En el seguimiento de los alegatos de la defensa de la familia Báez Sosa, que duraron más de cuatro horas, por el caso del asesinato del joven hijo de paraguayos en Argentina, el abogado Facundo Améndola continuó con la presentación de la autoría y la responsabilidad de cada uno de los ocho acusados. Habló sobre las declaraciones de los padres de los rugbiers, exponiendo cómo la postura de la falta de arrepentimiento viene de los propios progenitores.
“Vinieron a relatar lo que les pasaba y ninguno sintió empatía por los padres de la verdadera víctima de este juicio; ninguno dijo que su hijo era inocente tampoco, solo se limitaron a contar los padecimientos que este hecho les había traído. Uno de ellos dijo que acá se está intentando curar el dolor con más dolor, pero en realidad venimos a tratar de curar el dolor con justicia para Fernando, a quien le arrebataron la vida”, plasmó.
Por otra parte, el abogado procedió a relatar no solo las acciones y el rol cumplido por cada uno de los acusados, sino también los hechos posteriores, los cuales utilizó como base para arremeter que los rugbiers asesinaron al joven hijo de paraguayos y lo hicieron con alevosía y premeditación. Señaló que sabían lo que hacían, pues posteriormente trataron de eliminar evidencias y quedaron con una sensación victoriosa luego del asesinato, lo cual quedó expuesto a través de los celulares secuestrados.
“No existió una planificación y esto queda muy bien escrito a través de la pericia. No hay un atisbo de arrepentimiento entre los acusados, es más, se regocijaron y contaron a sus amigos la saña con la que se habían manejado esa noche”, sentenció Facundo Améndola, enfatizando cada una de las acciones del acusado dentro de la discoteca y afuera, donde se produjo la tragedia.
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Declaraciones de acusados
Por su parte, el abogado Fabián Améndola indicó que, contrariamente a las declaraciones de los rugbiers, ninguna prueba corrobora que contaban con la sintomatología de haber estado bajo los efectos del alcohol, por lo cual no hay pruebas químicas que indiquen cuál era el estado en el cual se encontraban. Todas las maniobras son incompatibles con el estado de ebriedad, así como la coordinación motora con la que contaban al momento de golpear en grupo a Fernando.
“En el homicidio en riña o agresión no debe saberse quiénes de los autores produjeron la agresión fatal. Acá lo que pasó es que los ocho imputados se pusieron de acuerdo para matar a Fernando Báez entre todos y esto es tan sencillo de advertir porque los únicos que estuvieron afuera de ese acuerdo fueron Guarino, Milanesi y Colazo”, recordó el abogado, agregando luego las declaraciones del Tribunal de Casación sobre la participación y el dolo para condenar a perpetua a tres individuos.
“Es por ello que la coautoría parece como solución correcta, resultando irrelevante cuál de los imputados asestó los golpes graves en una de las víctimas, pues tales resultados pueden ser atribuidos a todos ellos. En definitiva, existió una acción conjunta dirigida a agredir a la víctima del modo en que se constató y eso evidencia en cada uno de los autores el dolo respecto del resultado mortal”, finalizó.