La nueva presidenta de Perú, Dina Boluarte, continuará este viernes negociaciones para formar un gobierno tras la destitución y detención de Pedro Castillo, acusado de una intentona golpista y cuyos seguidores exigen en las calles su liberación y la convocatoria a elecciones.
Dos días después de que fracasara en su tentativa de golpe de Estado, el líder izquierdista que asumió el poder hace 16 meses comparte centro de reclusión con el exmandatario Alberto Fujimori, en la base de las fuerzas especiales de la policía, ubicada al este de Lima. La Fiscalía lo acusa de rebelión y conspiración, y un alto tribunal dictó siete días de prisión preliminar.
Las manifestaciones en varias ciudades fueron de menos a más en las últimas horas y atizaron la incertidumbre sobre la viabilidad de que Boluarte pueda concluir en 2026 su mandato, como ella misma anunció al asumir el miércoles. Las protestas han incluido acciones violentas como el bloqueo de la carretera Panamericana Sur en la región Ica y Arequipa utilizando piedras, troncos y quemando neumáticos.
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Las miradas están puestas también este viernes en una ceremonia del ejército peruano por el 198º aniversario de la Batalla de Ayacucho, que selló el fin de la dominación colonial de España en América Latina. Boluarte debe asistir a ese evento y pronunciar un discurso ante los militares, que jugaron un rol clave en la caída de Castillo al no respaldar el régimen de excepción que propuso. Castillo intentó disolver el legislativo y gobernar por decreto, pero sus órdenes fueron desacatadas por el Congreso y las Fuerzas Armadas.
“No lo han dejado trabajar”
Miles de manifestantes exigieron el jueves la renuncia de la flamante presidenta, la primera mujer en dirigir a Perú y a quien algunos izquierdistas tildan de “traidora” por haber asumido el cargo. En Lima, una protesta de cerca de un millar de personas marchó hacia el Parlamento, donde fue dispersada por la policía con gases lacrimógenos y se produjo la detención de al menos tres manifestantes, constató la AFP.
“Estoy marchando por defender a mi presidente Pedro Castillo, que lo han vacado (destituido) injustamente. Han hecho lo imposible para sacar a Castillo. Desde el momento que ha entrado no lo han dejado trabajar”, dijo a la AFP Mery Colque.
“Vivimos en un golpe de Estado decretado por el Congreso golpista. No puede ser que un grupito de 100 personas saque a un presidente elegido por millones”, cuestionó Ana Zevallos. Movilizaciones callejeras también se reportaron en varios departamentos y ciudades del interior de Perú como Chota (Cajamarca, cuna de Castillo), Trujillo, Puno, Ayacucho, Huancavelica y Moquegua.
Rebelión
En la audiencia judicial el jueves Castillo, un maestro rural de 53 años sin contacto con las élites peruanas, lució abrumado y con el rostro desencajado. Vestía la misma casaca azul que llevaba cuando fue detenido. Visiblemente nervioso, declinó hacer uso de su derecho a defensa para replicar las imputaciones, cediendo la palabra a sus abogados. “Resulta claro que acá no se ha configurado el delito de rebelión” porque este no se concretó, alegaron.
De ser hallado culpable, podría enfrentar una pena de entre 10 y 20 años de prisión. Tras anunciar la disolución de los poderes y declarar el estado de excepción el miércoles, Castillo fue detenido por su propia escolta mientras se dirigía a la embajada de México en Lima a solicitar asilo político. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, su férreo defensor, dijo la noche del jueves que realiza consultas con el nuevo gobierno peruano para otorgarle el asilo, informó el canciller Marcelo Ebrard.
Durante la seguidilla de eventos que desembocaron en su destitución, Estados Unidos y otros países de la región, así como España, condenaron su intento de romper el orden constitucional y llamaron a respetar el Estado de derecho en Perú. López Obrador, el venezolano Nicolás Maduro y el colombiano Gustavo Petro, responsabilizaron a las élites peruanas de “arrinconar”, en palabras de este último, a Castillo desde su llegada al poder.
Presidenta sin gobierno
Mientras tanto en su primer día de presidencia, Boluarte, una abogada de 60 años, recibió a líderes de las bancadas derechistas en el Congreso en busca de un consenso para formar un nuevo gobierno. Perú lleva dos días sin gabinete ministerial dado que todos los ministros de Castillo habían renunciado en cascada en rechazo a lo que consideraron un autogolpe.
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Aunque inicialmente dijo que pensaba gobernar hasta completar el mandato en julio de 2026, el jueves se mostró más cauta y no descartó del todo la posibilidad de llamar a elecciones generales en medio de la incertidumbre sobre el porvenir del país.
“Hay algunas voces que indican adelanto de elecciones, creo que la asunción a la presidencia es para reorientar lo que sucede en el país. Más adelante, en coordinaciones con otras organizaciones, estaremos viendo alternativas de (cómo) mejor reorientar los destinos del país”, dijo este jueves a la prensa al ser consultada sobre si evalúa convocar elecciones a corto plazo.
Fuente: AFP.