Los llamados al cierre del Congreso y la salida de la presidenta Dina Boluarte se extienden este viernes en Perú, donde las protestas abarcaron Lima, mientras que los bloqueos de ruta persisten en el sur andino, afectando la turística ciudad de Cusco y el tren a Machu Picchu.
Perú vive su décimo día consecutivo de manifestaciones, y amaneció con Arequipa, segunda ciudad del país y cuna de revoluciones, prácticamente bloqueada, sin comunicación terrestre con las vecinas regiones andinas de Cusco y Puno. Las violentas protestas iniciadas hace un mes dejan hasta el momento 42 muertos, incluido un policía que fue quemado vivo por una turba, según la institución.
La jornada registró también nuevas marchas en Tacna, 1.220 km al sureste de Lima, limítrofe con Chile, país cerró temporalmente su paso el jueves “debido a las manifestaciones en las cercanías del complejo fronterizo peruano de Santa Rosa”, informaron las autoridades chilenas. Gobernadores regionales y varios colegios profesionales del Perú se sumaron al pedido de renuncia de la presidenta Boluarte.
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“¿Cuántos muertos más va a costar la permanencia de Dina Boluarte en la presidencia? Eso debemos preguntarnos todos los peruanos, de izquierda o derecha. Ningún cargo puede estar encima de la vida humana”, dijo a la prensa el gobernador de Puno, Richard Hancco. En el mismo sentido se pronunciaron autoridades de las regiones andinas de Apurímac y Cusco, así como 12 colegios departamentales de abogados y el Colegio Nacional de Profesores.
La parlamentaria opositora Susel Paredes afirmó en una entrevista de radio que la renuncia de Boluarte “se está madurando” y aseguró que la dimisión el jueves el ministro de Trabajo, Eduardo García, “es el principio del fin”. Pero el primer ministro, Alberto Otárola, ha descartado tajantemente la posibilidad de que Boluarte renuncie.
El bloqueo de varias carreteras por manifestantes, en especial en el sur del país, históricamente marginado, también se han extendido a zonas de la selva. En la región amazónica Madre de Dios, fronteriza con Brasil y Bolivia, hubo movilizaciones y una turba lanzó piedras causando algunos destrozos a la casa de un congresista el jueves por la noche.
Demandas políticas
“Cierre del Congreso Ya. Nueva Constitución”, “Dina, asesina, renuncia enemiga”, son las consignas estampadas en las pancartas que se alzan en marchas y bloqueos, que el jueves se hicieron sentir en el centro de Lima, donde se registraron algunos incidentes con las fuerzas del orden. Las demandas incluyen el pedido de elecciones inmediatas este año, en lugar de abril 2024, así como la convocatoria a una Asamblea Constituyente que reclaman desde 2021 los partidos de izquierda y organizaciones campesinas.
A ello se suman los reclamos de justicia y sanción para los responsables de las 42 muertes registradas en enfrentamientos con las fuerzas del orden, desde el inicio de las protestas hace más de un mes. Además, hay 531 heridos -355 civiles y 176 agentes de la policía- y 329 detenidos, según la fiscalía, que esta semana pidió una investigación por “genocidio” contra Boluarte y miembros de su gabinete.
Turismo paralizado
En medio de la intensa crisis, por el momento sin perspectiva de resolución, en Cusco las autoridades tuvieron que cerrar el aeropuerto por seguridad ante una escalada de protestas violentas desde inicios de esta semana, que provocó además la suspensión de las operaciones del tren a Machu Picchu, atracción turística internacional.
El saldo trágico de muertos provocó un llamado de Estados Unidos a la “moderación” de todas las partes, mientras una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) está en Perú evaluando la crisis.
El izquierdista Castillo fue destituido por el Congreso y apresado el 7 de diciembre tras un fallido autogolpe, al intentar cerrar el parlamento, intervenir la justicia y gobernar por decreto. Lo reemplazó Dina Boluarte, de 60 años, su vicepresidenta. Castillo, que era investigado por corrupción, cumple 18 meses de prisión preventiva dictados por un juez bajo cargos de rebelión.
Hasta ahora las regiones del norte de Perú, donde están asentadas gran parte de las industrias que son pilares de la economía peruana, minería y agroexportación, se mantienen sin manifestaciones. El gobierno culpa de la situación a “azuzadores profesionales financiados por dinero ilegal”.
La policía anunció la captura de una dirigente gremial de la región Ayacucho, Rocío Leandro, acusada de financiar las protestas y reclutar manifestantes. Según un portavoz policial, el general Oscar Arriola, ello confirma la participación de remanentes de Sendero Luminoso pues Leandro perteneció al desaparecido grupo armado maoísta donde se le conocía como “Camarada Cusi”.
Juliaca sepulta a sus muertos
Juliaca, ciudad peruana de 260.000 habitantes, continuaba este viernes el ritual de sepultar a 19 personas, incluido un policía, que murieron esta semana a causa de las violentas protestas que piden la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. Jhamileth Aroquipa, estudiante de Psicología de 17 años, y Elmer Leonardo, aspirante a futbolista de 16, fueron los fallecidos más jóvenes en esta localidad de la región de Puno, en la frontera con Bolivia, epicentro de manifestaciones antigubernamentales.
“Me duele la pérdida a tan temprana edad. La impactó una bala de nueve milímetros y no puede ser posible. Nosotros no hemos ido a las protestas, somos unas personas pacíficas”, se lamentó ante la AFP Demetrio Aroquipa, padre de Jhamileth, mientras acompañaba el cadáver de la adolescente. “Mi hija se ganaba la vida esforzándose en sus estudios. Fuimos a comprar. Estábamos a dos cuadras de la protesta y mira lo que pasa, regresamos sin mi hija”, dijo el hombre en alusión a la estudiante de segundo ciclo de Psicología en una universidad de Cochabamba, Bolivia.
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Elmer soñaba con ser futbolista en una región que suele dar pocos profesionales en ese deporte. “Él tenía un sueño muy grande: Cumplir los 17 años y viajar internacionalmente para representar a Puno”, señaló su amiga Ruth Karina Meza, de 18 años. “Su mamá se fue a vender salteñas (empanadas a base de harina) y como no contestaba el celular, él, en su desesperación, fue a buscarla. Fue en busca de la mamá y le metieron una bala por la espalda”, narró la joven.
Como los Aroquipa y los Leonardo, otras 17 familias lloran a sus muertos de entre 16 y 40 años en Juliaca, una de las ciudades donde más ha impactado la violencia desatada desde que el 7 de diciembre fue destituido el presidente Pedro Castillo y reemplazado por su hasta entonces vicepresidenta, Dina Boluarte. En Juliaca también murió, calcinado, el policía José Luis Soncco, hasta ahora único miembro de las Fuerzas Armadas que ha perdido la vida en los disturbios.
El izquierdista Castillo fue destituido por el Congreso y apresado el 7 de diciembre tras un fallido autogolpe con el que intentó cerrar el parlamento, intervenir la justicia y gobernar por decreto. Castillo, que era investigado por corrupción, cumple 18 meses de prisión preventiva dictados por un juez bajo cargos de rebelión.
Fuente: AFP.