Siete manifestantes y cuatro miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en Irán desde que empezó una ola de protestas hace seis días por la muerte de una joven detenida por la policía de la moral, según un balance oficial de este jueves. Tres paramilitares “movilizados para hacer frente a los alborotadores” en Tabriz (noroeste), Qazvín y Mashhad (noreste) murieron el miércoles apuñalados o baleados, según agencias de prensa iraníes.
Otro miembro de las fuerzas de seguridad murió el martes durante unas protestas en Shiraz (centro), según la misma fuente. Asimismo, siete manifestantes han muerto desde el inicio de las movilizaciones, uno de ellos apuñalado en Qazvín.
Las autoridades iraníes habían dado cuenta el miércoles de seis manifestantes muertos, cuatro de ellos en Kurdistán (noroeste), de donde era originaria Mahsa Amini, la joven muerta tras su detención por la policía de la moral. Otros dos fallecidos provenían de Kermanshah (noroeste). Las autoridades iraníes han negado la responsabilidad de las fuerzas de seguridad en la muerte de los manifestantes.
“¡El velo tiene que ser una opción!”
“Se tiene que acabar con las maniobras brutales de la policía de la moral que impide que las mujeres elijan su ropa”, critica en una calle de Teherán Mahtab, una iraní con un pañuelo naranja que deja entrever su pelo. “Me gusta llevar este velo como otras prefieren ponerse un chador”, que cubre todo el cuerpo, afirma esta mujer de 22 años, maquilladora de profesión, en un barrio acomodado del norte de la capital iraní. “Pero el velo tiene que ser una opción, no tienen que obligarnos” a llevarlo, añade.
Una serie de protestas, que causaron varios muertos, estallaron en Irán después de que las autoridades anunciaran el 16 de septiembre la muerte de Mahsa Amini, tras ser detenida por llevar “ropa inapropiada” por la policía de la moral, encargada de hacer cumplir un estricto código de vestimenta para las mujeres. Mahtab admite que tiene miedo de esta unidad de la policía pero que, sin embargo, no ha cambiado su forma de vestirse ni de colocarse el velo. Esta policía “es inútil”, dice.
En Irán, las mujeres están obligadas a cubrirse el pelo, y la policía de la moral les prohíbe llevar abrigos por encima de las rodillas, pantalones estrechos, vaqueros con agujeros o ropa de colores vivos, entre otras restricciones. Nazanin, una enfermera de 23 años, prefiere no arriesgarse. “Ahora vigilaré más cómo llevo el velo, para no tener problemas”, explica a la AFP.
“Injerencia”
Pero, como Mahtab, también considera que esta unidad debería retirarse de las calles ya que “no se comporta correctamente”. “No entiendo por qué estos policías se enfrentan a la gente cuando (...) todas las mujeres llevan velo y vestidos decentes. Si la policía quiere ir más allá, entonces es injerencia”, estima esta mujer, con un pañuelo oscuro que se mezcla con su cabello.
La hostilidad hacia estos policías, que persiguen el más mínimo defecto en los atuendos, es patente, sobre todo después de la muerte de Mahsa Amini. “Con este nuevo incidente, la gente ya no llama a esta unidad ‘Gasht-e Ershad’ (patrullas de orientación) sino ‘Ghatl-e Ershad’ (orientación del asesinato)”, cuenta Reyhaneh, una estudiante de 25 años, en el norte de Teherán.
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Tras este caso, la gente también pone en duda “la eficacia del uso de la fuerza” contra las mujeres. “El uso del hiyab no tendría que estar regido por una ley”, afirma a la AFP esta mujer con un velo beige, de donde sobresale el cabello. En el sur de la capital, más pobre y conservador, el uso del chador y de ropa oscura es predominante, en comparación con el norte, más pudiente, donde es más frecuente la ropa más informal.
El miércoles, tras varios días de protestas, la normalidad volvió a Teherán, y en los barrios del norte, las chicas seguían llevando el velo bien para atrás. La muerte de Mahsa Amini “nos ha entristecido. Lo ocurrido conmocionó a toda la sociedad”, asegura Reyhaneh. La policía de la moral “tendría que actuar con más indulgencia y ser menos agresiva. El uso del velo es una cuestión personal y la mujer tiene derecho a vestirse como quiera”, zanja.
