Este viernes 13 de enero culminó la décima jornada de audiencia por el juicio del crimen de Fernando Báez Sosa, joven asesinado a golpes por parte de unos rugbiers a la salida de un boliche en Villa Gesell (Argentina) en enero del 2020. Hoy prestaron declaración los bomberos que asistieron a Báez Sosa y afirmaron que nunca tuvo signos vitales a pesar de las prácticas de reanimación. Además, también dio su testimonio otro joven que habría sido víctima de uno de los imputados.
Con la declaración de los bomberos voluntarios de Villa Gesell, Verónica Onieva y Javier Timoteo, culmina la ronda testifical de la querella y a partir del lunes comenzarán las declaraciones de parte de los familiares de los ocho imputados.
La primera en declarar este viernes fue Onieva, quien relató que estaba de guardia al momento en que sonó la alarma interna del cuartel. Se trasladaron hasta el boliche Le Brique de Villa Gesell, en la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires, donde ocurrió el hecho, que quedaba a unas cuatro cuadras, y se encontraron con una persona inconsciente tirada en el piso, a la cual le estaban realizando la reanimación cardiopulmonar (RCP).
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“Uno de nuestros compañeros comenzó a hacerle RCP, le conectamos el DEA (aparato electrónico que asiste la maniobra de reanimación). El DEA escaneó, nos dijo que continuáramos con RCP. A los 10 minutos llegó la ambulancia con la médica, los ayudamos a subir al paciente a la ambulancia. Nunca tuvo signos vitales”, aseguró.
Las declaraciones de Timoteo estuvieron en la misma línea de lo expresado por su compañera y detalló que la alarma sonó a las 5:00 de aquel 18 de enero, hace tres años. “Llegamos al lugar y ya bajamos con el DEA. Había una chica haciéndole RCP, yo soy ambulancionero además, y la vi a la chica que estaba bien posicionada, y cuando ya se hicieron cargo los bomberos, le pusimos el DEA, le tomamos los signos vitales. No tenía signos vitales”, aseveró.
Quien realizaba el RCP a Fernando Báez fue Virginia Pérez, una joven que en ese momento solo tenía 17 años y que fue apuntada por la defensa de los rugbiers por haber causado la muerte de Báez Sosa debido a una supuesta mala práctica del RCP. Pérez también fue convocada a declarar; sin embargo, los médicos forenses descartaron que la causa de fallecimiento del joven haya sido por una mala realización de la reanimación y aseguraron que el motivo real del deceso fue una hemorragia generalizada en el cerebro, producto de los golpes y patadas.
Rugbier tiene antecedente
Posterior a la declaración de los bomberos voluntarios fue el turno de Pablo Gastón Zapata, un joven de Zárate (ciudad de donde proceden los acusados) que manifestó que un mes antes de lo sucedido fue agredido por Lucas Pertossi, uno de los imputados por el homicidio a Fernando Báez.
“Fue una patoteada. Primero recibí una golpiza, él (Pertossi) junto a cinco o seis sujetos más. Me lo cruzo a los cinco días con algunos de esos sujetos, se me vienen encima. Uno de los chicos me abre paso para bajar la escalera (estaban en un bar) y Lucas Pertossi me pega una trompada. Caigo, me hago una fractura. Quedé saltando en una pierna”, apuntó.
Siguió relatando que el rugbier le gritaba: “Hijo de puta, te voy a matar; hijo de puta, te voy a robar la moto”. Luego de esto, unos amigos de Zapata verificaron y se dieron cuenta de que la moto ya había desaparecido del lugar. Posterior al testimonio de este joven, desde la Fiscalía pidieron al joven que identifique la foto de una moto que se encontró en el celular de Pertossi y Pablo Gastón afirmó que se trataba de su biciclo, el que no vio nunca más desde su encuentro con el rugbier.
En la jornada del lunes 16 de enero deben declarar Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, cuyos testimonios estaban previstos recién para el miércoles 18 de enero, fecha en que se cumplen tres años del hecho. Ambos jóvenes fueron desestimados de la causa, dado que ninguno fue identificado como parte del grupo de agresores de Fernando; sin embargo, de todas formas deberán prestar declaración.
Los imputados por el homicidio a Fernando son Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz; y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi, representados por el abogado Hugo Tomei. La familia de Báez Sosa es representada por el abogado Fernando Burlando, quien solicita la pena máxima (cadena perpetua) para todos los procesados.