La tumba de Benedicto XVI, con la inscripción en latín ‘Benedictus PP. XVI’ y, por tanto, sin referencias a su emeritazgo o a los años que duró su pontificado, que ha sido colocada en la cripta situada en las grutas vaticanas, ha abierto con regularidad al público desde el domingo 8 de enero.
Tal y como estaba previsto, después de las obras efectuadas para la introducción en la cripta del ataúd, las puertas de esta área situada en los sótanos de la basílica de San Pedro han reabierto de nuevo a los turistas y los fieles.
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Los restos mortales de Benedicto XVI, que reposan en un ataúd triple, el primero elaborado con madera de ciprés, el segundo de zinc y el tercero de roble, junto con algunos objetos personales, como las medallas acuñadas durante su pontificado o un pergamino con los hechos más destacados de su vida como la lucha contra los abusos sexuales, fueron trasladados este jueves hasta las grutas vaticanas después de su funeral oficiado por el papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El papa emérito falleció a los 95 años el pasado sábado 31 de diciembre en su habitación del monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro de los jardines del Vaticano. Cinco días después, Francisco presidió su funeral en una ceremonia multitudinaria en el Vaticano que acabó con su sepultura en las grutas vaticanas, en la misma cripta que fue primero de Juan XXIII y luego de Juan Pablo II.
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Fuente: Europa Press.