El féretro de Isabel II fue descendido este lunes a la cripta real del Castillo de Windsor, después que se le retiraran la corona imperial, el orbe y el cetro durante un servicio fúnebre en la capilla de San Jorge. La “segunda era isabelina” llegó simbólicamente a su fin cuando el más alto funcionario de la casa real rompió la vara de mando de la soberana, que será inhumada en una ceremonia privada prevista a las 19:30 (14:30 de Paraguay) en una capilla anexa.
Ícono de una era, Isabel II, fallecida tras 70 años de histórico reinado, finalizó este lunes su último viaje en Windsor, adonde llegó en procesión tras su grandioso funeral en Londres para ser inhumada junto a sus padres y esposo. Miles de personas se amasaron en la gran avenida que conduce al castillo de Windsor para ver llegar el féretro de la reina, transportado unos 40 km en coche fúnebre desde la capital británica.
“Vine a presentar mis respetos y saludarla una última vez al paso del coche fúnebre, como veterano militar era mi deber (...) y no podría estar más orgulloso de que sea enterrada en Windsor”, dijo a AFP Robert MacDonald, de 48 años, vecino de la localidad y que acudió vestido de uniforme.
El coche fúnebre llegó cubierto con flores que las multitudes le tiraron durante su recorrido desde Londres, donde Isabel II había sido homenajeada en unas solemnes exequias oficiales en la Abadía de Westminster. Allí el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia Anglicana, alabó la vida de la monarca, dedicada durante siete décadas a su pueblo.
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“Las personas que aman servir son infrecuentes en cualquier ámbito de la vida. Los líderes que aman servir son aún más infrecuentes. Pero en todos los casos, aquellos que sirven serán amados y recordados, mientras que quienes se aferran al poder y los privilegios son olvidados”, afirmó Welby.
El Coro de la Abadía de Westminster y el Coro de la Capilla Real hicieron vibrar con sus cánticos a los 2.000 asistentes, incluidos cientos de dignatarios mundiales, del presidente estadounidense Joe Biden al brasileño Jair Bolsonaro; y de los reyes de España --Felipe y Letizia y los eméritos Juan Carlos y Sofía-- hasta el emperador Naruhito de Japón.
Una estremecedora fanfarria de los trompeteros de la caballería de la casa real dio paso a dos minutos de silencio, observados en todos los rincones del país, ya sea en las calles, los parques o los bares donde muchos siguieron la ceremonia por televisión. El oficio terminó con el himno nacional, “God Save the King” (Dios salve al rey), cantado en honor del nuevo monarca Carlos III.
Este siguió después a pie, acompañado por sus hermanos Ana, Andrés y Eduardo, y sus hijos Guillermo y Enrique, la salida del féretro, cubierto con el estandarte real, la corona imperial, el cetro y el orbe, y la procesión de casi 2 km por el centro de Londres. El ataúd fue cargado sobre un carro de la Royal Navy que, al son de las marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn y Chopin, fue tirado por decenas de marinos hasta al Arco de Wellington, en Hyde Park Corner.
Bisnietos de la monarca, el príncipe Jorge, de 9 años, segundo en la línea sucesoria, y su hermana Carlota, de 7 años, siguieron al cortejo en el primero de varios automóviles oficiales, junto a su madre Catalina y la nueva reina consorte, Camila. El tercer hijo de los príncipes de Gales, Luis, de 4 años, estuvo ausente de los homenajes.
Multitudes en las calles
La víspera del funeral, el Palacio de Buckingham difundió una foto inédita de Isabel II, tomada para su “jubileo de platino” en junio, que la mostraba vestida de azul pálido y luciendo una resplandeciente sonrisa. Isabel II falleció el 8 de septiembre a los 96 años, cuando pasaba el verano en su residencia escocesa de Balmoral.
Su salud no dejaba de empeorar desde hacía un año, pero la desaparición de una monarca cuya presencia parecía casi eterna conmocionó al país y al mundo. El Reino Unido la homenajeó con 10 días de luto nacional, cortejos y procesiones, y una masiva emoción popular que volvió casi imperceptibles las protestas de una minoría de republicanos.
Su hijo mayor, de 73 años, la sucedió como Carlos III. Hasta ahora uno de los miembros menos apreciados de la familia real británica, su popularidad subió en los últimos días. La Abadía de Westminster no pudo dar cabida a las multitudes de británicos deseosos de acompañar a su reina hasta el final.
Miles de personas esperaron desde primera hora de la mañana en el Mall, la célebre avenida que conduce al palacio de Buckingham, algunos con banderas británicas, para ver pasar el cortejo tras el funeral. “Es una emoción que no se puede describir, el ver pasar el féretro de la reina”, dijo a AFP Maryann Douglas, enfermera jubilada de 77 años. “Fue mejor de lo que esperaba, tenía lágrimas en los ojos y escalofríos”, reconoció.
Reunida con sus padres y su esposo
Símbolo de una era de grandes cambios, Isabel II llegó al trono en 1952, en un Reino Unido aún sumido en la posguerra mundial, y se marchó en el 2022 de la pospandemia y el Brexit. No solo conoció a 15 primeros ministros británicos, de Winston Churchill a la actual Liz Truss, sino también a figuras históricas como el soviético Nikita Jruschev, la madre Teresa de Calcuta o el sudafricano Nelson Mandela. Asimismo, a artistas como Charlie Chaplin, Michael Jackson o Lady Gaga.
