El Congreso de Brasil eligió este miércoles al frente de las dos cámaras a figuras respaldadas por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en una votación con seguridad reforzada tras los ataques a las sedes de los poderes públicos en Brasilia. Arthur Lira y Rodrigo Pacheco, ambos apoyados por el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, fueron reelectos al frente de la Cámara Baja y el Senado, respectivamente.

En Brasil, los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, que se renuevan cada dos años, determinan la agenda de las votaciones. El líder de la Cámara Baja, en los hechos la tercera autoridad del país después del presidente y el vicepresidente, decide además si admite los pedidos de juicio político (“impeachment”) o si los guarda en un cajón.

Pero de forma general el nuevo Congreso (2023-2027) votado en octubre está aún más a la derecha que el anterior, un desafío para el programa de reformas del flamante mandatario de izquierda. Lula, quien cumplió este miércoles un mes en el poder, dijo en un tuit que felicitó a ambos por teléfono y les deseó una “buena gestión”.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Lea más: Despiden a Tyre Nichols, víctima de violencia policial en EEUU

Lira, que obtuvo un récord de 464 votos de 513 diputados, es figura de lo que se conoce como “Centrao” (el gran centro), una coalición informal de partidos de cuño conservador y conocida por negociar votos con el gobierno de turno a cambio de cargos o inversiones para sus circunscripciones.

“Es hora de desinflamar a Brasil, distender las relaciones y los poderes de la República deben dar el ejemplo”, dijo el diputado después de su triunfo, menos de un mes después de la asonada al corazón político de Brasilia protagonizada por miles de seguidores radicalizados del expresidente Jair Bolsonaro. Pacheco, que debió derrotar una fuerte amenaza de Rogério Marinho, del Partido Liberal (PL) de Bolsonaro, prometió una “independencia debida” del Senado frente al Ejecutivo.

Congreso conservador

El PL tendrá 99 escaños de la Cámara de Diputados, la mayor bancada que haya tenido cualquier partido desde 1998. En el Senado, que renovó un tercio de sus 81 asientos en los comicios, será la segunda fuerza con 13. Lula es consciente de la realidad política: “Nosotros no mandamos en el Congreso, nosotros dependemos del Congreso”, dijo a sus ministros el mes pasado. La fragmentación de las cámaras, con nada menos que 23 partidos, también dificultará las negociaciones del gobierno con el Legislativo.

Bolsonaro, que viajó a Estados Unidos dos días antes de terminar su mandato, había dicho el martes desde Florida que la victoria de Marinho en el Senado era “muy importante”. En un acto público con seguidores, el ultraderechista manifestó su intención de continuar en la política brasileña.

A la sesión acudió la ex primera dama Michelle Bolsonaro, quien podría ser una posible candidata a las presidenciales de 2026, según sugirió el jefe del PL a CNN Brasil. Antes de la votación para elegir a los líderes de ambas cámaras, los diputados electos tomaron posesión, en medio de protestas de algunos legisladores bolsonaristas contra la candidatura de Pacheco y contra Lula.

Lea también: Papa Francisco clama contra el horror de la guerra en RD Congo

Seguridad reforzada

La ceremonia se dio en medio de un fuerte operativo de seguridad. Los accesos a la Explanada de los Ministerios, donde está el Congreso, el palacio presidencial y el Supremo Tribunal Federal, estuvieron cerrados al tránsito, y solo se permitía el acceso a personas autorizadas. El 8 de enero, miles de seguidores de Bolsonaro disconformes con su derrota frente a Lula en las presidenciales de octubre invadieron las sedes de los poderes públicos.

Arrasaron con parte de la infraestructura, rompieron muebles, valiosas obras de arte, y dejaron grafitis llamando a un golpe de Estado. Más de dos mil personas fueron detenidas, y casi un cuarto de ellas ya fueron imputadas. “Brasil necesita pacificación”, dijo Pacheco. “La polarización tóxica precisa ser definitivamente erradicada de nuestro país”, añadió el jefe del Senado.

En la apertura anual de los trabajos del Supremo Tribunal Federal, la presidenta de la corte Rosa Weber prometió este miércoles que los culpables de la asonada “serán responsabilizados con el rigor de la ley”, en tanto que aseguró que la democracia brasileña continúa “inquebrantable”.

Fuente: AFP.

Dejanos tu comentario