Walter Alarcón viste un poncho verde con líneas de colores. Lleva en sus manos una caracola o “pututo”, que sopla a modo de corneta. Otros chamanes acompañan su ritual. Coloca frente a él la imagen de Luiz Inacio Lula da Silva, quien asumirá la presidencia de Brasil el 1 de enero.
En la cima de un cerro sagrado de Lima, chamanes peruanos lanzan hojas de coca en la tierra, mientras la serpiente “María” se desliza por las imágenes de varios presidentes. Es el momento de hacer los pronósticos para 2023.
“El mandato de Lula al inicio va a ser un poco complicado porque van a haber opositores que no estarán de acuerdo con el pensamiento que tiene, pero luego las cosas se van a allanar y va a hacer un [buen] papel en el hermano país de Brasil” dice Alarcón, quien además es el presidente de la Organización de Chamanes del Perú.
Hay 13 chamanes de todas las regiones: costeños, de sombrero de paja; andinos, de ponchos multicolores; y amazónicos, de plumas, collares y trajes con figuras geométricas. Rogaron este miércoles al ‘Tayta Inti’ (Padre Sol) y a la ‘Pachamama’ (Madre Tierra) por un buen pasar en el 2023. En el piso, una fila de fotos de varios gobernantes espera para ser sometidos a sus predicciones.
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¿Qué pasará con Pelé?
Reunidos en el Cerro San Cristóbal, un ‘Apu’ (montaña sagrada, quechua) de 300 metros de altura desde donde usualmente se puede observar todo Lima cuando no hay neblina, los chamanes inician su ritual. Con humeantes ollas de barro y hierbas aromáticas, también se preocupan por la salud de Pelé, el rey del fútbol brasileño, internado en un hospital de Sao Paulo.
“A Pelé, tanto nosotros como en el mundo entero, lo apreciamos porque ha sido buen futbolista”, dice el chamán Cleofé Sedano, quien, lamentablemente, no visualiza un panorama positivo inmediato. Por eso entra en acción Ana María Simeón, “Librana”, una chamana andina, para lanzar energías positivas, con incienso, ruda, flores amarillas y hojas de coca.
“Queremos cuidar su salud, más que nada por los años que tiene. Va a tener algunas complicaciones, pero pasajeras enfermedades que se van a poder superar. Por eso que lo hemos levantado (lanzado energías), para que siga adelante”. Los chamanes pasaron la noche en vela ingiriendo ayahuasca, una bebida tradicional de la Amazonía extraída de una liana del mismo nombre, también conocida como “soga de los espíritus”, que produce efectos alucinógenos.
Futuro político en Perú
En el ritual, los curanderos también colocaron en el suelo las fotografías de la presidenta peruana, Dina Boluarte, y su antecesor, Pedro Castillo, detenido por un fallido golpe de Estado el 7 de diciembre. “El año que viene va a ser muy difícil para ella (Boluarte) por los errores que está cometiendo. Va a tener muchos conflictos. Vamos a tener muchas sorpresas en la política”, indica Sedano.
“Hemos visualizado un poco de convulsión social en el Perú, se vienen más cosas un poco graves”, sostiene Alarcón, sobre las manifestaciones tras la caída de Castillo “El proceso de él (Castillo) es para rato, no va a salir por más que la gente haga, pida o diga”, declara Simeón.
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¿Habrá paz?
Sobre unas coloridas mantas extendidas encima de la tierra, los chamanes pusieron naranjas, mandarinas, bananas y manzanas, como señal de abundancia y prosperidad. Además, con pétalos de flores amarillas, dibujaron los números del año 2023.
La boa “María”, una serpiente amazónica, se desliza sobre las fotos del presidente ruso, Vladimir Putin, y del mandatario ucraniano. Volodimir Zelenski, naciones que están en guerra desde hace casi un año. “Se va a calmar la guerra, ya va a haber paz este año que viene, ya se va a aplacar esa furia y mal entendimiento entre Rusia y Ucrania”, asegura Sedano, propietario de “María”, a la que lleva en un morral.
Fuente: AFP.