En Windsor, donde el féretro pasó ante los amados perros corgis de la reina, fue introducido en la Capilla San Jorge, iglesia del siglo XV, conocida por haber sido escenario de las últimas bodas reales. En ella se celebraba otro oficio religioso con 800 invitados, incluidos empleados de la difunta reina.
La corona, el orbe y el cetro -símbolos de la monarquía- serán retirados del féretro y colocados sobre el altar. El funcionario de mayor rango de la casa real, el lord chambelán, romperá su “vara de mando” y la colocará sobre el ataúd, simbolizando el fin del reinado de Isabel II.
Después, en una última ceremonia privada, reservada a los familiares más cercanos, la reina será enterrada en el “Memorial Jorge VI”, una pequeña capilla anexa donde ya reposan sus padres y las cenizas de su hermana Margarita. Los restos de su esposo, el príncipe Felipe, serán enterrados junto a ella, trasladándolos de la cripta real donde se encuentran desde que murió en abril de 2021 con casi 100 años.
Fuente: AFP.
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¡Secreto revelado! FBI publicó cómo intentaron atentar contra la reina Isabel II
Gran conmoción causaron los archivos revelados por el FBI donde señalan que simpatizantes del Ejército Republicano Irlandés (IRA) buscaron atacar a la ahora fallecida reina Isabel II durante su visita a Estados Unidos en la década de los ochenta. La información sacudió las redes sociales.
Según trascendió, poco antes de una visita de Isabel II a San Francisco, California, en 1983, un oficial de policía de la ciudad que frecuentaba un bar irlandés advirtió al FBI sobre una posible amenaza contra la reina por parte de un simpatizante del Ejército Republicano Irlandés, que finalmente no se llevó a cabo.
Estos documentos dejaron constancia de que el simpatizante del IRA buscaba con el atentado contra la monarca, ahora fallecida, vengar la muerte de su hija. Esta información se encuentra entre las 102 páginas de registros del FBI sobre Isabel II, que se dieron a conocer públicamente en respuesta a una solicitud presentada por NBC News y otros medios a la agencia federal tras la muerte de la reina el 8 de setiembre.
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Aunque los documentos indican que la amenaza contra Isabel II en San Francisco no pasó de ser una advertencia de una persona enojada, “reflejan claramente una fuente persistente de peligro potencial para la reina cada vez que visitaba EE. UU. de parte del IRA y sus simpatizantes”, precisó la cadena estadounidense NBA.
La noticia causó revuelo y se replicó en distintas partes del mundo. La monarca británica falleció el 8 de setiembre del año 2022 en el castillo de Balmoral, Reino Unido, tras 70 años de reinado.
Con información de AFP.
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El funeral de la reina Isabel II le costó USD 200 millones al gobierno británico
La monarca falleció a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral el 8 de septiembre del 2022 y los diez días de exequias tuvieron un costo de 161,7 millones de libras (200 millones de dólares), según publicó el Tesoro del Reino Unido.
El féretro de la reina Isabel II fue trasladado a la capital escocesa Edimburgo para una primera capilla ardiente y el 19 de septiembre se realizó el funeral de Estado, el primero en el país desde el funeral del ex primer ministro Winston Churchill en 1965.
La ceremonia se realizó en la Abadía de Westminster y tuvo una convocatoria de 2.000 invitados, incluidos cientos de dignatarios y dirigentes extranjeros. Después, hubo una ceremonia privada en el Castillo de Windsor, unos 40 km al oeste de Londres, donde la reina fue enterrada junto a sus padres y su esposo, el príncipe Felipe.
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El secretario principal del Tesoro, John Glen, hizo una declaración escrita al Parlamento contando que el costo total fue de 161,743 millones de libras. “La prioridad del gobierno era garantizar que estos eventos se desarrollaran sin contratiempos, al tiempo que se garantizaba la seguridad del público”, expresó. La mayor partida de gasto corresponde al Ministerio del Interior, con 73,68 millones de libras.
Miles de agentes de policía fueron desplegados por todo el Reino Unido durante los 10 días de luto nacional. Le siguen el Ministerio de Cultura y Medios, con 57,42 millones de libras, y el gobierno autónomo escocés, con 18,75 millones de libras. Aún no se han hecho públicas las cifras relativas a la coronación del rey Carlos III, que se realizó el 6 de mayo.
El grupo antimonárquico Republic calculó que costó al menos 100 millones de libras a las arcas públicas, en un momento en que los contribuyentes británicos se enfrentan a una grave crisis del coste de vida, por una inflación que no baja del 10%.
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Rey Carlos III y Camila, de la impopularidad a una coronación muy esperada
Carlos III, uno de los miembros más impopulares de la realeza británica hasta que subió al trono, es coronado a sus 74 años junto a la mujer que amó toda su vida y a la que acabó haciendo aceptar como reina. Nacido el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham, Carlos Felipe Arturo Jorge Windsor fue el primero de los cuatro hijos de Isabel II y el príncipe Felipe.
Era un niño tímido y sensible cuando en 1958 fue nombrado príncipe de Gales. Luego fue enviado a estudiar a un austero internado en Escocia al que había asistido su padre y que, en lugar de forjarle un carácter rudo, como este esperaba, fue para él un “infierno absoluto”. En 1970 se convirtió en el primer heredero de la corona británica con un diploma, de la universidad de Cambridge, donde estudió arqueología y antropología.
Ese año conoció durante un partido de polo a Camilla Shand, miembro de la alta burguesía de provincias que se movía en sus mismos círculos sociales y de la que se enamoró. Pero entre 1971 y 1976, el príncipe sirvió en la Marina británica y, para su desconcierto, mientras estaba de misión en el Caribe, Camilla se casó con otro de sus pretendientes, el mayor Andrew Parker Bowles, con quien tuvo dos hijos.
