Dos adolescentes iraníes fueron condenados a morir en la horca por su participación en las protestas que sacuden la República Islámica desde hace meses, denunció el lunes una organización de defensa de los derechos humanos. Dos hombres de 23 años ya han sido ejecutados por las protestas desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años que falleció en septiembre tras ser detenida por la policía de moralidad por infringir el estricto código de vestimenta del país.
Las oenegés temen que decenas más corran el riesgo de ser ahorcados porque las autoridades utilizan la pena capital como táctica intimidatoria para intentar sofocar las protestas. Mehdi Mohammadifard, un manifestante de 18 años, fue condenado a muerte acusado de incendiar un quiosco de la policía de tráfico en la ciudad occidental de Nowshahr, en la provincia de Mazandarán, informó la oenegé Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega.
La condena a muerte fue dictada por un tribunal revolucionario en Sari, la capital provincial, tras declararlo culpable de los cargos de “corrupción en la tierra” y “enemistad contra Dios”, indicó la organización. La doble condena significa que se le han impuesto dos penas de muerte.
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Por otra parte, la agencia de noticias del poder judicial, Mizan Online, afirmó que el tribunal supremo había confirmado en diciembre la condena a muerte de otro manifestante, Mohammad Boroghani, acusado de “enemistad con Dios”.
Boroghani habría “herido con un cuchillo a un guardia de seguridad con intención de matarlo”, “sembrado el terror entre los ciudadanos” e “incendiado la sede de la gobernación en la ciudad de Pakdasht”, al sureste de Teherán. Según IHR tiene 19 años.
La oenegé afirmó la semana pasada que al menos 100 manifestantes corren el riesgo de ser ejecutados tras haber sido condenados a muerte o acusados de delitos punibles con la pena capital. Los primeros ahorcamientos provocaron una protesta internacional y los grupos de derechos humanos piden que se presione más a Irán para evitar nuevas ejecuciones.
Policía reanuda control del velo
La policía iraní reanudó el control del uso del hiyab por parte de las mujeres en los autos, informaron el lunes los medios locales, más de 100 días después de la muerte en detención de la joven Mahsa Amini cuya muerte generó tensiones en todo el país. Irán ha sido sacudido por movilizaciones desde la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini, de 22 años, tras su arresto por haber violado supuestamente el estricto código de vestimenta impuesto a las mujeres.
“La policía comenzó la nueva etapa del programa Nazer-1 (”vigilancia” en persa) en todo el país”, informó a la agencia Fars un alto cargo de la policía. El programa está orientado detectar la ausencia del yihab en los automóviles para enviarle a la persona un mensaje de texto.
Según la agencia el mensaje será el siguiente: “Se detectó la ausencia del uso de velo en su vehículo. Es necesario respetar las normas de la sociedad y no repetir este acto”. El texto advierte que “si esta acción se repite, serán aplicadas medidas legales y judiciales”.
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El programa Nazer fue lanzado por la policía en 2020. Tras la movilización posterior a la muerte de Amini, la policía de la moral - que arrestó a la joven en septiembre - dejó de detener a las mujeres sin velo en las calles para conducirlas a las comisarías.
A principios de diciembre, el fiscal general de Irán, Mohamad Jafar Montazeri, declaró que las unidades de la policía de la moral, denominadas Gasht-e Ershad (“patrullas de orientación”), fueron disueltas. Pero los activistas se mostraron escépticos a ese anuncio, que pareció ser una declaración improvisada a una pregunta planteada en una conferencia y no una directiva del ministerio del Interior.
Fuente: AFP.