A lo largo de 2022 (hasta el 10 de diciembre) se produjeron unas 1.455 megatoneladas de emisiones de carbono como consecuencia de estos incendios forestales y de vegetación en todo el mundo, según el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS).
Pese a que las emisiones debidas a incendios forestales tienden a disminuir a escala mundial, algunas regiones registraron datos récord en 2022, como América Latina, según un balance anual publicado por el programa europeo Copernicus (CAMS) este martes.
Esta cifra lleva años disminuyendo, “en relación con los cambios en el uso del suelo y el descenso del número de incendios en las sábanas tropicales”, indicó Mark Parrington, científico jefe del CAMS. Sin embargo, en las regiones más cálidas y secas, como algunas zonas de Sudamérica, las emisiones de carbono aumentaron.
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Entre enero y marzo, algunas regiones de Paraguay y Argentina padecieron incendios forestales sin precedentes debido a una ola de calor y a las condiciones de sequía, provocando las mayores emisiones de incendios de los últimos 20 años.
El estado de Amazonas en Brasil también batió su récord, y experimentó entre julio y octubre la mayor emisión total procedente de incendios de los últimos 20 años, de algo más de 22 megatoneladas, 5 más que en 2021, su anterior récord.
Entre junio y agosto de 2022, la temporada alta de incendios forestales en la Unión Europea y Reino Unido se saldó con las mayores emisiones totales desde el verano de 2007. “La mayor duración e intensidad de las olas de calor estivales, unida a las condiciones generales de sequía del continente en 2022, contribuyeron a esta situación”, indicó Copernicus.
Estos nuevos récords se deben particularmente a los enormes incendios que afectaron a España y al sureste de Francia. Los dos países registraron las emisiones de carbono más elevadas de junio a agosto desde al menos 2003, año desde el cual el CAMS dispone de datos comparables.
Tierra del Fuego
Unas 7.000 hectáreas de bosques han sido alcanzadas por un incendio forestal desatado el 30 de noviembre pasado en la austral provincia argentina de Tierra del Fuego, donde las llamas siguen activas y avanzando, reportaron este martes autoridades. El foco principal se encuentra dentro de la Reserva Natural Corazón de la Isla, un pulmón verde sin centros urbanos y con ejemplares de árboles nativos de más de 40 metros de altura, a 3.000 km al sur de Buenos Aires.
“Es un incendio muy complejo en un lugar con difícil acceso donde el viento cambia permanentemente. Son 7.000 hectáreas afectadas”, dijo el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, al reportar el estado de situación en conferencia de prensa. Dos helicópteros y tres aviones hidrantes trabajan para extinguir las llamas junto a unos 85 brigadistas. Hasta el momento no se han reportado víctimas y los daños se concentran en la vegetación y la fauna nativa, donde destacan poblaciones de guanacos y zorros colorados.
Personal del Plan Nacional de Manejo del Fuego, trabaja con terraplenes y cortafuegos para evitar que las llamas avancen hacia zonas con pobladores rurales. “Se han hecho cortafuegos inmensos y con el viento que hay (el fuego) los supera”, explicó Melella. Por otro lado, la justicia investiga las causas del incendio. “Ya está indivualizado el lugar en donde se habría iniciado el incendio”, explicó a radio FM del Pueblo el juez del caso, Silvio Pellegrino. Según los primeros reportes “fue un fuego mal apagado que se potenció con las lengas”, un árbol nativo de la zona.
La sequía del verano austral y el viento fuerte y cambiante de los últimos días en la provincia más al sur del país, complicó las tareas de los brigadistas y malogró varios intentos de apagar los focos desde el aire. El servicio meteorológico no prevé lluvias para los próximos días, en tanto reportó que seguirán los vientos fuertes en la zona.
Fuente: AFP.