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Presionado para que él mismo se casara, en febrero de 1981 Carlos pidió en matrimonio a Diana Spencer, que entonces tenía 19 años. La boda se celebró en julio y fue un gran festejo nacional. En 1982 nació el príncipe Guillermo y en 1984 su hermano Enrique.
Pero aquel matrimonio fue un estrepitoso fracaso, que durante décadas lastró la popularidad del príncipe de Gales, a pesar de su intenso trabajo en causas caritativas y su defensa a ultranza de la ecología y la lucha contra el cambio climático. La pareja se separó en 1992 y se divorció en 1996.
Para entonces Carlos ya mantenía una aventura con Camilla, divorciada en 1995, que provocó sensación cuando la prensa publicó sus escandalosas conversaciones telefónicas íntimas. Tras la muerte de Diana en un accidente de tráfico en París en 1997, Carlos necesitó una intensa campaña de relaciones públicas para superar su gran impopularidad.
Camila, reconocida
En 2005, Carlos se casó con Camila, a la que durante mucho tiempo los británicos vieron con desconfianza, considerándola responsable del fracaso de su matrimonio con Diana. Pero esta mujer extrovertida y risueña, de abundante cabellera rubia y voz grave, logró poco a poco ser aceptada y acabó ganándose la simpatía de los británicos.
Antes de fallecer, Isabel II expresó su “deseo sincero” de que cuando Carlos ascendiese al trono Camila fuera “conocida como reina consorte”, en lugar de princesa. Ya era de por sí un gran paso. Pero cuando un mes antes de la coronación, el palacio presentó la invitación a la ceremonia, apareció designada simplemente como reina, sin el título de consorte.
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Es un enorme salto para esta mujer de 75 años, que hasta la muerte de Isabel II en septiembre era sencillamente conocida como duquesa de Cornualles, pues optó por no usar el título de princesa de Gales, estrechamente asociado a Diana.
Nacida el 17 de julio de 1947, hija del mayor Bruce Shand y de Rosemary Cubitt, ricos terratenientes, fue educada en las mejores escuelas privadas, en Londres, Francia y Suiza. “Camila nunca tuvo la ambición de ser princesa, duquesa o reina. Quería simplemente estar junto al príncipe de Gales”, afirmó Penny Junor, biógrafa de Carlos, en el décimo aniversario de su boda.
“Trabajan maravillosamente juntos”
Con sentido del humor, simplicidad y desenvoltura fue ganando visibilidad gracias a su compromiso con causas sociales. Desde hace años defiende a las víctimas de violaciones y agresiones sexuales. Otros de sus intereses son la salud, las artes, la literatura y la equitación, afición que compartía con Isabel II. Acompañante fiel y serena, muchos han acabado reconociendo el impacto positivo del inquebrantable apoyo que brinda a su marido.
“La gente se da cuenta de que Camila es ideal para Carlos, y ambos trabajan maravillosamente juntos”, explicó recientemente a AFP el comentarista real Richard Fitzwilliams. Mostrando la imagen moderna de una familia recompuesta, la nueva reina quiso incluir a sus hijos y nietos en la ceremonia de coronación, junto a los de Carlos III.
Fuente: AFP.
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Katy Perry, Lionel Richie y Andrea Bocelli encabezarán el concierto por la coronación de Carlos III
Katy Perry, Lionel Richie y Andrea Bocelli encabezarán el concierto por la coronación de Carlos III en Londres en mayo, anunció el viernes la BBC, al presentar un cartel con la llamativa ausencia de superestrellas británicas. El ecléctico espectáculo incluirá también a la banda Take That y al compositor de música clásica Alexis Ffrench para una audiencia prevista de 20.000 personas en el castillo de Windsor, a unos 40 km al oeste de Londres, al día siguiente de la coronación del 6 de mayo.
“El concierto celebrará un nuevo capítulo en la historia de la nación, con temas de amor, respeto y optimismo, celebrando las cuatro naciones, sus comunidades y la Commonwealth”, aseguró la BBC, que retransmitirá el evento. También actuará una coral formada por aficionados de diferentes comunidades, incluidos socorristas, taxistas y bandas de reggae, así como un coro virtual compuesto por representantes de la Commonwealth, alianza de naciones formada principalmente por excolonias británicas.
El anuncio del programa confirma informaciones de prensa según las cuales grandes superestrellas británicas como Elton John, Adele, Ed Sheeran y Harry Styles declinaron participar. El año pasado, con motivo del 70º aniversario del reinado de Isabel II, actuaron en el Palacio de Buckingham desde Queen con Adam Lambert hasta Duran Duran, pasando por Alicia Keys y Rod Stewart. Elton John grabó un homenaje.
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La coronación de Carlos III, primer acontecimiento de este tipo desde la de Isabel en 1953, no parece apasionar de momento a los británicos. Más preocupado ahora por una altísima inflación que provocó una grave crisis social, el país ya vivió el pasado junio el jubileo de Isabel II y su funeral en septiembre.
Según un sondeo de YouGov publicado el viernes, casi dos tercios de los británicos (64%) y el 75% de los jóvenes no están interesados, pero el 46% cree que verá la retransmisión o asistirá a alguna de las celebraciones previstas. La coronación propiamente dicha, el 6 de mayo, se celebrará en la Abadía de Westminster ante 2.000 invitados y se espera que dure una hora, en un formato más modesto que el de Isabel II (8.000 invitados y tres horas).
