El balance de muertos tras un masivo deslave en India subió a 37 fallecidos el domingo, informaron las autoridades en medio de las operaciones de rescate para encontrar a 25 desaparecidos de la tragedia ocurrida el jueves pasado.
Las lluvias provocaron un desprendimiento de terreno en un campamento de construcción ferroviaria a unos 50 km de Imphal, la capital del remoto estado de Manipur, en el noreste del país. En las primeras horas después del desastre, los socorristas lograron rescatar a 18 supervivientes.
Un portavoz del ejército Angom Bobin Singh indicó que las operaciones siguen por cuarto día “pese a las condiciones climáticas adversas” debido a las “intensas lluvias y a nuevos desprendimientos”. Rescatistas en el noreste de India recuperaron 20 cuerpos del sitio de un deslizamiento de tierra que enterró un campamento de construcción de vías férreas, dijo el ejército el 1 de julio, después de un segundo día de esfuerzos de búsqueda.
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Comienza peregrinación en Cachemira
Miles de devotos comenzaron el jueves pasado a caminar a través de los pasos del Himalaya en la Cachemira administrada por India en una enorme peregrinación, acompañada de un importante operativo de seguridad. Los críticos acusan al gobierno nacionalista hindú de utilizar la procesión anual de Amarnath para reforzar las reclamaciones de Nueva Delhi sobre la disputada región de mayoría musulmana.
Las autoridades esperan que, en los próximos 43 días, alrededor de un millón de personas participen en una peregrinación al santuario de la cueva, a 3.900 metros de altura y que contiene una estalagmita sagrada. La procesión, en la que los peregrinos caminan cuesta arriba durante varios días o son transportados en burro o helicóptero, no se llevó a cabo durante dos años debido a la pandemia de coronavirus.
El jueves los devotos cantaron himnos religiosos mientras decenas de miles de soldados indios vigilaban las rutas de Pahalgam y Baltal que llevan al santuario del dios hindú Shiva. Las autoridades impidieron que los lugareños visitaran los dos centros turísticos de Pahalgam y Sonmarg, que sirven como campamentos base durante la peregrinación.
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Dilip Sharma, del estado de Rajastán, en el norte de India, afirmó estar feliz de poder emprender nuevamente la peregrinación. “No se pueden imaginar lo contento que estoy. Quiero agradecer al gobierno de India por la organización eficaz”, destacó Sharma a un fotógrafo de AFP a lo largo de la caminata al santuario.
El evento solía ser discreto, con la asistencia de unos pocos miles de peregrinos, hasta que una insurgencia armada contra el gobierno indio de Cachemira estalló en 1989. Desde entonces la práctica religiosa -y la movilización de seguridad que la acompaña- crecieron, al igual que su significado político.
Cachemira está dividida entre India y Pakistán y toda la región es reclamada por ambos. Los rebeldes han dicho a menudo que la peregrinación no es un objetivo (de ataques), pero advirtieron que actuarían si el evento religioso es utilizado para establecer la dominación hindú del territorio.
Fuente: AFP.