también realizó el trayecto a pie desde Rumbek, en chancletas, admitió que el comienzo del periplo “fue difícil”. “Algunos tenían ampollas en los pies [...] Pero la motivación ayudaba, continuamos nuestro camino”, contó a la AFP este joven de 26 años.

Dolor de pies

Christian Carlassare, obispo de Rumbek, también reconoció que tenía “los pies doloridos” al poco de partir, el 25 de enero, pero consideró que el camino representa un poderoso acto de solidaridad. “No caminamos solos”, afirmó el párroco italiano, que lleva más de 15 años en Sudán del Sur. Antes de ser nombrado obispo fue herido de bala en su domicilio, en 2021.

“En cada localidad teníamos a todo el pueblo -literalmente, centenares de personas- que venía a nuestro encuentro para recibirnos”, contó. Para evitar el sofocante calor de la estación seca, los peregrinos se ponían en marcha antes del amanecer. Cuando terminaban su etapa, dormían en aulas.

Cuando la distancia entre dos puntos era demasiado larga, terminaban la etapa en vehículos de asistencia. Además, un médico se encargaba de curarles los pies y aliviarles los problemas musculares. Los peregrinos, de varias etnias (el país tiene más de 60), aprovecharon su viaje para lanzar un mensaje de unidad, interpretando sainetes para sus anfitriones.

“Caminamos en grupo, como un solo pueblo”, sostuvo Tafisa Chol, una estudiante de 20 años de Rumbek. “El mensaje que esperamos transmitir a la población es que no deberíamos ser más que un solo pueblo y hacer las paces”, agregó.

Un país golpeado

Sudán del Sur, que este viernes recibirá la visita del papa Francisco, es uno de los países más pobres del mundo pese a su riqueza petrolera y enfrenta periódicos brotes de violencia y catástrofes climáticas.

El 9 de enero de 2005, las autoridades sudanesas firman un acuerdo de paz con los rebeldes del sur, tras décadas de guerra civil (1959-1972 y 1983-2005) que dejaron millones de muertos. El 9 de julio de 2011, Sudán del Sur proclama su independencia, seis meses después de que los habitantes se pronunciaran en referéndum a favor de la secesión.

El país, enclavado, es fronterizo con Sudán, Etiopía, Kenia, Uganda, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana. Con una superficie de 589.745 km2, abarca casi una cuarta parte del antiguo Sudán. Norte y Sur continúan disputándose la provincia de Abyei, rica en petróleo. Sudán del Sur es mayoritariamente cristiano.

Guerra civil

Dos años después de su independencia, Sudán del Sur se vio sumido en una guerra civil que dejó cerca de 400.000 muertos y millones de desplazados. Los combates estallaron en la capital, Juba, el 15 de diciembre de 2013, entre unidades rivales del ejército por diferencias político-étnicas. El conflicto terminó oficialmente con un acuerdo de paz en septiembre de 2018, pero las tensiones persisten.

La mayor parte de la población vive en la miseria. Desde 2013, 4,5 millones de personas tuvieron que dejar sus hogares, según la ONU, a causa de la violencia, las sequías y las inundaciones. En 2017, se declaró la hambruna en dos condados.

Alrededor de un millón de personas se han visto afectadas por las inundaciones desde julio de 2022, según la ONU. En el primer semestre de 2023, más de 7,7 millones de personas podrían sufrir inseguridad alimentaria aguda, un récord, alertaron tres agencias de la ONU (FAO, Unicef y PMA).

El país ocupa la última posición (191) en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Sudán del Sur tiene una de las tasas de alfabetización más bajas del mundo (35% en 2018, según el Banco Mundial).

Dependiente del petróleo

La economía sursudanesa, basada en el petróleo y la agricultura, sufre los impactos de las turbulencias climáticas, de los mercados petroleros y de los conflictos. El crecimiento, lastrado últimamente por las inundaciones, la langosta y la pandemia de covid-19, “debería rebotar al [...] 6,5% en 2023 gracias al alza de los ingresos de la exportación de petróleo”, indicó el Banco Africano de Desarrollo (BAD).

El sector petrolero es responsable de casi la totalidad de las exportaciones y del 90% de los ingresos nacionales, según el Banco Mundial, pero buena parte de estos son desviados. Según la oenegé Transparencia Internacional, Sudán del Sur es el país del mundo más afectado por la corrupción. La economía también sufre una inflación galopante.

Sudán del Sur alberga una fauna variada (antílopes, elefantes, búfalos y las muy raras jirafas nubias), maltratada por la guerra civil y la caza furtiva, pero que podría contribuir a impulsar el turismo. El país tiene el mayor ecosistema de sabana de África del este, que favorece una de las migraciones estacionales de animales más importantes del mundo. En las Marismas del Sur, la mayor zona pantanosa del mundo (57.000 km2), viven innumerables aves, entre inmensas extensiones de papiros y plantas acuáticas.

Fuente: AFP.

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