Asistirán numerosas cabezas coronadas y líderes extranjeros, pero el presidente estadounidense Joe Biden estará representado por su esposa Jill y el príncipe Enrique, hijo menor de Carlos III enemistado con la familia real, acudirá sin su esposa Meghan.
Despierta poco interés
Carlos III será oficialmente coronado dentro de dos semanas en Londres, en una ceremonia cargada de tradición pero que el rey británico quiere más sencilla y moderna que la de Isabel II hace 70 años. Y que despierta mucho menos interés. Su coronación, el 6 de mayo en la Abadía de Westminster ante 2.000 invitados, entre jefes de Estado, cabezas coronadas y miembros de la sociedad civil, tendrá lugar ocho meses después de su llegada al trono a la muerte de su madre, que reinó durante siete décadas.
La coronación de la jovencísima Isabel II en 1953 contó con 8.000 invitados, un carruaje del siglo XVIII y duró tres horas. La de Carlos III, un monarca a la vez nuevo y viejo, que a sus 74 años llevaba tiempo reemplazando a su madre, se limitará a poco más de una hora y tendrá elementos modernos como una carroza con aire acondicionado y un óleo vegano.
Pero si la coronación de Isabel II fue seguida en la BBC por 27 de los entonces 36 millones de británicos, ahora 64% afirma no estar interesado, según una encuesta de YouGov. En un Reino Unido en plena crisis, con una inflación que no baja del 10%, otro sondeo mostró que para un 51% de británicos la ceremonia no debería pagarse con dinero público.
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No habrá “prodigalidad ni exceso”, prometió el ministro del gabinete Oliver Dowden. Pero “es un momento maravilloso en nuestra historia y la gente no querría vernos escatimar”, agregó. Carlos III, cuyo papel es meramente ceremonial y sin poder político, llega al trono en un Reino Unido enfrentado a múltiples desafíos.
Estos incluyen aspiraciones secesionistas en dos de sus naciones -Escocia e Irlanda del Norte- y la revisión del pasado colonial y esclavista, que incluso llevó al nuevo rey a apoyar una investigación sobre el papel de la monarquía en el comercio de esclavos. En este contexto, el grupo antimonárquico Republic planea una protesta en el centro de Londres el día de la coronación. “La coronación es la celebración de poder y privilegios hereditarios, no tiene cabida en una sociedad moderna”, afirmó su presidente, Graham Smith.
Quiche vegetariana
Buscando alentar el entusiasmo público, la familia real multiplicó los anuncios. Se fabricó una cruz de plata para la ocasión con dos pequeños fragmentos de madera donados por el papa Francisco, que según el Vaticano pertenecieron a la “Vera Cruz” en que murió Jesús.
Se anunció la creación de un emoji de la corona para acompañar los mensajes en Twitter. Y se presentó la receta elegida por Carlos y Camila para la ocasión: una quiche vegetariana a base de espinacas, habas y estragón. Esperan que los británicos la preparen para las grandes comidas vecinales que tendrán lugar en todo el país el domingo 7.
Ese día por la noche se celebrará también un concierto frente al castillo de Windsor, unos 40 km al oeste de Londres. En su cartel, encabezado por los estadounidenses Katy Perry y Lionel Richie y el italiano Andrea Bocelli, destaca la ausencia de superestrellas británicas como Elton John, Adele, Ed Sheeran y Harry Styles. El lunes 8, que será feriado, la familia real llamó a los británicos a realizar labores de voluntariado.
Enrique sin Meghan
Pero lo que más parece interesar a la opinión pública es la presencia entre los invitados del príncipe Enrique. Tras lanzar duras críticas a la monarquía en un documental de Netflix y un explosivo libro de memorias, el hijo menor de Carlos III, de 38 años, asistirá solo a la ceremonia.
Su esposa Meghan, que acusó incluso de racismo a un miembro no precisado de la familia real, se quedará con sus hijos en California, donde vive la pareja desde que en 2020 abandonaron estrepitosamente la monarquía. La coronación en sí comenzará por la mañana con una procesión en carroza desde el Palacio de Buckingham hasta la cercana Abadía de Westminster.
Allí, Carlos III prestará juramento antes de ser ungido por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en las manos, la cabeza y el pecho. Después, recibirá los atributos reales: el manto, el orbe, el cetro y la corona de Eduardo, del siglo XVII, adaptada para la ocasión.
Camila, de 75 años, con quien se casó en segundas nupcias en 2005, será coronada con la corona de la reina María, abuela de Isabel II. Una nueva procesión, acompañada por 4.000 militares en uniforme de gala, los devolverá al palacio desde cuyo balcón saludarán a la multitud y presenciarán un desfile aéreo.
¿Quién asistirá a la coronación?
La coronación de Carlos III contará con unos 2.000 invitados, frente a los 8.000 que abarrotaron la Abadía de Westminster para la coronación de su madre en 1953. Esto es lo que se sabe de momento sobre presentes y ausentes.
- Asistentes a la ceremonia -
- El príncipe Enrique, hijo menor del rey, que se distanció de la mayoría de miembros de su familia tras renunciar a sus funciones y criticar a la monarquía públicamente, confirmó que asistirá tras meses de negociaciones con el Palacio de Buckingham. No le acompañará su esposa Meghan, que se quedará en California con sus hijos.
- Dirigentes mundiales como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y los jefes de Estado de Francia Emmanuel Macron, Alemania Frank-Walter Steinmeier, Polonia Andrzej Duda o Filipinas Ferdinand Marcos Jr.
