La basílica de San Pedro durante la misa con los nuevos cardenales y el Colegio Cardenalicio, donde el sumo pontífice pidió que se alejen de la “falsa seguridad” de creer que están en “grados eminentes” de jerarquía eclesial
El papa Francisco ha pedido este martes a los cardenales que se alejen de la “falsa seguridad” que otorga la creencia de que están colocados en los “grados eminentes de la jerarquía” eclesial, durante la misa con la que ha cerrado dos días de reuniones de primer nivel en el Vaticano, donde también estuvo participando el primer cardenal paraguayo Adalberto Martínez.
“El estupor es una vía de salvación. Que Dios lo conserve siempre vivo en nosotros, porque eso nos libera de la tentación de sentirnos ‘a la altura’, de alimentar la falsa seguridad de que la situación actual es en realidad distinta a la de aquellos comienzos, y de que hoy la Iglesia es grande, es sólida, y nosotros estamos colocados en los grados eminentes de su jerarquía”, ha asegurado el pontífice.
No obstante, ha dejado claro que hay “algo de cierto” en este presupuesto, pero ha incidido en el “engaño” que acaba por “mundanizar a los seguidores de Cristo y hacerlos inocuos”. Francisco ha celebrado una misa en la basílica de San Pedro ante los 197 cardenales que han viajado al Vaticano para discutir a puerta cerrada y, por tanto, sin periodistas la aplicación de la constitución apostólica ‘Predicad el Evangelio’ que entró en vigor el pasado 5 de junio.
El Papa ha señalado que es “la Palabra de Dios” la que despierta el estupor “de estar en la Iglesia, de ser Iglesia” y la que hace “atrayente” la Iglesia para la “comunidad de los creyentes”; “en primer lugar para ellos mismos y después para todos los demás: el doble misterio de ser bendecidos en Cristo y de ir con Cristo por el mundo”.
Para el pontífice, tal estupor “no disminuye en nosotros con el pasar de los años, no decae con el aumento de nuestras responsabilidades en la Iglesia. Gracias a Dios no. Se refuerza, se profundiza”. “Estoy seguro de que es así también para ustedes, queridos hermanos, que han entrado a formar parte del Colegio de los Cardenales”, ha asegurado ante los purpurados.
El pontífice ha citado en su homilía a Pablo VI, el Papa que impulsó el concilio Vaticano II y que hizo cardenales a Karol Wojtyla (1967) y Joseph Ratzinger (1977), sus dos sucesores: “Debemos estar muy agradecidos, que ha sabido transmitirnos ese amor por la Iglesia, un amor que es ante todo gratitud, maravilla agradecida por su misterio y por el don no sólo de habernos admitido, sino de habernos implicado, hecho partícipes, es más, de hacernos corresponsables”.
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Francisco había convocado al Vaticano a los 226 purpurados que componen el colegio cardenalicio, aunque al final solo se han presentado 197. Del total esos, solo 132 son electores y provienen de 69 países. Muchos, como el cardenal Leopoldo Brenes, de Nicaragua, no han podido asistir, en su caso por la crisis política que atraviesa su país. Otros no han podido estar presentes por razones de edad o por motivos de salud.
La oficina de prensa del Vaticano ha asegurado en un comunicado que en la cuarta y última reunión que arrancó el lunes por la mañana se ha desarrollado el trabajo en grupos lingüísticos dando paso a “los debates en la sala plenaria” lo que ha permitido una “libre discusión” sobre muchos aspectos relacionados con la nueva constitución apostólica Praedicate Evangelium y con la vida de la Iglesia. En la última sesión de esta tarde, el arzobispo Rino Fisichella, presidente del dicasterio vaticano que organiza el próximo Año Santo en 2025, ha explicado a los cardenales reunidos cómo van los preparativos.
Aclaran posición sobre Ucrania
El Vaticano aclaró este martes la posición del papa Francisco sobre Ucrania y denunció una “guerra bárbara desencadenada por Rusia”, tras una declaración sobre la hija de un ideólogo ruso que había irritado a la diplomacia ucraniana. “Las palabras del Santo Padre sobre este tema dramático deben ser leídas como una voz que se eleva para defender la vida humana y los valores que le son asociados, y no como una toma de posición política”, indicó la Santa Sede en un comunicado.
El miércoles, durante su audiencia general semana, Francisco se refirió a “la pobre chica a la que le explotó una bomba bajo el asiento de un coche en Moscú”, en referencia a la muerte de Daria Duguina, periodista y politóloga de 29 años, hija del considerado ideólogo del presidente ruso Vladimir Putin, Aleksandr Dugin. Esa frase provocó una inédita reacción del embajador de Ucrania ante la Santa Sede, Andrii Yurach, quien calificó en un tuit el discurso del papa de “decepcionante”. Al día siguiente, el nuncio apostólico en Ucrania fue convocado por el ministerio de Relaciones Exteriores en Kiev.
“En cuanto a la guerra a gran escala en Ucrania, desencadenada por la Federación Rusa, las intervenciones del Santo Padre son claras y sin equívoco para condenarla como moralmente injusta, inaceptable, bárbara, sin sentido, repugnante y sacrílega”, agrega el comunicado. A finales de julio, Francisco, que no ha cesado de condenar la guerra manteniendo al mismo tiempo una apertura diplomática con Rusia, reiteró su “deseo” de viajar a Ucrania, sin más precisiones sobre una fecha.
Fuente: Europa Press.