Los padres de la niña británica Madeleine (Maddie) McCann, cuya desaparición generó gran impacto internacional hace 15 años, perdieron este martes un litigio ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) relativo a un libro escrito sobre el caso por un inspector portugués
Gerald Patrick McCann y Kate Marie Healy habían interpuesto recurso en 2017 ante este tribunal, considerando que las afirmaciones de este exinspector en el libro sobre la supuesta implicación de ellos en la desaparición de su hija de tres años atentaban contra su reputación y su presunción de inocencia
Tal como lo había hecho antes la justicia portuguesa, el TEDH consideró que “en el caso de que la reputación de los demandantes se haya visto afectada, no es por la tesis defendida por el autor del libro sino a causa de las sospechas que hubo contra ellos” durante una investigación muy mediatizada.
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“Se trató de informaciones de las que el público tuvo amplio conocimiento antes incluso (...) de la publicación del libro objeto de litigio” insistió el tribunal, que considera que la Convención europea de derechos humanos no fue violada por Portugal.
Los padres de Maddie se declararon “naturalmente decepcionados” por esta decisión, y explicaron en un comunicado que no quería defender su reputación sino proteger el avance de la investigación. Dijeron haber actuado de este modo “por una única y misma razón”: las acusaciones expuestas en el libro “tuvieron un impacto dañino en la búsqueda de Madeleine”.
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Madeleine McCann, desapareció el 3 de mayo de 2007 poco antes de su cuarto cumpleaños, en Praia da Luz, un balneario del sur de Portugal, donde se hallaba de vacaciones con sus padres y un grupo de amigos. Su desaparición dio lugar a una campaña internacional excepcional para intentar hallarla. Las fotos de Maddie, con su pelo castaño y sus grandes ojos claros, dieron la vuelta al mundo.
Tras 14 meses de investigaciones, marcadas en especial por la imputación de los padres, antes de ser exculpados, la policía archivó el caso en 2008, pero volvió a abrirlo cinco años después. Hubo que esperar hasta junio de 2020 para que el caso se acelerara súbitamente, cuando la fiscalía de Brunswick (Alemania) anunció haber llegado a la convicción de que la niña estaba muerta y que el sospechoso era un hombre de 43 años, detenido en Kiel (norte de Alemania) por otro caso. Este sospechoso fue encausado en abril a solicitud de la justicia portuguesa.
Fuente: AFP.