El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, ha denunciado el “racismo” existente sobre las visitas en la Explanada de las Mezquitas y ha lamentado que “los judíos no puedan acudir” al lugar, después de su polémica visita el martes, que desató una oleada de condenas internacionales.
Ben Gvir ha dicho en una entrevista concedida a última hora del martes a la cadena israelí Channel 12 que “los judíos son tratados como si fueran impuros”, si bien ha declinado pronunciarse sobre si impulsará políticas para cambiar el ‘statu quo’ en el lugar.
“Doy respuestas claras. Si no quiero responder, no respondo”, ha afirmado al respecto, antes de rechazar pronunciarse también sobre si dará ‘luz verde’ a la reclamación formulada por un grupo de judíos para realizar un sacrificio en el lugar con motivo de la Pascua.
Nota relacionada: Visita de ministro israelí a Explanada de las Mezquitas genera tensiones
El líder del partido ultraderechista Otzma Yehudit ha incidido en que “luchará contra el racismo” y ha reconocido que hay judíos que rezan en la Explanada de las Mezquitas, conocida por los judíos como Monte del Templo, a pesar de que está prohibido.
En este sentido, ha incidido en que los ex primeros ministros Naftali Bennett y Yair Lapid “lo permitieron”, antes de acusar a países extranjeros de “hipocresía” por criticar su visita al lugar y no cargar contra la Autoridad Palestina y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) por “pagar a terroristas”.
Respecto a las críticas de Estados Unidos a su visita a la Explanada de las Mezquitas, Ben Gvir ha subrayado que “siempre tiene importancia” lo que dice Washington, tal y como ha recogido el diario ‘The Times of Israel’. “Amo a Estados Unidos. Son nuestros amigos, pero espero que entiendan que tienen que pronunciarse contra los que lanzan cócteles molotov contra nuestros soldados e intentan asesinar a nuestros bebés”, ha apuntado.
Lea también: Retrospectiva 2022: Ucrania y el fantasma nuclear
A las críticas internacionales se ha sumado el rabino sefardí Yitzhak Yosef, quien ha incidido en que “como ministro del Gobierno de Israel, (Ben Gvir) debe actuar en línea con las instrucciones del Gran Rabinato, que ha prohibido desde hace mucho las visitas al Monte del Templo”.
Por ello, ha pedido al líder ultraderechista que evite visitar el lugar “para no engañar al público”. La postura del Gran Rabinato es que el lugar es demasiado sagrado como para que los judíos accedan a él, si bien algunos rabinos nacionalistas apoyan las visitas a ciertas partes del Monte del Templo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, salió el martes al paso de las críticas y recalcó su compromiso con el mantenimiento del ‘statu quo’ en la Explanada de las Mezquitas, antes de recordar que otros ministros realizaron visitas en el pasado a la Explanada de las Mezquitas.
Lea además: Los católicos de Jerusalén lloran la muerte del papa Benedicto XVI
El ‘statu quo’ en la Explanada de las Mezquitas impide a los judíos rezar en la Explanada de las Mezquitas y autoriza únicamente que visiten el lugar en horarios predeterminados y que lo recorran a través de una ruta fijada, acompañados por policías que deben vigilar que los fieles no recen o que introduzcan banderas israelíes u objetos religiosos.
Israel se hizo con el control de la Explanada de las Mezquitas y el resto de la Ciudad Vieja de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días (1967). Sin embargo, permitió que Jordania siguiera manteniendo la autoridad religiosa en el lugar y, según el acuerdo de paz, reconoció el “papel especial” de Jordania sobre “los lugares santos musulmanes en Jerusalén”.
Israel considera Jerusalén como su capital “indivisible”, si bien el estatus de la ciudad está pendiente de un acuerdo de paz con las autoridades palestinas, que reclaman Jerusalén Este como capital de un Estado en las fronteras de 1967 en el marco de una solución de dos estados respaldada por la comunidad internacional, que apela igualmente a que no se realicen cambios al ‘statu quo’.
Lugar ultrasensible de Jerusalén
La Explanada de las Mezquitas, que visitó el martes el nuevo ministro israelí de Seguridad Nacional y figura de la extrema derecha, Itamar Ben Gvir, es un lugar ultrasensible situado en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Llamado Monte del Templo por los judíos, este tercer lugar santo del islam y el más sagrado del judaísmo es un polvorín donde el menor incidente puede degenerar.
La explanada se extiende sobre 14 hectáreas en la parte alta de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Está situada en la parte oriental de la ciudad, sector palestino ocupado y anexionado por Israel en 1967, y que los palestinos quieren convertir en la capital del Estado al que aspiran.
El lugar, llamado por los musulmanes Al-Haram al-Sharif (Noble santuario), alberga la Cúpula de la Roca y la mezquita Al-Aqsa (la Lejana) pues es el santuario más alejado donde, según la tradición musulmana, el profeta Mahoma habría acudido. La Cúpula de la Roca se levanta sobre el lugar donde el profeta habría subido a los cielos.
La explanada es el tercer lugar santo del islam tras la Gran Mezquita de La Meca, y la Mezquita del Profeta de Medina, en Arabia Saudita. Su construcción se inició en el siglo VII tras la toma de Jerusalén por el califa Omar. Está construida sobre el sitio del Templo judío destruido por los romanos en el año 70, y cuyo único vestigio es el Muro de las Lamentaciones. Llamada por los judíos Har HaBayit (Monte del Templo), la explanada es el lugar más sagrado del judaísmo.
Múltiples enfrentamientos
Israel asegura no querer modificar el statu quo heredado del conflicto de 1967. Las normas tácitas de este statu quo autorizan a los musulmanes a subir a cualquier hora del día y la noche a la explanada, y a los judíos a ingresar en ella a ciertas horas, pero sin rezar.
No obstante ultranacionalistas judíos provocan regularmente incidentes al rezar subrepticiamente en la explanada después de haber ingresado a ella como simples visitantes. Ello crea frecuentemente tensiones con fieles musulmanes que temen que Israel modifique las normas que regulan el acceso a la Explanada de las Mezquitas, administradas por Jordania, pero cuyo acceso está controlado por las fuerzas de seguridad israelíes.
La policía israelí controla a los visitantes no musulmanes que acuden a la explanada de las Mezquitas vía la puerta de los Magrebíes. El lugar es escenario de frecuentes tensiones. En 1996, una decisión israelí de abrir una nueva entrada al oeste de la explanada provocó disturbios que causaron 80 muertos en tres días.
El 28 de septiembre de 2000, la visita a la explanada de Ariel Sharon, entonces líder de la oposición de la derecha israelí, fue percibida como una provocación por los palestinos. Al día siguiente, sangrientos enfrentamientos opusieron a palestinos y policías israelíes, que dejaron siete muertos por bala entre los manifestantes, dando inicio a la segunda Intifada.
En julio 2017, dos palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes. En agosto de 2019, los enfrentamientos entre policías israelíes y fieles en la explanada de las Mezquitas causaron decenas de heridos, durante importantes conmemoraciones judía y musulmana.
En 2021, durante el ramadán, manifestaciones nocturnas en Jerusalén y disturbios que se extendieron hasta la propia explanada provocaron 11 días de guerra entre el movimiento islamista palestino Hamas, en el poder en la Franja de Gaza, y el ejército de Israel. En la primavera de 2022 estallaron enfrentamientos en varias ocasiones, que causaron cientos de víctimas palestinas en la explanada y sus alrededores.
Fuente: Europa Press/AFP.