Por Ricardo Rivas. Corresponsal en Argentina. Twitter: @RtrivasRivas.
El oficialismo argentino fracasó en el deseo de que los Campeones Mundiales de Fútbol 2022 visitaran la Casa Rosada, sede del gobierno federal que encabeza el presidente Alberto Fernández. “Los jugadores no aceptan que nadie se apropie de la copa”, comenta un portavoz del Seleccionado. De todas formas, nada es seguro porque las presiones no ceden. La política no se da por vencida.
Y afectan no solo a los y las que quieren celebrar sino también a los dispositivos informativos -públicos y privados- que se desplegaron desde muchas horas para mostrar a todo el país la marcha triunfal. ¿Egoísmo? Algo de eso podría ser ante la férrea negativa de los futbolistas para acercarse al poder político.
Mientras, esas disputas se mantienen, la caravana de los campeones mundiales de fútbol 2022, con el capitán Lio Messi a la cabeza, partió minutos atrás desde el predio que, en la localidad bonaerenses de Ezeiza, unos 35 Km al oeste de Buenos Aires tiene la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Es imposible estimar cuándo habrá de finalizar esta marcha dado que millones de personas -la mayoría de ellas residente en el Área Metropolitana Buenos aires (AMBA)- que, en algunos casos llegan aun desde todo el país.
Lea más: Messi destronó al huevo, el jugador argentino superó récord de Instagram
La Copa Mundial es el estandarte que Lio y sus muchachos llevan con emoción y orgullo. Todos quieren verla porque, claramente, el nosotros deportivo de la argentinidad, sostiene que “es nuestra”. Y así será durante los cuatro años que comenzaron a correr desde la pitada final en Doha, capital de Qatar, en la noche catarí del domingo pasado.
Como lamentablemente sucede cuando presiona y trata de interceder la política, sobre el desarrollo futuro inmediato de la celebración popular que los jugadores quieren disfrutar con “la gente, con los hinchas”, se ciernen numerosas incertidumbres.
El presidente Alberto Fernández, en silencio y solo rodeado por un grupo de fieles, podría poner fin a ellas. Sin embargo, no sucede. Por lo bajo -en reserva, en off, como decimos los periodistas- voceros gubernamentales que no quieren ser identificados dicen que los preocupa “la inseguridad” que puede afectar a los campeones con millones de argentinas y argentinos en las calles.
La AFA, desde dos días hasta hoy, divulgó un recorrido que, sin que nadie sepa explicar por qué, ha sido cambiado de y un minuto para otro. El Obelisco porteño, rodeado de una multitud -futbolera o no, pero con ganas enormes de festejar en unidad, sin grietas- parecería que, no es el punto de encuentro y celebración preferido.
Lea también: Madre paraguaya levantó la copa del Mundo junto a su hijo Leandro Paredes
Unos pocos minutos atrás, mientras este corresponsal prepara este reporte, se informó que el encuentro con la hinchada “será en la Autopista 25 de mayo” y no se menciona al Obelisco. “Por una cuestión de seguridad”. ¡Increíble! Pero, Messi y sus compañeros quieren saludar allí.
Alguien asegura que, “se deja correr información confusa como parte de una estrategia de seguridad para confundir a la multitud para responder a las hipótesis de inseguridad que dispone la policía”. Los disturbios en la Casa Rosada cuando falleció Maradona se mencionan en cada minuto. “El gobierno tiene miedo”, asegura un informante de la AFA. La política, continúa con las interferencias. De hecho, la primera tentativa, se verificó a las 2 am de hoy cuando el vuelo con los campeones arribó a Ezeiza.
Inexplicablemente, allí estaba el ministro del Interior, Wado de Pedro, para recibirlos. Con el titular de la AFA, Chiqui Tapia y Lionel Scaloni jugando de “stoppers”, permitieron que Lío Messi, con la con la entre sus manos, gambeteara al funcionario y, como lo desean especialmente el capitán, ángel Di María y el Dibu Martínez, no permitir que la política se apropie de un triunfo que es solo de los 26 seleccionados. Justo y necesario, por cierto.
Muy difícil escribir este reporte que, debo confesarlo, esperaba escribir desde 1986. Lo inesperado: A partir de los dispositivos móviles (los smartphones) de los que disponen quienes quieren ver de cerca de la Selección, al saber que el bus con los muchachos no irá al Obelisco, comienzan a peregrinar hacia otros puntos para saludarlos.
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, opera para interferir con la alegría popular en nombre de “la seguridad”. ¡Increíble! Porque esa forma de operar también da cuenta de que no está en condiciones de construir un dispositivo de seguridad efectivo y eficiente. Esto, recién comienza. Todo está por suceder. La Nación Media, sigue aquí.