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Biden apoya a las “mujeres valientes”
El presidente estadounidense, Joe Biden, dio este miércoles su apoyo en la ONU a las “mujeres valientes” de Irán, donde al menos ocho personas han perdido la vida en la represión de las protestas por la muerte de una joven detenida por la policía de la moral. Antes que Biden, su homólogo iraní Ebrahim Raisi, que también está bajo presión por el programa nuclear de su país y una denuncia contra él presentada en la justicia neoyorquina por su papel cuando era juez en la represión contra los opositores al régimen en la década 1980, denunció la hipocresía de Occidente en la misma tribuna de la Asamblea General.
Raisi acusó a Occidente de utilizar un doble rasero en materia de derechos humanos, pues, alegó, se mantiene callado ante la muerte de mujeres de los pueblos autóctonos en Canadá o la represión israelí en los territorios palestinos ocupados. Desde el anuncio de la muerte de Mahsa Amini, el pasado viernes, las manifestaciones nocturnas se suceden en todo el país. Incluso han llegado hasta Qom, la ciudad natal del guía supremo iraní, Alí Jamenei.
Las protestas han dejado al menos seis muertos, según las autoridades iraníes. A este balance se suman otros dos muertos en la madrugada del miércoles, según un grupo kurdo con sede en Noruega. Amnistía Internacional también dio cuenta de la muerte de seis hombres, una mujer y un niño. La organización denunció una “represión brutal” y “el uso ilegal de disparos de perdigones, bolas de acero, gases lacrimógenos, cañones de agua y bastones para dispersar a los manifestantes”.
Los manifestantes han recurrido a cortes de circulación, incendios de contenedores de basura y vehículos policiales, lanzamiento de piedras contra las fuerzas de seguridad y eslóganes contra el poder, según la agencia oficial Irna. La policía lanzó gases lacrimógenos y ha efectuado detenciones para dispersar a la muchedumbre, según la agencia.
Algunas imágenes en las redes sociales muestras a grupos de manifestantes iracundos arrebatando bombas lacrimógenas a las fuerzas del orden y tratando de impedir las detenciones. Pero las más virales en las redes sociales son las que muestran a las mujeres retirando sus velos y quemándolos.
“No al velo”
“No al velo, no al turbante. Sí a la libertad y a la igualdad”, gritaban los manifestantes en Teherán. Los mismos eslóganes fueron repetidos en manifestaciones de solidaridad en el extranjero, en particular en Nueva York y en Estambul. Sin embargo, la información circula con dificultad en Irán, donde resultaba complicado acceder a las redes sociales el miércoles por la noche.
Con 22 años y oriunda de la región del Kurdistán (noroeste), Mahsa Amini fue detenida el 13 de septiembre en Teherán por “llevar ropa inapropiada” por la policía de la moral, una unidad encargada de hacer respetar el estricto código de la vestimenta en la República Islámica.
Según militantes, la joven habría recibido un golpe mortal en la cabeza, lo que desmienten las autoridades, que anunciaron una investigación. En Irán, las mujeres deben cubrirse el cabello y no pueden llevar ropa corta ni ajustada o de colores vivos. Tampoco pueden llevar los jeans modernos agujereados.
Condena internacional
Además de la ola de ira que sacude a Irán, el anuncio de la muerte de la joven, cuyo nombre de pila kurdo es Jhina, suscitó la condena internacional, en particular en la ONU, Estados Unidos y Francia. “Estamos del lado de los ciudadanos valientes y de las mujeres valientes de Irán, que se manifiestan en este momento para defender sus derechos más elementales”, dijo Biden en Naciones Unidas.
El nuevo ministro británico de Relaciones Exteriores, James Cleverly, dijo el miércoles por la mañana, en una entrevista con la AFP, que “otro camino” es posible para los dirigentes iraníes. Estas manifestaciones constituyen un “remezón muy importante” en Irán, “es una crisis social”, dijo a la AFP David Rigoulet-Roze, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Iris), especialista en Irán.
“Hay una desconexión entre las autoridades, bloqueadas en su ADN de la revolución islámica de 1979, y una sociedad cada vez más secularizada. Es un proyecto de sociedad que está en cuestión. Las autoridades vacilan sobre el camino a seguir con este movimiento”, explicó el investigador.
Fuente: AFP.