Al menos 174 personas murieron la noche del sábado en un estadio de Indonesia luego de que fanáticos enardecidos invadieron la cancha y la policía respondió con gases lacrimógenos, lo que provocó una estampida, informaron las autoridades el domingo.
La tragedia ocurrida en la ciudad oriental de Malang dejó decenas de heridos y es uno de los peores desastres registrados en un estadio a nivel mundial. Seguidores del Arema FC invadieron la cancha del estadio Karnjurhan luego de que su equipo perdió 3-2 ante el Persebaya Surabaya, la primera derrota ante su archirrival en más de dos décadas.
La policía intentó persuadir a los aficionados de regresar a las gradas y dispararon gas lacrimógeno después de la muerte de dos policías. Muchas de las víctimas murieron pisoteadas o asfixiadas, de acuerdo con las autoridades.
El gobernador adjunto de la provincia de Java Oriental, Emil Dardak, informó a la cadena de televisión Kompas TV que el balance es de 174 muertos. Varios supervivientes describieron cómo los espectadores en pánico se aglomeraron cuando les lanzaron gases lacrimógenos.
“Los policías dispararon gas lacrimógeno y automáticamente la gente corrió para salir, empujándose unos a otros, y eso causó muchas víctimas”, declaró a AFP Doni, un espectador de 43 años que declinó revelar su apellido. “No pasaba nada, no había motín. No sé cuál fue el motivo, de repente nos dispararon gas lacrimógeno. Eso me chocó, ¿no pensaron que había niños y mujeres?”, preguntó Doni.
El director de un hospital dijo a una televisión local que entre las víctimas hay un niño de cinco años. El presidente indonesio, Joko Widodo, ordenó el domingo revisar la seguridad en los estadios tras la tragedia. En un mensaje por televisión, Widodo ordenó al ministro de Deporte y Juventud, la policía nacional y la asociación local de fútbol “realizar una evaluación a fondo de los partidos de fútbol y los procedimientos de seguridad”.
Imágenes captadas dentro del estadio durante la estampida mostraron gran cantidad de gas lacrimógeno y gente trepándose a las vallas. Algunas personas cargaban espectadores heridos en medio del caos. Otras imágenes divulgadas en redes sociales muestran a personas gritando obscenidades a los policías, que se resguardaban con escudos.
El estadio tiene capacidad para 42.000 personas y según las autoridades estaba lleno. La policía indicó que unas 3.000 personas invadieron la cancha. “Quisiera destacar que (...) no todos los asistentes tuvieron conducta anárquica. Solo unos 3.000 que ingresaron a la cancha”, señaló el jefe de la policía de la provincia de Java Orienta, Nico Afinta.
Liga suspendida
Vehículos incendiados, incluyendo un camión policial, permanecían afuera del estadio la mañana del domingo. El ministro indonesio de Deporte y Juventud, Zainudin Amali se disculpó por el incidente y prometió investigar las circunstancias de la estampida.
“Lamentamos este incidente (...) Es un incidente lamentable que ‘perjudica’ a nuestro fútbol en momentos que los hinchas pueden ir al estadio a ver los partidos”, declaró a la cadena Kompas. “Evaluamos rigurosamente la organización del partido y la presencia de aficionados. ¿Volveremos a prohibir la presencia de afición en los partidos? Eso es lo que discutiremos”, agregó.
La Asociación de Fútbol de Indonesia (PSSI) suspendió los partidos de fútbol por una semana, prohibió al Arema FC organizar partidos en casa por el resto de la temporada y anunció que enviará un equipo investigador a Malang para determinar las causas de la tragedia. “Lo lamentamos y nos disculpamos con las familias de las víctimas y a todas las partes por el incidente”, declaró el presidente del PSSI, Mochamad Iriawan.
Igualmente, el presidente de la Confederación Asiática de Fútbol, Salman bin Ibrahim al Jalifa, dijo estar “profundamente conmovido y entristecido al enterarme de tan trágicas noticias desde Indonesia, un país que ama el fútbol”. Indonesia tiene previsto organizar el Mundial Sub-20 de la FIFA en mayo en seis estadios del país. El de Malang no está incluido en el torneo.
La violencia entre aficionados es un problema en Indonesia, donde las fuertes rivalidades han desatado numerosos enfrentamientos mortales. En algunos partidos se caldean tanto los ánimos que los jugadores de los equipos grandes deben viajar para los partidos bajo un fuerte resguardo.
Fuente: AFP.