- El primer ministro británico, Rishi Sunak, y su esposa, Akshata Murthy, junto con miembros del gobierno.
- Representantes de la sociedad civil británica honrados por la monarquía, entre ellos el colegial inglés Max Woosey, que durmió en una tienda de campaña en su jardín durante tres años para recaudar fondos con fines benéficos, y Richard Thomas, que entregó miles de medicamenteos a personas enfermas durante los confinamientos por el covid-19.
- Cuatrocientos jóvenes de organizaciones respaldadas por la familia real.
- Miembros de otras monarquías como los reyes Felipe VI y Letizia de España, los príncipes Federico y María de Dinamarca, los príncipes Fumihito y Kiko de Japón, los príncipes Alberto II y Charlene de Mónaco, el rey Abdulá II y la reina Rania de Jordania.
- Unos 80 miembros de las cámaras baja y alta del Parlamento británico.
- Tom Parker Bowles y Laura Lopes, hijos del primer matrimonio de la reina Camila.
- Ausentes o no invitados -
- El presidente estadounidense Joe Biden estará representado por su esposa, la primera dama Jill Biden. Según responsables británicos y estadounidenses, esto se ajusta a los precedentes ya que ningún presidente de Estados Unidos ha asistido nunca a la coronación de un soberano británico.
La Casa Blanca insistió en que la ausencia de Biden, conocido por sus raíces irlandesas, “no es un desaire”. Dijo que el presidente y el rey mantienen una “buena relación” y Biden aceptó la invitación de Carlos para realizar una visita de Estado al Reino Unido.
- La esposa del príncipe Enrique, Meghan, permanecerá en California con sus hijos Lilibet y Archie, cuyo cuarto cumpleaños coincide con el día de la coronación.
- La mayoría de los duques británicos. Estos solían asistir vestidos con togas de coronación y coronas, pero se vieron afectados por el deseo de Carlos III de que la lista de invitados fuera “meritocrática y no aristocrática”.
El duque de Rutland expresó su decepción al diario Daily Mail. Fueron “familias como la mía quienes apoyaron a la familia real durante más de 1.000 años”, afirmó.
- Tampoco fueron invitados los cónyuges de los parlamentarios británicos.
- Sarah Ferguson, exesposa del príncipe Andrés, hermano del rey, con el que sigue viviendo en la finca de la familia real en Windsor y que ha avergonzado en repetidas ocasiones a la monarquía, tampoco recibió invitación.
- Lady Pamela Mountbatten, hija del tío abuelo y mentor de Carlos III, el conde Mountbatten de Birmania, que fue dama de honor en la boda de Isabel II con Felipe en 1947, tampoco asistirá.
Una carroza más cómoda
La coronación de Carlos III, el 6 de mayo en Londres, estará marcada por la pompa y las tradiciones de una ceremonia que data del siglo X. Pero, aunque el ritual sea fundamental, el nuevo rey está determinado a hacerlo más “moderno”. Esto es lo que se sabe de sus planes para adaptar la coronación al siglo XXI.
- Lista de invitados reducida -
Unos 2.000 invitados llenarán la Abadía de Westminster el 6 de mayo, frente a los 8.000 que asistieron a la coronación de la difunta reina Isabel II en 1953. Los organizadores tuvieron entonces que construir unas gradas especiales para acomodar a tantas personas.
Esta reducción del número de invitados es paralela al objetivo declarado de Carlos III de “limitar” el número de miembros oficiales de la familia real, reduciéndolo a los siete claves, incluida su esposa, su hijo mayor y nuera y los tres hijos de estos. La duración de la ceremonia también se verá reducida: de las casi tres horas de 1953 a poco más de una en 2023.
- Sombreros en lugar de diademas -
En la coronación de Isabel II, casi todas las mujeres de la realeza y las aristócratas llevaban diademas. El código de vestimenta para la coronación de Carlos III no se confirmó aún, pero se especula con la posibilidad de que opte por un atuendo más moderno con sombreros para todas las invitadas, salvo las de mayor rango.
- Aristócratas sin toga -
Un número limitado de plazas para diputados y miembros de la cámara alta del Parlamento, conocida como la Cámara de los Lores, se asignarán por votación entre todos los partidos políticos. En 1953, más de 800 diputados y 900 lores -incluidos duques, condes, barones y otras personas con un escaño vitalicio por haber heredado un título nobiliario- asistieron vestidos con largas togas de terciopelo escarlata.
El aspecto hereditario de la cámara alta británica se reformó en 1999 y en esta ocasión se dio la consigna a sus miembros de no vestir estos atuendos. Podrán optar en su lugar por la indumentaria ceremonial utilizada para la apertura de las sesiones parlamentarias o por simples trajes.
- Corona reciclada -
La reina Camila será coronada con una corona que fue fabricada en 1911 para la reina María, bisabuela de Carlos III. Será la primera reina consorte en casi tres siglos que modifica una corona ya existente en lugar de encargar una nueva.
- Óleo de unción vegano -
El óleo utilizado para ungir a la monarca será vegano. En anteriores unciones se utilizó ámbar gris procedente de intestinos de ballena. El aceite consagrado que se usará para la ceremonia de Carlos III no contendrá elementos animales y será aceite de oliva perfumado con jazmín, rosa, sésamo, canela y azahar entre otras esencias.
- Niñas por primera vez -
Por primera vez en la Historia, entre los alumnos becados, conocidos como King’s Scholars, de la exclusiva Westminster School que participan en la ceremonia, habrá también niñas. En 1953, esa escuela del centro de Londres era solo de chicos. Todos aclamarán al monarca con gritos de “Vivat Rex Carolus!” (“¡Viva el rey Carlos!”).
