En un giro a la actitud mantenida desde su llegada a Estados Unidos en 2022, el capo colombiano de la droga Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, se declaró este miércoles culpable ante la justicia de cargos de tráfico de cocaína que le pueden llevar a pasar el resto de sus días en la cárcel.

Vestido con camisa azul de manga corta, el uniforme carcelario, Otoniel, de 51 años, se declaró ante la jueza Dora Irizarry, culpable de tres cargos: empresa criminal continuada, conspirar para manufacturar y distribuir cocaína, así como de conspiración marítima para tráfico de drogas, del que le acusaba un tribunal de Florida.

La fiscalía advirtió que la suma de las condenas puede llevarle a pasar el resto de sus días en prisión si la jueza no tiene en cuenta a la hora de emitir el fallo el hecho de que haya reconocido su culpabilidad, evitando así un largo y costoso juicio.

Asimismo, tendrá que pasar 5 años en libertad vigilada una vez concluya la sentencia, y aceptó pagar 216 millones de dólares además de multas que podrían llegar a los 22 millones de dólares. Al término de la audiencia, Otoniel leyó una declaración en la que reconoció haber hecho llegar a Estados Unidos 96.800 kilos de cocaína a través de América Central y México.

Otoniel se incorporó en 1997 a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urará y en 2008 al grupo paramilitar de extrema derecha Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), entonces lideradas por Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, también conocido como Clan del Golfo, del que fue líder desde 2009 hasta octubre de 2021, cuando lo detuvieron.

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Impuestos a la cocaína

Tras reconocer que en el “trabajo militar se cometieron homicidios”, también sostuvo que su grupo, también conocido como Los Urabeños y Clan Úsuga, “dio seguridad a laboratorios y narcotraficantes y cobraban impuestos” por la cocaína que se procesaba y transitaba por los territorios que controlaban. “La AGC cobraba tarifa fija por cada kilo que se manufacturaba o transportaba por las áreas que controlaba el grupo”, reconoció.

La declaración de culpabilidad le evita un juicio, cuya fecha estaba aún por determinar. También se compromete a no apelar el futuro fallo. En otros casos, una declaración de culpabilidad ha suavizado las condenas. Ello a cambio, de colaborar con la justicia para dar informaciones valiosas sobre posibles colaboradores.

Tras desatar una cruenta represalia en Colombia contra las fuerzas de seguridad a raíz de su extradición en agosto pasado, unos días antes de la llegada del izquierdista Gustavo Petro a la presidencia de Colombia, pidió a su banda que cesara la ola de asesinatos en la que se había embarcado.

Con su programa “Paz total”, Petro ha empezado a negociar con el ELN, la última guerrilla reconocida en el país, y plantea un sometimiento a cambio de beneficios penales para las bandas narco.

De acuerdo con estimaciones independientes, la banda de Otoniel cuenta con unos 3.000 miembros entre combatientes y colaboradores. Según la DEA, la agencia estadounidense de lucha contra la droga, el cartel del Golfo colaboró con los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación para introducir droga en Estados Unidos.

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“2.000 millones de dólares”

El 90% de la droga que llega al mercado estadounidense procede de Colombia, según la agencia, y a menudo está mezclada con fentanilo, potente sustancia que agregan los cárteles mexicanos, “creando una letal combinación”. En 2021, Estados Unidos registró 108.000 muertes por sobredosis.

La justicia colombiana también acusa a Otoniel de homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores, secuestro y delitos sexuales, entre otros crímenes que cometió cuando fue guerrillero y paramilitar, antes de convertirse en el narco más buscado de Colombia.

Las víctimas habían solicitado la “suspensión” de la extradición, alegando su derecho a conocer la verdad y a ser reparadas. Pero la justicia colombiana dio luz verde a su traslado a Estados Unidos. Nacido en una familia campesina del noroeste de Colombia, Úsuga ha sido señalado por las autoridades de abusar de niñas y adolescentes en sus zonas de injerencia.

En 2017 había anunciado su intención de llegar a un acuerdo para someterse a la justicia, pero el gobierno contestó con una feroz persecución. Una de las últimas en llegar a Estados Unidos para sentarse en el banquillo fue Nini Johana Úsuga, alias “La Negra”, hermana de Otoniel, para responder por delitos de narcotráfico.

Fuente: AFP.

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