El papa Francisco señaló este domingo que “lo único razonable” en la guerra de Ucrania sería “detenerse y negociar”, teniendo en cuenta el daño que cada día de guerra supone para esa población, pero también para el mundo entero.
Así lo indicó en su saludo después del rezo mariano del Ángelus este domingo, en el que informó que durante los seis días de su viaje apostólico a Canadá no dejó de rezar por el pueblo de Ucrania, “atacado y atormentado, pidiendo a Dios que lo librara del flagelo de la guerra”. El papa regresó este sábado a Roma tras su viaje apostólico a Canadá, del que dará más detalles el próximo miércoles en la audiencia general.
La codicia “es una enfermedad”
Además, el sumo pontífice dijo, en su discurso anterior al Ángelus, que la codicia “es una enfermedad que destruye a las personas”. El líder de la Iglesia católica explicó que “servirse de las riquezas, sí, pero servir a la riqueza, no”, alegando que la vida “no depende de lo que se posee, depende de las buenas relaciones con Dios, con los demás y con los que tienen menos”.
Así, señaló que la codicia convierte en “esclavos y servidores del dinero a quienes persiguen enriquecerse siempre más” y que por culpa de ella se ha llegado “a una injusticia como nunca antes en la historia, donde unos pocos tienen mucho y muchos tienen poco”. “Es bueno hacerse rico, pero hacerse rico con Dios”, añadió.
En este sentido, manifestó que el “ansia de recursos y riquezas” está “casi siempre implicada” en las guerras y los conflictos”, uno de ellos, “el comercio de armas”. El papa también saludó a los hermanos jesuitas, que celebran este domingo su fiesta, San Ignacio de Loyola.
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Fuente: Europa Press.