- Una carroza más cómoda -
Isabel II viajó a la ida y la vuelta de la ceremonia de coronación en la fastuosa pero muy incómoda carroza de oro, de 260 años de antigüedad. Carlos y Camila sólo la utilizarán para el trayecto de vuelta. Para el viaje de ida optaron por la más moderna carroza del jubileo de diamante, dotada de amortiguadores, calefacción y aire acondicionado.
También tomarán una ruta mucho más corta, de 2 km, en lugar de los más de 7 km, con dos horas de duración, que realizó Isabel II para que más personas tuvieran la posibilidad de verla pasar.
- Menos militares en la procesión -
Frente a los 29.000 miembros de las fuerzas armadas que participaron en la procesión en 1953, el desfile de regreso al Palacio de Buckingham de Carlos III será un evento reducido. Poco menos de 4.000 militares en uniforme de gala, incluidas las bandas musicales, los acompañarán a él y a la reina Camila.
Tres coronas y dos carrozas
La coronación de Carlos III, que incluirá una corona de 1661 y un carruaje de más de 260 años de antigüedad, estará anclada en la Historia pero tendrá algunas novedades. La corona de San Eduardo, pieza central de las joyas de la corona británica, es la que se usará durante la ceremonia.
Se utiliza únicamente para las coronaciones y fue llevada por última vez en 1953 por Isabel II, la madre de Carlos III. Fue fabricada para la coronación de Carlos II en 1661, en substitución de una corona medieval que fue fundida en 1649 por los parlamentarios tras la ejecución de Carlos I.
Esta pieza de oro macizo está engastada con piedras semipreciosas, como rubíes, amatistas y zafiros, y adornada con un casquete de terciopelo púrpura ribeteado con una banda de armiño. No es una réplica exacta de la desaparecida corona medieval, que se cree perteneció al rey Eduardo el Confesor en el siglo XI.
Pero como ella también lleva cuatro cruces y cuatro flores de lis. El emoji que fue creado para Twitter especialmente en esta ocasión está inspirado en esta corona, que pesa 2,07 kg y fue redimensionada recientemente para ajustarla a la cabeza de Carlos III.
Tras la coronación, el rey llevará la Corona Imperial de Estado, vista por última vez en el funeral de Isabel II en septiembre. Creada en 1937 para la coronación de Jorge VI, también se utiliza en la ceremonia de apertura del Parlamento.
Pesa 1,06 kg y mide 31,5 centímetros de altura. Está engastada con 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 269 perlas y cuatro rubíes. Esta corona incluye el diamante Cullinan II, la segunda piedra más grande tallada del diamante Cullinan, que según el Royal Collection Trust es el diamante más grande jamás descubierto.
- Y una para la reina -
La reina consorte Camila llevará por su parte la corona de la reina María, engastada con 2.200 diamantes. Es la primera vez en casi tres siglos que se utiliza una corona ya existente para la coronación de un consorte. La decisión se tomó “en aras de la sostenibilidad y la eficacia”, afirmó el palacio.
Se hicieron cambios “menores” para “reflejar el estilo individual de Camila” y “rendir homenaje” a la difunta Isabel II. Así, se incluyeron varios diamantes, los Cullinan III, IV y V, de la colección personal de la difunta reina, que ella lucía a menudo como broches. Sin embargo, el controvertido diamante Koh-i-Noor, incautado por la compañía británica de las Indias Orientales en 1849, ya no figura en la corona.
- Carroza de ida y carroza de vuelta -
Carlos y Camila harán un recorrido más corto que el de Isabel II en 1953, desde el Palacio de Buckingham hasta la Abadía de Westminster. Solo a su regreso utilizarán la tradicional carroza de oro, fabricada en 1762 para llevar a reyes y reinas y que se usó en todas las coronaciones desde 1831.
En su coronación, Isabel II viajó de ida y vuelta en este carruaje y describió la experiencia como “horrible” por su incomodidad. Pesa cuatro toneladas, mide 3,6 metros de alto y 7 metros de largo. Se necesitan ocho caballos para arrastrarla. Debido a su peso y a su antigüedad, se desplaza muy despacio.
“Cuando la sigues, oyes cómo cruje y suena como un viejo galeón”, afirma Martin Oates, encargado de los carruajes en las caballerizas reales. En el viaje de ida, Carlos y Camila optaron por el más moderno y cómodo carruaje del jubileo de diamante. Fabricado en Australia y utilizado por primera vez por Isabel II en 2014, es el más moderno de las caballerizas reales.
Dispone de aire acondicionado, elevalunas eléctricos y seis estabilizadores hidráulicos que impiden que se balancee. “Se parece mucho a un coche”, explica Oates. El carruaje mide sin embargo más de cinco metros, pesa más de tres toneladas y necesita seis caballos para tirar de él.
La Abadía de Westminster
La Abadía de Westminster, donde el 6 de mayo será coronado oficialmente el rey Carlos III, ha sido escenario de momentos clave en la historia de la monarquía británica durante casi mil años. En este lugar, situado ahora en el centro de Londres, frente a la sede del Parlamento y cerca del Palacio de Buckingham, el rey Eduardo el Confesor construyó en la década de 1040 una iglesia de piedra sobre el emplazamiento de un antiguo monasterio benedictino fundado hacia 960.
