La futura primera dama de Brasil, Rosángela da Silva, conocida como “Janja”, organizó el acto de asunción del presidente electo Lula, supervisando hasta el último detalle para que Brasilia viva el domingo una “gran fiesta popular”.
“Este 1º de enero comenzará con alegría y terminará con alegría. Para eso estamos trabajando, para que sea un día feliz para todos”, dijo la esposa de Luiz Inácio Lula da Silva en una conferencia de prensa a principios de diciembre.
Durante la campaña, esta socióloga de 56 años ya había organizado eventos reuniendo a artistas en apoyo a Lula, de 77 años. Y desde la victoria el 30 de octubre ante el presidente saliente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, Janja ha sido uno de los rostros visibles del equipo de transición de Lula.
Estuvo presente en casi todas las apariciones públicas del presidente electo en Brasilia, y ha dado conferencias de prensa sobre la investidura. Un protagonismo poco habitual para la esposa de un mandatario brasileño. En la investidura de Bolsonaro hace cuatro años, la primera dama Michelle adoptó un perfil más bajo, aunque impresionó con un discurso en lenguaje de señas ante la multitud aglomerada frente al palacio presidencial del Planalto.
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Como coordinadora de la inauguración, Janja empieza a honrar su promesa de campaña, de “dar un nuevo significado al papel de primera dama”. “Más allá del acto institucional, tendremos una gran fiesta popular, llamado Festival del Futuro”, con una treintena de conciertos, anunció.
La programación musical es deliberadamente ecléctica, con estrellas del pop como la drag queen Pabllo Vittar; leyendas de la samba como Martinho da Vila, de 84 años; y la cantante indígena Kaê Guajajara.
Todos estos artistas que formarán parte de la asunción tienen una cosa en común: están profundamente comprometidos con la izquierda y han “participado en la campaña” de alguna manera, explicó Janja. Los conciertos se distribuirán en dos escenarios, nombrados en homenaje a dos grandes cantantes brasileñas fallecidas este año: Elza Soares, quien murió en enero, y Gal Costa, en noviembre.
Perro presidencial
Además de coordinar los trabajos, Janja está atenta a los detalles más pequeños. Por ejemplo, consiguió limitar el ruido que podría molestar a las personas autistas y a los animales, como el estruendoso espectáculo de 21 cañonazos que suele disparar el Senado durante la ceremonia, que no ocurrirá este año.
Su cuidado y afecto por los animales podrían traer más novedades: Resistencia, una perrita que Janja adoptó mientras Lula estaba en la cárcel y que actualmente vive con la pareja, podría subir junto al presidente electo la emblemática rampa de acceso al palacio del Planalto, según reveló la futura primera dama en una entrevista en noviembre.
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La hora en que Lula saludará a la multitud desde allí, después de prestar juramento al Parlamento, también ha sido cuidadosamente elegida: “Será alrededor de las 17:00 (20:00 GMT), para que podamos disfrutar del hermoso atardecer de Brasilia”, dijo Janja.
La futura primera dama ha multiplicado las publicaciones en redes sociales sobre los conciertos, con llamados a donaciones para este festival que será financiado por el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, y costará alrededor de ocho millones de reales (alrededor de 1,5 millones de dólares). Los costos de los actos institucionales, en cambio, correrán por cuenta del Estado.
Fuente: AFP.