La construcción de la imponente abadía gótica que hoy conocemos comenzó bajo el reinado de Enrique III en 1245. Ha sido escenario de coronaciones, bodas y funerales de múltiples reyes, así como celebraciones por el largo reinado de Isabel II, cuyo fallecimiento en septiembre de 2022 dio paso a un nuevo capítulo de la realeza, ahora encabezada por su hijo Carlos III.
- Coronaciones -
Guillermo el Conquistador fue el primero en ser coronado en la abadía en 1066. Hasta la fecha, la Abadía ha acogido 39 coronaciones. En 1953, la princesa Isabel fue coronada Isabel II en la “silla de la coronación”, un trono fabricado en 1300-1301. En su día contenía la “piedra del destino”, que se utilizó durante siglos para coronar a los reyes de Escocia.
Este bloque de arenisca fue robado brevemente por estudiantes escoceses en una audaz aventura en 1950, y accidentalmente se partió en dos. En 1996, en pleno auge del sentimiento independentista, la piedra fue devuelta simbólicamente a Escocia. Pero se acordó que sería devuelta del castillo de Edimburgo a Westminster para las coronaciones.
- Bodas -
El edificio también ha sido escenario de bodas reales, la mayoría desde la Primera Guerra Mundial. La primera fue la boda del rey Enrique I con la princesa Matilde de Escocia el 11 de noviembre de 1100. Los abuelos de Carlos III, el príncipe Alberto (más tarde rey Jorge VI) e Isabel Bowes-Lyon se casaron allí en 1923.
Y antes de convertirse en reina, su madre, la entonces princesa Isabel, se casó con Philip Mountbatten en Westminster en 1947, en plena posguerra mundial. La tía del rey, la princesa Margarita, y sus hermanos Ana y Andrés, también se casaron allí.
La última boda real celebrada en Westminster fue la de su hijo mayor y ahora heredero al trono, el príncipe Guillermo, que se casó con Catalina en 2011. Catorce años antes, en 1997, Guillermo asistió allí al funeral de su madre, la princesa Diana, fallecida en un accidente de coche en París.
- Funerales -
Se calcula que 18 monarcas británicos están enterrados en la Abadía. El rey Jorge II fue el último, en 1760. Unas 3.300 personas han celebrado allí sus funerales, entre ellas figuras ilustres de la historia británica como Charles Dickens, Rudyard Kipling, Henry Purcell y ocho primeros ministros.
El funeral de la reina Isabel II se celebró allí el 19 de septiembre ante 2.000 invitados. Las cenizas del astrofísico Stephen Hawking se depositaron también en la abadía, entre las tumbas de Isaac Newton y Charles Darwin. En este lugar está asimismo la sepultura del soldado desconocido, cuyo cuerpo fue repatriado desde la Europa continental tras la Primera Guerra Mundial.
- Separación entre nave y coro -
La abadía, cuyo nombre completo es Collegiate Church of St Peter, Westminster, tiene el estatuto de “peculiaridad real”, lo que significa que está exenta de otra jurisdicción eclesiástica que la del propio rey, líder de la Iglesia de Inglaterra.
Puede albergar a unas 2.200 personas, aunque la mayoría no podrá ver la coronación de Carlos III debido al muro que separa la nave del coro. Los miembros de la familia real se sentarán lo más cerca posible del trono.
En 1953, unas 8.250 personas asistieron a la coronación de Isabel II, gracias a unas gradas instaladas para la ocasión. Una vidriera inaugurada en 2018 celebra el reinado de la monarca más longeva de la historia británica. Creada por el pintor David Hockney, representa la campiña del norte de Inglaterra en primavera.
Grandes fechas en la vida de Carlos III
La coronación de Carlos III consagra a un hombre cuya vida fue una larga espera, repleta de crisis y pasiones. Se convirtió en príncipe heredero a los 3 años, en rey a los 73 tras la muerte de Isabel II y será coronado el 6 de mayo con 74. Estas son algunas de las principales fechas que han marcado su vida:
- 14 de noviembre de 1948: nace en el palacio de Buckingham Carlos Felipe Arturo Jorge de Edimburgo, primogénito de la princesa Isabel y segundo en la sucesión al trono británico.
- 6 de febrero de 1952: muere su abuelo, Jorge VI, y su madre se convierte en la reina Isabel II. A los 3 años, Carlos pasa a ser heredero al trono.
- Abril de 1962: ingresa en el internado Gordonstoun de Escocia.
- 1 de julio de 1969: es designado príncipe de Gales en una ceremonia televisada en el castillo de Caernarfon.
- 1970: se gradúa en la Universidad de Cambridge.
- 1971-1976: tras un breve romance con Camilla Shard, el príncipe ingresa en la Royal Navy. Ella se casa con Andrew Parker Bowles en julio de 1973.
- 1977: Carlos conoce a lady Diana Spencer, que entonces tiene 16 años, mientras sale con su hermana mayor Sarah Spencer.
- 24 de febrero de 1981: se anuncia el compromiso de Carlos, de 31 años, con Diana, de 19.
- 29 de julio de 1981: la pareja se casa en una ceremonia celebrada en la catedral de St Paul de Londres, vista por unos 750 millones de espectadores en todo el mundo. Diana se convierte en princesa de Gales.
- 21 de junio de 1982: nace el príncipe Guillermo.
- 15 de septiembre de 1984: nace el príncipe Enrique.
- 9 de diciembre de 1992: Carlos se separa oficialmente de Diana, su divorcio será pronunciado el 28 de agosto de 1996.
- 31 de agosto de 1997: Diana muere en un accidente de coche en París mientras es perseguida por los papparazzi. Carlos insiste en que sea enterrada con honores reales.
- 9 de abril de 2005: se casa con la mujer de la que lleva años enamorado y con quien mantuvo una escandalosa relación extramatrimonial, Camilla Parker Bowles, en el ayuntamiento de Windsor.
- 29 de abril de 2011: su hijo Guillermo se casa con Kate Middleton, ahora conocida como Catalina, princesa de Gales.
- 19 de mayo de 2018: acompaña a Meghan Markle, cuyo padre está ausente, al altar para casarse con su hijo Enrique.
- 7 de marzo de 2020: Enrique arremete contra su padre en una entrevista televisiva desde Estados Unidos, adonde se trasladó junto a Meghan tras dejar la monarquía a principios de 2020. El príncipe acusa a Carlos de estar asfixiado por la tradición.
- 9 de abril de 2021: pierde a su padre, el príncipe Felipe, que fallece siendo casi centenario.
- 8 de septiembre de 2022: muere su madre, la reina Isabel II, rodeada de su familia en el castillo escocés de Balmoral. Su heredero se convierte automáticamente en rey con el nombre de Carlos III.
- 10 de septiembre de 2022: es oficialmente proclamado monarca en una ceremonia tradicional pero sobria en el Palacio de Saint James de Londres, abriendo un nuevo capítulo en la monarquía británica.
- 6 de diciembre de 2023: un joven le lanza un huevo sin alcanzarlo, durante una visita en las afueras de Londres. Es el inicio de un movimiento de protesta que verá más huevos lanzados en dirección del monarca y manifestantes con pancartas firmando “No es mi rey”.
- 11 de enero de 2023: sale a la venta el libro de memorias del príncipe Enrique, titulado “En la sombra” en español, donde critica la actitud de miembros de la familia real, incluido el rey, al que acusa de bromear con el hecho de que podría no ser su verdadero padre.
- 6 de mayo de 2023: será coronado, junto a su esposa Camila, ante unos 2.000 invitados en la Abadía de Westminister de Londres, durante una ceremonia simplificada y modernizada.
Reliquias donadas por el papa Francisco
Una cruz de plata ceremonial con fragmentos de madera que, según el Vaticano, proceden de la cruz utilizada para crucificar a Jesucristo fue bendecida el miércoles en el Reino Unido, antes de su uso en la próxima coronación del rey Carlos III a principios del próximo mes.
El papa Francisco regaló los dos fragmentos de la “Vera Cruz”, uno de 5 milímetros y el otro de 1 centímetro, con motivo de la coronación del monarca y su esposa Camila el 6 de mayo en Londres. Se dio a dichos fragmentos la forma de pequeña cruz y se incorporaron al diseño general, visibles tras una gema de cristal rosa.
El arzobispo de Gales, Andrew John, bendijo la nueva Cruz de Gales ante dignatarios y feligreses en un servicio religioso celebrado en Llandudno, en el norte de esa nación británica. La cruz será trasladada a Londres para encabezar la procesión de la coronación.
La cruz “habla de nuestra fe cristiana, nuestro patrimonio, nuestros recursos y nuestro compromiso con la sostenibilidad”, afirmó el arzobispo. “Estamos encantados también de que su primer uso sea guiar a sus majestades (Carlos y Camila) a la Abadía de Westminster en el servicio de coronación”, agregó.
Carlos regaló la Cruz de Gales a la Iglesia Anglicana de Gales con motivo de su centenario. El diseñador Michael Lloyd tardó dos años en hacerla y se fabricó con lingotes de plata reciclados y fragmentos de madera y pizarra galesas. Tras la coronación, será compartida por las iglesias anglicana y católica romana de Gales. El propio Carlos aplicó la marca de autenticidad del rey -una cabeza de leopardo- a los elementos de plata de la cruz durante el año pasado en Londres.
Espinacas, habas y estragón
Después del “pollo de la coronación”, el célebre pollo escalfado que se sirvió para la coronación de Isabel II en 1953, Carlos y Camila anunciaron el lunes la receta elegida para su gran día: una quiche de espinacas, habas y estragón. El rey y la reina consorte, que serán coronados el 6 de mayo, han “elegido personalmente” la receta de la tarta, que aparece en la cuenta de Twitter de la familia real.
Además de espinacas, habas y estragón, lleva leche, nata, huevos y queso cheddar. Es un plato que “se adapta fácilmente a diferentes gustos y preferencias”, explicaron con un vídeo de una chef que prepara la receta. “Se puede comer caliente o fría con una ensalada verde y patatas nuevas hervidas”, agrega.
“La quiche de la coronación te anima a participar en la gran comida” de las fiestas vecinales que tendrán lugar el fin de semana de la ceremonia, se anunció en Twitter. Carlos III, de 74 años, que desde hace décadas aboga por la ecología y la defensa del medioambiente, optó así por una receta vegetariana.
¿Tendrá la quiche tanto éxito como el “pollo de la coronación” de Isabel II? Ese pollo escalfado en una cremosa salsa de curry, servido en el Palacio de Buckingham durante un banquete de coronación en 1953, se convirtió desde entonces en un clásico de la gastronomía británica.
Hoy en día se puede encontrar como plato preparado en los supermercados, como relleno de bocadillos o en muchas variantes en los libros de cocina. La coronación de Carlos III y su esposa Camila tendrá lugar en la Abadía de Westminster, en presencia de unos 2.000 invitados. Le seguirá un fin de semana de celebraciones vecinales y un concierto en el castillo de Windsor, al oeste de Londres. Los británicos también están llamados a participar en actividades de voluntariado el lunes 8, que será feriado.
Fuente: AFP.